La situación podría desembocar en un elevado abstencionismo: comisión episcopal
El país, ante una grave descomposición política y social, advierte la Iglesia
San Luis Potosí, SLP, 3 de octubre. México enfrenta una situación de grave desigualdad y descomposición social y política que puede desembocar en un alto grado de abstencionismo en las elecciones de 2006, advirtieron obispos, sacerdotes y religiosos integrantes de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia del Episcopado Mexicano. Durante la celebración de un encuentro nacional para incentivar la participación ciudadana hacia la justicia social, reconocieron que los tiempos "que vivimos y los que se avecinan no son fáciles".
El arzobispo de Jalapa y presidente de la comisión, Sergio Obeso, alertó sobre el riesgo de que a partir de este trabajo, con el cual buscan incidir en el desarrollo de la política vista desde el bien común, resulte la "incomprensión, rechazo y persecución para muchos de los miembros de la Iglesia". En tanto, el obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz, apuntó que la falta de credibilidad y participación de los mexicanos tiene sus orígenes en la corrupción, el desencanto hacia los partidos políticos y hacia el propio presidente Vicente Fox por no cumplir acuerdos prometidos.
En su discurso, el arzobispo Obeso planteó que la realización de estos talleres tiene como propósito "encontrar pistas o líneas de acción para la transformación concreta de aquellas situaciones y estructuras que están haciendo que casi 50 millones de mexicanos experimenten sufrimiento y en no pocas ocasiones la muerte".
Insistió en que para la Iglesia es muy importante impulsar la transición democrática y "el empuje de la construcción de ciudadanía" para ofrecer "una palabra desde la fe a la situación de grave desigualdad y de descomposición social y política en el país". Por ello, subrayó, "queremos aportar nuestro granito de arena a la construcción de un México distinto, donde todos quepan, donde ha- ya una economía al servicio de las personas, una política centrada en el servicio y la búsqueda del bien comunes, no en intereses personales o de grupo; de una sociedad ligada efectivamente al respeto y la promoción de los derechos humanos".
Más tarde, en entrevista, acotaría que esto no significa que los ministros de culto "estemos extralimitándonos, saliéndonos de nuestra competencia. Sabemos bien que no tenemos competencia, como jerarquía, para opinar sobre partidos o sobre las personas que éstos postulan. Sobre eso sí conocemos bien nuestros límites y estamos muy conscientes de ello y para nada queremos transgredirlos".
Por su parte, el obispo emérito Samuel Ruiz abundó sobre el desencanto que priva en la ciudadanía: "No solamente aquí, en México, sino en distintos países del mundo, llegó el límite histórico de los partidos políticos. Transmiten falta de credibilidad y al mismo tiempo han sido penetrados por la corrupción de tal suerte que se atisba que para las próximas elecciones tendrán la necesidad de converger en pactos entre unos y otros".
En coincidencia con el arzobispo Obeso sobre la descomposición que priva en la nación, habló de falta de voluntad política y "traición" de acuerdos, como los de San Andrés Larráinzar, lo cual , dijo, se quedará como "deuda pendiente" para quien sea elegido en las elecciones de 2006.
Sin embargo, se mostró convencido de que habrá una ausencia de participación ciudadana en esos comicios. "Ultimamente hemos visto cómo la abstención ha sido una de las situaciones lamentables contras las cuales hay que luchar". En Chiapas, dijo, hay unos 5 mil indígenas -los que se han levantado en armas- que "están en ese proceso".