POESIA PARA LLEVAR
Utilidad de la poesía
HAY CIERTO ROMANTICISMO en considerar que todo el que escribe versos es poeta. Cierta ternurosa ingenuidad. Y sin embargo todo el que se acerca al verso hace un esfuerzo por mostrar o por lo menos mostrarse su corazón. ''¿Quién dice que todo está perdido?/ Yo vengo a ofrecer mi corazón", pregunta con sorpresa y tal vez ironía y afirma y apuesta, más que responde -que la afirmación precede a la pregunta-, un compositor argentino con no poca razón, con no poco ni mucho -también, es cierto- sentido de aventura: nada más natural, nada más indispensable y nada más sencillo.
YO CONSIDERO, SI, que al menos mientras escribe versos es poeta quien los escribe, es, en última o primera instancia (eso no importa), espíritu de poeta. Soñador en potencia (expresión curiosa, lo aceptaré), pero sin duda que asimismo en realización: realiza, así sea parcial y pobremente, su sueño de soñar, de soñarse, de saberse o sentirse (y la burla, aunque friegue, aquí queda burlada -por un rato, siquiera) soñado.
SER SOÑADO ES ser otro posible; abismarse en el sueño no, no en la poesía, huida, sino probable encuentro -con lo que soy, con lo que somos, con lo que es. Y el que escribe versos quisiera o quiere o busca eso. Su impulso conlleva esa dirección.
CUANTO SE CONSIGA o no no debiera, por cierto, quitarnos el sueño.
''SUEÑO QUE DECIDO, y que soy decidido", pareciera asentar el que escribe mientras escribe (versos, que de eso hablamos, o más en general poesía, pero lo general es pensar en versos al hablar de poesía).
NO SE SI he dado un salto fuerte entre el penúltimo y el último párrafos. Espero, en la ignorancia, que no. ''Sueño que decido y soy decidido" es otra manera de decir lo de arriba. Y otra: ''sueño: decido: soy decidido". Esta no sé por qué me gusta más. Quizá porque tener destino y libertad es lo único que importa. Quizá porque tener destino y libertad es tener misión. Quizá porque tener una misión es (obliga, diré que dulcemente, a) asumir una vocación.
LA VOCACION DE ser es (y se parte del ensueño de ser) vocación de poeta. ''Necesito soñar que soy, para saber que soy" (los acentos en ciertas ees, ¿no es verdad?, aparecen y desaparecen solos). ¿Y quién que es no tiene vocación de ser? Así el Quijote fue no Alonso Quijano ni caballero andante, sino el Quijote. Así, a pesar de las diferencias, Teresa de Avila vino no tanto a ser Santa Teresa de Jesús sino, nada más, santa.
¿QUIEN DIJO QUE todo está perdido? Ellos, personajes o personas, vinieron y aún vienen a ofrecer su corazón. ¿Y los poetas, los aprendices de poetas, los poetas a ratos, los escribidores de versos por enamorados, por adoloridos, por rechazados, por casualidad, por ocio? Déjemoslos que sueñen, que mientras sueñan a nadie le hacen mal y, al suspender el mundo de lo práctico, practican, por malhechos que sean, que puedan ser, la afición ontológica, óntica, que al suspender el mundo, digamos, lo sostienen.
NO SE PARA qué sirve la poesía, modifico aquí un poco la famosa declaración de Jean Cocteau, sí que es utilísima.