Huelga nacional, mañana
Suspenden bloqueo de puertos corsos; éxodo de turistas
París, 2 de octubre. El sindicato nacionalista corso STC decidió suspender el bloqueo a los puertos de la isla de Córcega hasta el próximo martes, cuando los partidos de izquierda y los sindicatos realicen en Francia la gran huelga nacional contra las privatizaciones y en favor de un mayor poder adquisitivo.
El STC inició una huelga en Córcega para evitar la privatización de la naviera corsa Sociedad Nacional Córcega-Mediterráneo (SNCM), que representaría la pérdida de hasta 400 empleos, lo que agitó las tensiones nacionalistas en el lugar, donde los separatistas han consumado ataques de baja intensidad desde la década de los 70.
El gobierno envió la policía el sábado para retirar por la fuerza a los huelguistas de los puertos de Marsella y Ajaccio, en Córcega. La acción atrajo críticas hacia el primer ministro francés, Dominique de Villepin, por no tratar de manera más delicada el asunto del SNCM.
Sin embargo, un despacho de la agencia alemana Dpa afirma que De Villepin expresó al STC que el gobierno se quedará con una participación en la naviera y asegurará la supervivencia de la empresa, que desde hace años se mantiene con subvenciones. La medida deberá ser aprobada por la Unión Europea.
De Villepin enviará al ministro de Finanzas, Thierry Breton, y al ministro de Transporte, Dominique Perben, a visitar Marsella el lunes para reunirse con los sindicatos en huelga por la privatización de SNCM.
Con la suspensión del bloqueo, los cerca de 15 mil turistas que no podían salir desde el miércoles de la isla comenzaron a regresar a tierra firme este fin de semana.
Huelgas y marchas contra privatizaciones
En tanto, los principales sindicatos y partidos de la oposición convocaron huelgas y marchas para el martes en protesta contra las políticas sociales del gobierno, la alta tasa de desempleo, los bajos salarios y la privatización de varias compañías públicas.
Se espera que los paros alteren los sistemas de transporte y educación del país en la primera gran acción industrial a la que se enfrentará el primer ministro De Villepin desde que fue designado tras el rechazo de Francia a la Constitución europea en mayo.
Una encuesta en el semanario Journal du Dimanche mostró que 57 por ciento de los franceses apoya a los sindicatos en su acción.
Los trabajadores franceses también están molestos por los planes de venta de la parte estatal del gigante mecánico Electricite de France, el cierre propuesto de varias líneas regionales de tren francesas y la decisión de la empresa estadunidense de computadoras Hewlett-Packard de recortar mil 240 puestos de trabajo en Francia.
A 18 meses de las elecciones presidenciales de 2007, los partidos de oposición esperan que en las huelgas del martes destaque el creciente descontento social, pues la tasa de desempleo sólo ha bajado de 10.2 a 9.9 por ciento, y el crecimiento de la economía es mediocre.