Sentencia
"En nombre del rey", la sección tercera de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional de España condenó a diversas penas a 18 de los 24 acusados de pertenecer a células españolas de Al Qaeda. En términos generales, las sentencias acordadas por el tribunal que preside Javier Gómez Bermúdez fueron mucho más benévolas que los delirantes castigos que exigía el fiscal Pedro Rovira Nieto: 74 mil 337 años de cárcel para Imad Eddin Barakat, 74 mil 334 para Driss Chlebi, y otros tantos para Ghasoub Al Abrash Ghalyoun. El primero fue sentenciado a 27 años de prisión, el segundo, a seis, y el tercero fue absuelto. Al parecer, nadie se encargó de explicarle al señor Rovira que no hay Estado que dure 70 milenios ni reo que los aguante. En todo caso, la hipérbole (por llamarle de algún modo) de la parte acusadora ilustra de algún modo la desaconsejable visceralidad depositada por el poder público de Madrid en la persecución de los reales o imaginarios autores de la atrocidad cometida el 11 de marzo del año pasado contra civiles inermes en varias estaciones ferroviarias madrileñas.
Entre los acusados que no fueron absueltos está Taysir Alony, economista, traductor y periodista destacado, corresponsal en España de la cadena qatarí Al Jazeera, y único informador que ha logrado entrevistar a Osama Bin Laden. El sumario, que puede consultarse libremente en Internet, es contradictorio en sus descripciones del periodista. Primero lo presenta como un "licenciado en Economía (que) vino a España en el año 1985 instalándose en Granada, donde fue presidente del 'Centro Islámico', se dedicó al comercio de artesanía y a dar clases como profesor de árabe. A partir de 1995 o 1996 trabajó como traductor de árabe para la agencia Efe y después fue productor de Efe televisión teniendo desde 1998 la categoría profesional de ayudante de redacción, sin que se acreditara otra actividad relacionada directa o indirectamente con el periodismo y sin que conste que haya sido reportero, presentador o periodista en ningún medio nacional o internacional antes del año 2000. Luego, lo considera "hombre viajero y culto" y poseedor de grandes méritos profesionales, alega que "la verdad informativa, como todas las verdades, no puede obtenerse a cualquier precio, Taysir Alony Kate, al querer obtenerla auxiliando a individuos del calibre de Mustafá y Mohamed [quienes no fueron presentados a juicio], incurrió en el delito de colaboración con organización terrorista por el que ahora ha de responder" y termina, al hallarlo culpable de "delito de colaboración con organización terrorista, ya definido, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal" por sentenciarlo "a las penas de siete años de prisión y multa de 20 meses, a razón de una cuota diaria de 5 euros, y accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena".
Los hechos que el tribunal da por buenos para fundamentar el fallo son los siguientes: el periodista de origen sirio y nacionalizado español "auxilió a los que hemos llamado Mustafá y Mohamed, sabiendo que pertenecían a Al Qaeda, alojándolos en su vivienda cuando éstos se desplazaban a Granada, facilitándole su domicilio a Mohamed, cuando éste vivía en Turquía, para que pudiera conseguir la renovación de su tarjeta de residencia permanente en España, y entregándole al repetido Mohamed 4 mil dólares en el mes de marzo de 2000, estando ambos en Afganistán". Para "comprobar" que Alony estaba al tanto de la filiación de ambos sujetos, el documento recurre a razonamientos tan torcidos como éste: Taysir "vino a reconocer que el tal Mustafa dirigía un campamento de entrenamiento llamado Qarga, al decir que 'se hablaba de eso'".
En el caso de Alony se ha juzgado, y condenado, no a un culpable de colaboración con los terroristas, sino a la libertad de un periodista para acceder a fuentes de información y a su derecho de disponer de datos restringidos. Todo ello en un país que se dice civilizado, respetuoso de los derechos humanos, observante de la justicia y demás bla, bla, bla en nombre del rey.