El campesinado, orillado a la desesperación social: CNC
Cayó 500 mdd la inversión en el agro con el TLCAN
Sólo en 2004 el empleo rural disminuyó 47%
Heladio Ramírez convoca a socios comerciales a la solidaridad
En los más de 10 años que tiene de vigencia el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el agro ha enfrentado una desinversión de 45.8 millones de dólares y el empleo rural ha disminuido de manera considerable; sólo el año pasado tuvo una caída de 47 por ciento, asentó el presidente de la Confederación Nacional Campesina, Heladio Ramírez López, en la 32 Conferencia Agrícola de la Unión Europea y de Norteamérica que se realizó en Orlando, Florida.
Ante dirigentes de diversas organizaciones agrícolas, Ramírez López pidió a los participantes tomar conciencia de que si no hay cooperación y solidaridad con los más pobres, se multiplicarán la resistencia y el levantamiento colectivo del campesinado, orillado por la desesperación social.
Reclamó que los representantes de las naciones más ricas del mundo por un lado prometan cambiar sus políticas agrícolas hacia los pequeños productores, pero en los hechos sólo aumentan el proteccionismo interior, y vuelven "inaceptable la brutal desigualdad en las prácticas del comercio".
Frente a Bob Stalman, presidente de la Federación de Oficinas de Agricultores de Estados Unidos; Laurent Pellerin, primer vicepresidente de la Federación Canadiense de Agricultores, y de Rudolf Schwarzböck, presidente de la Confederación Mundial de Productores Agropecuarios, el dirigente cenecista dijo que si no cambian las políticas y reglas actuales, los campesinos mexicanos serán ''aplastados por nuestros socios comerciales a partir de 2008, cuando se abren totalmente las fronteras a los alimentos de importación".
Prácticas que abonan a la desigualdad
En la reunión, a la que también asistieron Eduardo Baamonde, presidente de la Confederación Europea de Cooperativas Agrarias; David King, secretario de la Federación Internacional de Productores Agrícolas; João Machado, presidente de la Confederación de Productores de Portugal, así como dirigentes agrícolas de Europa, Estados Unidos y Canadá, el líder cenecista presentó la ponencia Perspectivas sobre la situación actual de la agricultura y el desarrollo de políticas.
"Los países ricos, lejos de contribuir a menguar las inconformidades y las desigualdades, aún son el principal obstáculo. La caída en picada de los precios internacionales de los productos básicos agrava la crisis que nos agobia desde hace varias décadas y amenaza seriamente la posibilidad de reactivar el camino del desarrollo del campo", advirtió.
Esos países, abundó, "buscan el potencial que representa más de 900 millones de consumidores en América Latina, pero desdeñan la iniciativa de participar con fondos compensatorios en la lucha de los países pobres para disminuir las enormes asimetrías que nos sacan de la competencia".
La desigualdad en las prácticas comerciales es brutal, pues "mientras por cada taza de café que se vende en Estados Unidos el consumidor paga un dólar, el pequeño productor indígena de nuestras sierras y montañas recibe por esa misma taza menos de un centavo de esa moneda", ejemplificó.
En México, dijo, las importaciones de granos y oleaginosas más importantes para el consumo se incrementaron en más de 50 por ciento y superan 19 millones de toneladas; se han acentuado el minifundismo y el bajo nivel de tecnificación de las actividades productivas, lo que constituye una de las más serias limitaciones para el desarrollo rural, ya que de las 3.8 millones de unidades de producción, 50 por ciento son menores de cinco hectáreas, y 30 por ciento son inferiores a dos.
Hay 5 millones de campesinos sin tierra que subsisten mediante la venta de su fuerza de trabajo, y 400 mil salen de México cada año para buscar una oportunidad de trabajo en Estados Unidos, abundó.
Ramírez López se refirió a la pobreza de las acciones gubernamentales para reconvertir una dramática realidad que lastima a todos los mexicanos, y a ''la inconformidad de los cenecistas ante las pésimas negociaciones que realizó nuestro gobierno en el capítulo agropecuario del TLCAN, sin tomar en cuenta nuestra opinión, y que nos afectan gravemente.
''No es que nos opongamos a los tratados de libre comercio o a participar en los riesgos y oportunidades de la globalidad; lo que nos preocupa es que no se busquen los mecanismos para compensar las enormes asimetrías que nos separan de la agricultura de los países desarrollados", acotó.