Alvarez Icaza demanda a los religiosos tolerancia hacia la diversidad sexual
Obispos deben predicar con el ejemplo y castigar a curas pederastas: CDHDF
Samuel Ruiz considera abominable el aborto pues es "moralmente ilícito"
San Luis Potosí, SLP, 5 de octubre. A los obispos mexicanos, Emilio Alvarez Icaza les pidió ser congruentes en materia de derechos humanos: las agendas pendientes, les aclaró, son brindar un ejemplo de justicia con el tema de los pederastas, "no de impunidad y complicidad", y ser tolerantes hacia la diversidad sexual, porque la cultura homofóbica "es un crimen". En el encuentro nacional de agentes de pastoral social que se lleva a cabo aquí bajo el auspicio de la Conferencia del Episcopado Mexicano, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal sugirió a los prelados dar un salto hacia la agenda que demanda el nuevo milenio y dejar atrás los lineamientos que desde el siglo XVIII se les marcaron.
Antes, el obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz, reiteró que a los homosexuales, la institución católica los respeta, pero eso "no significa la legitimación de los comportamientos contrarios a la ley moral, ni mucho menos el reconocimiento de un derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo". Ambos, en compañía del sacerdote de Chihuahua Camilo Daniel, participaron en un foro sobre la relación de la Iglesia con las organizaciones de la sociedad civil, en el que predominaron los aplausos de los agentes de pastoral a la intervención de Alvarez Icaza.
Primero, el obispo emérito externó la urgencia porque se oriente a la familia para sacarla de la crisis moral en que se encuentra sumida. Se pronunció, con base en documentos elaborados en El Vaticano, en contra de las teorías que consideran la identidad de género como "un mero producto cultural y social derivado de la interacción entre la comunidad y el individuo, con independencia de la identidad sexual".
Parafraseó al papa Juan Pablo II al decir que las uniones de hecho "se basan sobre un falso concepto de libertad de elección de los individuos y sobre una concepción privada del matrimonio y de la familia". Por lo tanto, continuó, "es incongruente" la pretensión de atribuir "una realidad conyugal" a las relaciones entre personas del mismo sexo. Si desde el punto de vista legal este tipo de casamientos se consideran posibles, añadió, "el concepto de matrimonio sufriría un cambio radical con grave deterioro del bien común". La sociedad, dijo, debe resistir a las "tendencias disgregadoras".
Luego, exaltó que se deben rechazar como "moralmente ilícitos", la esterilización y el aborto, éste en particular, por ser un delito "abominable". Lejos de ser un derecho es más bien, apuntó, "un fenómeno que contribuye gravemente a la difusión de una mentalidad contra la vida, amenazando peligrosamente la convivencia social, justa y democrática".
Asimismo, insistió en el rechazo a los medios contraceptivos y a recurrir a los métodos naturales de regulación de la natalidad. También sumó a la lista, los programas de ayuda económica destinados a financiar campañas de esterilización y anticoncepción; el no respeto al derecho de los no nacidos, las técnicas de reproducción -como la donación de esperma o de óvulos, la maternidad sustitutiva, la fecundación artificial- y la clonación humana.
El padre Camilo Daniel, por su parte, mencionó que la Iglesia tiene como misión luchar por una relación de justicia con todo lo creado, y resaltó la necesidad de vincular su trabajo con la sociedad civil. "No debemos meternos en un invernadero", para la eficacia del testimonio hay que reconocer que no se trata de imponer a los no creyentes la perspectiva de fe. Es importante el derecho a la libertad religiosa.
Durante su intervención, Alvarez Icaza recordó a los integrantes de la Comisión de Pastoral Social de la CEM que el país "apenas está iniciando en el ejercicio de algunos derechos" que tienen que ver con la diversidad, al tiempo de empezar a conocernos como "profundamente racistas y discriminadores, inclusive cuando estamos padeciendo de lo mismo".
Consideró que al igual que con la comunidad lésbica-gay, la Iglesia tiene un asunto pendiente con las mujeres cuyas relaciones están basadas en la violencia -hasta el padre Camilo aceptó, cuando se le preguntó qué habían hecho por el caso de los feminicidios en Ciudad Juárez, que la institución "ha dicho muy poco o prácticamente no se ha hecho nada.
"Somos proclives a la democracia y no tenemos valores democráticos", les señaló el ombudsman capitalino. "La jerarquía católica debe fomentar los espacios de fieles como líderes sociales y no caer en una guerra de sotanas contra laicos". Resaltó, en este contexto, que las monjas tienen prioridad sobre los sacerdotes porque llegan a los lugares más lejanos.
A los religiosos, laicos, sacerdotes, al obispo Samuel Ruiz y los arzobispos Sergio Obeso y Luis Morales Reyes, les dijo que los líderes de la Iglesia tienen que dar ejemplo de congruencia en materia de derechos humanos, a partir de difundir la cultura de la tolerancia, la no discriminación y el respeto. El mensaje de Jesús es amarás a tu prójimo como a ti mismo, nunca le puso apostillas".
Les invito, de la mano de la sociedad civil, a "aproximarnos al tema del narco. No podemos seguir cerrando los ojos. No se trata sólo de narcotráfico, también de narcopolítica, narcoviolencia, narcocultura y ahora "hasta las narcolimosnas".