Nació hace 29 años
Fem publicación feminista pionera en América
Latina se convierte en revista virtual
• La última edición impresa circulará este
mes
• Ya era económicamente insostenible su publicación
Alejandra Parra Toledo
El último número impreso
de Fem, publicación feminista pionera en América Latina
nacida hace 29 años, circulará este mes. Posteriormente
se convertirá en una edición cibernética, informó
Esperanza Brito de Marti, directora de la revista desde hace 18 años.
Problemas financieros y de distribución obligaron a tomar esta
decisión. “Se tenía una deuda muy alta que se iba
incrementando, además me dejaron sola, aunque reconozco que el
esfuerzo para que siguiera saliendo la revista era de todas las colaboradoras,
ellas eran las que escribían más de 120 cuartillas para
cada número, por eso salía la revista”, pero económicamente
ya era insostenible continuar con su publicación, agregó.
Desde su origen en 1976, Fem fue un importante espacio de reunión
para el movimiento feminista de la época, al obligar a muchas
mujeres a trabajar y a ponerse de acuerdo con un propósito en
común: impulsar un medio de comunicación que se ocupara
de los asuntos de las mujeres.
Fem fue concebida un año antes, en 1975, por Alaíde Foppa
y Margarita García Flores en un viaje que ambas realizaron a
la ciudad de Morelia, Michoacán, donde darían una conferencia.
En esa charla llegaron a la conclusión de que hacía falta
un medio que hablará de los asuntos de las mujeres, aunque en
ese entonces varias feministas escribían en periódicos
nacionales; allí estaban, por ejemplo, Marta Lamas en El Universal,
Angeles Mastreta en Últimas Noticias de Excelsior, Antonia Tarrascón
en Excelsiór y Esperanza Brito en Novedades. También era
cierto que hacía falta un vehículo que diera especial
protagonismo a los temas de las mujeres. Por ello se dieron a la tarea
de fundar un proyecto editorial de corte feminista.
En octubre de 1976 sale a la luz pública el primer número
en cuya portada aparecía, sobre un fondo blanco, el nombre de
la revista, Fem, encerrado en un círculo, emblema que la identificó
en los siguientes 29 años, en un formato tipo agenda de escritorio,
106 páginas, a dos columnas. Los textos de Alaíde Foppa,
“Anatomía no es destino”; Elena Poniatowska, “Castillo
en Francia”; Elena Urrutia, “Del trabajo invisible al trabajo
visible”; Margo Glantz “¿Quién terminará
con el fascismo amoroso”; de Simone de Beauvoir una entrevista
a Jean Paul Sartre; una de Carmen Lugo a la psicoanalista Marie Langer;
el artículo de Marta Lamas, “Las taquilleras del Metro
ganan una batalla”, son sólo algunas de las primeras 21
colaboraciones.
Era una publicación diferente no sólo por su formato y
diseño, sino por su contenido; en su primer editorial se lee:
”Fem se propone señalar desde diferentes ángulos
lo que puede y debe cambiar en la condición social de las mujeres;
invita al análisis y a la reflexión. No queremos disociar
la investigación de la lucha y consideramos importante apoyarnos
en datos verificados y racionales y en argumentos que no sean sólo
emotivos”.
A 29 años del surgimiento de la revista, Esperanza Brito recuerda
que para imprimirla y ponerla en circulación, Alaíde logró
un convenio con el periódico Unomásuno que consistía
en realizar un tiraje de doce mil ejemplares, de los cuales, tres mil
eran entregados a ellas para venderlos “mano en mano”, y
el resto se distribuían como encarte a los suscriptores del diario.
“Alaide –describe Brito– era una mujer encantadora,
suave, muy abierta y muy inteligente”.
Fem no sólo publica información y ensayo: aunque era una
revista académica, también da cabida a la creación
literaria de sus colaboradoras que escriben con una visión feminista;
también reconstruye historias, pues considera que la lucha de
las mujeres no puede concebirse como un hecho desvinculado de la lucha
de los oprimidos.
Pero en 1980, apenas transcurridos cuatro años, ocurre una tragedia,
Alaíde Foppa es secuestrada en Guatemala, nadie sabe su paradero
y tiempo después se confirma su muerte. En medio del dolor, las
mujeres de Fem siguen escribiendo, redoblan esfuerzos.
Después de un paréntesis luctuoso Fem sigue y ya para
1981 cambia el diseño, el formato pasa a ser tamaño carta,
se mete color a la portada y se crea la asociación “Difusión
Cultural Feminista”. La conducción de la revista pasa a
ser colectiva y opta por los números monográficos, donde
las colaboraciones se especializan en determinados temas: la mujer y
los partidos políticos; la mujer y la religión; el aborto
y la maternidad, etcétera.
Al cumplir 10 años la revista vuelve a cambiar; recuerda Esperanza
Brito que se decide nombrar a Berta Hiriart como directora única,
quien le da a la publicación un concepto diferente, un matiz
más periodístico en el que se incluyen notas informativas,
entrevistas, crónicas y reportajes.
“Cuando yo me hice cargo de la dirección de la revista,
en octubre de 1987, decidimos que fuera mensual y como la revista siempre
había tenido problemas económicos, pues la publicidad
siempre era a cuenta gotas, entonces empezamos a buscar publicidad”.
Tenían problemas de distribución (años antes se
había perdido el acuerdo con el Unomásuno) y el tiraje
se redujo.
“Recurrimos a la publicidad y buscamos otros mecanismos de distribución,
pues hasta entonces la venta se hacía por las mismas compañeras
de mano en mano, en espacios como la UNAM”, donde tenía
su principal mercado cautivo, pero esto no era suficiente y había
que buscar quien se hiciera cargo de la circulación.
“Me fui a ver a la Distribuidora Sitem, me advirtieron que nunca
me iba a distribuir nada, sin embargo logré que esta empresa
colocara la revista en 57 ciudades del interior del país, y en
establecimientos como Sanborns y Comercial Mexicana, pero cambiaron
los dueños de Sitem y entonces ya no se pudo seguir con esta
distribución. Esto fue un golpe para Fem”.
“Desaparece, pero no desaparece, pues estamos preparando el último
número impreso que esperamos que salga en octubre y luego continuar
con la revista pero en internet, de manera virtual”.
Fem me cambió totalmente
la vida: Guadalupe López García
“Fem me cambió totalmente la vida” dice Guadalupe
López García, colaboradora de Fem desde 1988. “El
cierre de la revista significa la pérdida de un proyecto editorial
feminista”, “porque Fem se mantuvo durante 29 años,
se pierde una gran historia de las mujeres, desafortunadamente en el
contexto de un país en crisis económica y de avance de
la derecha, del neoliberalismo pleno”.
Fueron precisamente estas circunstancias, dice, las que influyeron en
el cierre de la revista y lamenta que “ahora el feminismo ya no
se considera una corriente necesaria para las luchas de las mujeres,
lo que es totalmente falso, hoy más que nunca el feminismo tiene
vigencia”.
Y al pedirle que explique lo que significó para ella escribir
a lo largo de 18 años en la publicación, le es imposible
evitar que el sentimiento ahogue su voz al expresar: “Por Fem
me hice feminista, por Fem asumí muchas trincheras, escribía
lo que yo vivía, lo que vivían otras mujeres”.
Aunque reconoce que las condiciones financieras hacían difícil
seguir sosteniendo la revista al ir acumulando una pesada carga económica,
influyó también la poca difusión que tenía
para que el proyecto se fuera perdiendo.
–¿Qué pasa con las feministas de esta generación,
no apoyan a Fem? se le pregunta.
–Con el auge de la perspectiva de género, de luchas y de
surgimiento de las organizaciones no gubernamentales, Fem ya no era
el único espacio, ahora ya existen otras como Debate, Cuadernos
Feministas, incluso las publicaciones de las mismas ong´s que
son muy buenas. Entonces, Fem no era como la panacea del periodismo
feminista, sí era un eje fundamental, sí, pero todas tienen
ámbitos de lucha diferentes y las trincheras son válidas,
o sea, si muere Fem, siguen más proyectos, pero además
no acaba de morir del todo, esperamos que Fem siga (como una revista
cibernética) y que se pueda articular de esta nueva forma”.
Guadalupe recuerda que ella fue parte de la segunda generación.
“Conmigo estaban Elvira Hernández, Josefina Hernández,
Marcela Guijosa, Mercedes Charles y algunas viejas colaboradoras de
antes”. Agrega cómo conoció la revista: “Yo
leía el Unomásuno y en ese periódico venía
el encarte de Fem, me gustó, escribí una historia para
la revista y luego Esperanza me invito a colaborar. Ya para 1997 participé
de manera más directa en la coordinación editorial”.
En octubre, circulará el último número impreso
de Fem. 29 años atrás, en este mismo mes, salió
a la luz pública el primer número, y aunque continuará
en su página, www.revistafem.com
, lo cierto es que, como advierte la misma Esperanza Brito en el artículo
que publica en la revista de septiembre, “aún falta mucho
por hacer”; historias que contar como la de Guillermina Pagani,
“Me casé con mis padres y... perdí a mi marido”,
pero sobre todo, denuncias que hacer como la de María Teresa
Priego, “Iniciativa de Ley presentada por el Partido Verde para
aumentar las penas por aborto” y la de María Esther Espinosa,
“Hasta cuándo: la violencia contra las mujeres”.