Reunión de ex militares y líderes tribales analiza la situación de caos en el país
Tontería estadunidense, haber destruido el ejército profesional iraquí, dicen ex oficiales
El actual "está lleno de ladrones y criminales; todos son traidores", asegura otro en Bagdad
Ampliar la imagen Polic� cargan en un cami�os cuerpos descompuestos de 22 iraqu� descubiertos en el desierto cerca de Kurt, asesinados con tiro de gracia FOTO Ap Foto: Ap
Bagdad, 28 de septiembre. Debió haber sido un momento de reconciliación entre el viejo y el nuevo régimen. Una reunión de cerca de mil ex oficiales del ejército iraquí y líderes tribales, en Bagdad, en la que debían expresar sus preocupaciones sobre el Irak de hoy.
No salió como se había planeado. General tras general se puso de pie y gritó su descontento sobre la forma en que se está llevando adelante al país y expresó su temor ante lo que parece una guerra creciente.
"Fueron unos tontos al destruir nuestro gran ejército y formar otro, lleno de ladrones y criminales", señaló un ex oficial. "Todos son unos traidores", aseguró otro.
El odio que sienten estos hombres influyentes, en su mayoría árabes sunitas, hacia el nuevo orden instalado por Estados Unidos desde la caída de Saddam Hussein en 2003 es palpable, y muy negativo para Irak.
El país está entrando a un periodo político crítico de cara al referendo, muy dividido, sobre la Constitución, que se votará el próximo15 de octubre, el juicio a Saddam Hussein, que tendrá lugar cuatro días más tarde, y la elección de una Asamblea Nacional, el 15 de diciembre.
Los sunitas temen que adoptar la Constitución signifique la fragmentación de Irak y la marginalización de su comunidad.
La reunión, llevada a cabo en un salón fuertemente resguardado cerca del río Tigris, fue convocada por el general Wafiq Sammarai, quien una vez encabezó el aparato de la inteligencia militar iraquí bajó el régimen de Hussein y huyó de Bagdad en 1994 para unirse a la oposición. Hoy, es el asesor militar del presidente Jalal Talabani.
No fue bien recibido su elocuente llamado a apoyar al gobierno en su lucha contra el terrorismo. Intentó convencer de que no se han planeado ataques contra ciudades árabes sunitas en el centro de Irak, como Baquuba, Samarra y Ramadi, según amenazó el Ministerio de Defensa iraquí.
Señaló que la gente ha estado huyendo de dichas localidades, pero "no habrá ataques contra ustedes, ni aéreo ni tampoco bombardeos de los estadunidenses".
El público no quiso escucharlo. Un antiguo general de alto rango llamado Salam Hussein Ali se levantó de golpe y vociferó que en esas zonas "no hay seguridad, ni electricidad ni agua limpia ni gobierno". La única solución, agregó, es reconstituir el viejo ejército iraquí, con sus uniformes verdes no costeados por los estadunidenses.
También dijo dudar que Irak vaya en camino de ser democrático, ya que nadie le presta atención a las penurias del pueblo.
El general Sammarai había pedido que se hicieran críticas, pero pareció consternado ante la ferocidad de sus interlocutores, al grado de que gritó "Esto es el caos". Posteriormente se disculpó diciendo que suponía que así debe ser la democracia.
Aseguró que la mayoría de los problemas en Irak fueron causados por terroristas extranjeros como Abu Mussab Zarqawi. "Pero no creo que Zarqawi vaya a amenazarnos; nosotros estamos contra la ocupación", refunfuñó otro oficial.
La reunión fue importante porque los oficiales del extinto ejército iraquí se consideran los guardias de la flama que es el nacionalismo iraquí. Uno de ellos le pidió a Sammarai que dejara de usar la palabra estadunidense "general" y empleara, en cambio, la palabra árabe "lewa".
Durante la reunión, los oficiales dejaron claro que consideran legítima la resistencia armada a la ocupación. El mismo Sammarai aseguró a The Independent que para él existe clara distinción entre terroristas que atacan a civiles y militantes nacionalistas que combaten a las tropas estadunidenses.
Los últimos tres años han sido un desastre para el ex ejército iraquí. El vicecónsul estadunidense, Paul Bremer, desmanteló el ejército y las fuerzas de seguridad en mayo de 2003, en lo que se ha considerado el más grande error de la ocupación.
En un momento, cientos de miles de soldados profesionales quedaron desempleados. Algunos conducen taxis. El general Hassan Kassim dice que su pensión equivale a sólo 40 dólares al mes.
Todos en la reunión dijeron que Irak es uno y no debe haber distinciones entre sunitas, chiítas y kurdos. Pero a medida que hablaban era evidente que los oficiales temían ser perseguidos por ser sunitas.
Uno de ellos denunció arrestos arbitrarios en Adamiyah, bastión sunita. Otro preguntó por qué sólo se habla de Zarqawi cuando mucha gente está muriendo a manos de la Brigada Badr, poderosa milicia chiíta.
El general Sammarai afirmó que se ha exagerado el número de ex oficiales del ejército asesinados. Pero un hombre avanzó hasta la plataforma para decir que su cuñado había sido asesinado, y que tanto a él mismo como a su padre les habían dado 40 días para irse de la ciudad, y ambos se preparaban para obedecer.
Los temores a pogromos sectarios se incrementan a diario. El jeque Ahmed Sammarai, el imán de la mezquita sunita de Umm al Qura, que además es cuartel de la poderosa Asociación de Estudiosos Musulmanes, llamó en un primer momento a la solidaridad entre sunitas y chiítas.
Pero agregó que acababa de hablar con un sunita de Ramadi que fue arrestado y torturado por la policía. El imán asegura que los policías le dijeron al prisionero: "Por cada chiíta muerto en Fallujah o Ramadi, un sunita será muerto en Bagdad".
El general Sammarai concluyó: "Todos los oficiales están contra la ocupación estadunidense. Pero cuando vienen a mi oficina, afirman que si los estadunidenses se van, estallará una guerra civil".
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca