El Palacio Negro dejó de ser prisión y ahora alberga la memoria del país
Conmemoran 105 años de Lecumberri con una exposición fotográfica
El 29 de septiembre de 1900 -ayer se cumplieron 105 años- Porfirio Díaz inauguró la penitenciaría de la ciudad de México, conocida al paso del tiempo como el Palacio Negro de Lecumberri.
Para conmemorar la efémeride, ayer se abrió una exposición fotográfica que registra la historia del inmueble que actualmente es sede del Archivo General de la Nación (AGN).
En la foto más antigua de la muestra se aprecia el comienzo de la construcción del edificio, en 1885, sobre terrenos pantanosos entonces conocidos como Cuchilla de San Lázaro.
El conjunto consta de siete edificios -otrora cru-jías- dispuestos de tal manera que confluyen en lo que fue un patio circular donde se erigía la torre de vigilancia. El patio actualmente está bajo techo.
En la construcción del Palacio de Lecumberri -según las cédulas que acompañan a las fotos- se emplearon 650 toneladas de acero y 220 toneladas en la torre central, desde la cual eran vigiladas todas las crujías.
A la inauguración de la exposición asistió Arturo Martínez Nateras, líder estudiantil en el movimiento del 68 y durante tres años preso político en Lecumberri, donde compartió celda con el escritor José Revueltas, autor de la novela El apando, título tomado del nombre que se daba a las celdas de castigo y segregación.
''Estuve aquí tres años con 40 días, del 10 de noviembre de 1968 al 20 de diciembre de 1971, que fue cuando salimos de aquí los últimos presos poíticos del 68."
Para Martínez Nateras resulta muy significativo que el edificio que llegó a ser ''la catedral de la represión política en nuestro país", sea ahora sede del AGN.
El recinto tiene fuerte carga histórica. En uno de sus patios fueron fusilados Francisco I. Madero y José María Pino Suárez, tras el golpe de Estado de Huerta. Detrás de sus rejas también estuvieron personajes como el muralista David Alfaro Siqueiros, o los luchadores sociales Demetrio Vallejo y Valentín Campa.
Revancha histórica
La exposición fotográfica tiene lugar en lo que fue el palacio central de Lecumberri. De pie en ese punto, el activista político se dice reconciliado con el espacio: ''Porque es la reconciliación de la sociedad consigo misma. Y la idea de que, al hurgar en archivos y fotos, hoy puedo vigilar al Estado desde el mismo lugar donde el Estado me vigilaba, es como una revancha histórica".
Durante la ceremonia, Martínez Nateras recordó el riesgo en que se encuentran los acervos históricos alojados en el Palacio de Lecumberri. El inmueble presenta un hundimiento que lo ha colocado por abajo del nivel del Gran Canal, una de las principales vías de desalojo de las aguas negras de la ciudad.
La posibilidad siempre latente de que el canal se desborde provocaría la inundación del inmueble y con ello la pérdida irreparable de parte de la memoria histórica del país.
El problema -de acuerdo con Martínez Nateras, usuario constante del archivo- se agrava por el bajo presupuesto del AGN, insuficiente para tomar medidas preventivas o responder a una emergencia.
En total, en Lecumberri había 886 celdas. El edificio había sido diseñado para albergar a una décima parte de los reos que tenía cuando dejó de ser cárcel.
La desocupación del inmueble empezó en agosto de 1976. Un año después se acordó remodelarlo para que fuera sede del AGN. Como tal, abrió sus puertas al público en agosto de 1982.