MEXICO SA
Fox insiste en ofrecer en el extranjero sector vedado
Funcionarios de Energía corrigen la plana
Las rebanadas del pastel:
AFERRADO A DIFUNDIR en el extranjero lo que no sucede en el país, ahora el objetivo del inquilino de Los Pinos fue un grupo de empresarios canadienses dedicados al negocio de la energía: "estamos cerca de que la iniciativa que enviamos al Congreso sea aprobada... Vamos a estar en posibilidad de abrir el sector energético a la iniciativa privada".
EL PRESIDENTE FOX se refería al llamado "decálogo" (una carta a los Reyes Magos de 10 puntos, de los que sólo dos -los estratégicos- requieren autorización del Legislativo) que el pasado 12 de septiembre envío a la Cámara de Diputados y que casi tres semanas después sólo ha recibido una respuesta unánime: no a la modificación constitucional propuesta por el Ejecutivo; es decir, no a la privatización del sector energético.
EN SUS GIRAS por el extranjero -que acumulan un millaje que llevaría a la quiebra a American Express- el guanajuatense no ha perdido oportunidad para intentar vender lo invendible, ofrecer lo que constitucionalmente está prohibido y garantizar certidumbre jurídica" para inversiones en áreas estratégicas reservadas al Estado.
LO QUE OFRECIO Fox a los inversionistas canadienses no está "cerca de la aprobación", ni mucho menos "vamos a estar en posibilidad". Tan lejos está de la realidad, que hasta el subsecretario de Energía, Héctor Moreira, se vio en la penosa necesidad de corregir al que supuestamente es su jefe: "bueno, tanto como decir que habrá reforma es decir demasiado; podemos afirmar que hay una mayor coincidencia y reflexión de los legisladores, lo que podría facilitar un acuerdo... No podemos decir que ya tenemos un acuerdo, pero hemos notado que la opiniones están coincidiendo y hay un mejor ambiente para que se aprueben los cambios en la legislación energética".
LO QUE EL presidente Fox intentó vender en Canadá ya lo había ofertado en diversas naciones europeas y asiáticas, y especialmente en el país más cercano a su corazón: Estados Unidos. Mercaderes de otros tiempos, pero entrenados con la misma política gerencial, lo habían hecho (Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo), pero fueron más cuidadosos en el lenguaje público y sólo lograron que los compradores ingresaran por la puerta de atrás. El vendedor del "cambio" insiste que lo hagan por la principal, aunque viole la Constitución.
EN MATERIA ENERGETICA, continuó el inquilino de Los Pinos, "la situación ya no puede continuar así; se requiere una reforma fiscal a fondo, porque no hay recursos para reinvertir en el sector energético. Las reservas están ahí, pero no hay dinero para extraerlas. La propuesta que hemos hecho (al Congreso) plantea la asociación con inversionistas privados, sin perder la propiedad estatal de los recursos. Con su aprobación el gobierno, la sociedad y los inversionistas salen ganando. Es triste que México tiene la propiedad de los recursos pero debe importar gasolina, diesel y gas; la única forma de solucionarlo es asociando la iniciativa privada a la inversión pública".
FOX SE ABSTUVO de comentar cómo fue que él mismo vetó la reforma fiscal para Petróleos Mexicanos aprobada por el Congreso, la cual aligeraba la enorme carga tributaria que la paraestatal soporta y le permitía utilizar parte de los ingresos petroleros para invertir en infraestructura y desarrollo.
NO PODEMOS, DIJO a los empresarios canadienses, "seguir ordeñando la vaca fiscal de Pemex", pero, más allá del veto, la figura de este animal -el cuadrúpedo- ha sido utilizada por el inquilino de Los Pinos de acuerdo con la circunstancia.
EN SU FAMOSO viaje por Asia (Japón, Corea y China), durante el cual mostró sus dotes de ciclista, el presidente Fox, con una sintaxis envidiable, así vendió la idea: "debemos dejar de ordeñar la vaca; cambiando el sistema fiscal de nuestra compañía petrolera, va a afectar positivamente a la empresa, porque actualmente ha tenido una serie de cargas fiscales excesivas que han limitado su capacidad. Pero ahora la compañía va a poder reinvertir, modernizarse, desarrollar tecnologías y establecer alianzas estratégicas con varias empresas, para extender la competencia y expandir la capacidad de fuentes de trabajo que requiere la propia compañía. A través de estos cambios, haremos de Pemex la herramienta para promover el crecimiento de la economía y, al mismo tiempo, atraer más y más inversiones al campo de la generación de energía, lo cual quiere decir negocios, ¡buenos negocios en México! ¡Imagínense las oportunidades para la inversión que se abrirán! -en el sector energético-, que es lo único que falta, porque el resto de la economía está muy abierta: telecomunicaciones, tecnología, puertos, aeropuertos, carreteras, supercarreteras. En México todo está abierto para las inversiones... El que no invierta en México, quien se quede fuera de los negocios y de las alianzas, ¡es un tonto!" No se trata del nuevo régimen fiscal de Pemex, sino de justificar la privatización del sector energético.
COMO RECORDAR ES vivir, compárese el discurso de Fox con el de Ernesto Zedillo en un aniversario de la Comisión Federal de Electricidad: "creo que estarán de acuerdo conmigo en que cualquiera de estas opciones (el rezago en el sector) es totalmente inadmisible. Es por eso que debo de insistir una vez más en que no debemos darle más vueltas a la decisión necesaria para enfrentar el desafío de contar con energía suficiente, de calidad y a precios competitivos. Esa solución existe y es la que más conviene a la circunstancia de hoy y a nuestro porvenir como nación: abrir el sector eléctrico a más participantes para obtener los recursos que demanda su fortalecimiento y expansión en los próximos años. Esta solución se encuentra en la iniciativa de reforma constitucional que sometí al Congreso de la Unión. El propósito de esta reforma es abrir la posibilidad de que los particulares puedan participar en la generación, la distribución y comercialización de energía eléctrica. Debo insistir en que la iniciativa fortalece la rectoría del Estado en el sector eléctrico y garantiza la soberanía nacional en la materia".
COCA COLA, DICE el inquilino de Los Pinos, "tiene 100 años en México y nunca ha registrado pérdidas"... Tampoco Pemex, con 67, pero sus ganancias se quedan en el país.