El manejo de la gripe aviar "asiática" entra a la pugna discursiva en la Casa Blanca
Las amenazas del exterior contra EU, el arma secreta de Bush en crisis políticas
Hoy el presidente hablará "a detalle" sobre su "estrategia comprensiva" en la lucha antiterrorista
Nueva York, 5 de octubre. Ante una serie de graves errores, escándalos e inoportunas revelaciones, que han resultado en el desplome en los índices de apoyo público, no resulta sorprendente que la Casa Blanca recurra una vez más a su arma secreta: alertar al país contra las amenazas que provienen de afuera.
La Casa Blanca ha anunciado que este jueves el presidente George W. Bush ofrecerá un "importante discurso" sobre el "terrorismo". De hecho, el confiado instrumento de las amenazas externas se empezó a emplear desde ayer, cuando el presidente alertó de otra amenaza a la seguridad nacional del país, ante la cual tal vez se tendrá que movilizar a las fuerzas armadas: la gripe aviaria.
El uso del temor de una amenaza externa ha sido parte del arsenal político de Washington desde la fundación de este país. Primero los "salvajes" (indígenas), después los europeos (franceses, españoles), seguidos por toda una gama de conspiradores y subversivos manejados por fuerzas ajenas al país: anarquistas, sindicalistas de todo tipo, socialistas y, por más de medio siglo, el "comunismo". Después del "triunfo" de la "guerra fría" se buscó desesperadamente otro enemigo externo (por un tiempo, fue el narcotráfico), y con el 11-S apareció uno perfecto: el "terrorismo". Y ahora está la "gripe aviaria" que aquí, frecuentemente, se le aplica otra palabra más: gripe aviaria "asiática", para subrayar que es un fenómeno que viene desde "allá".
La Jornada reportó en su edición del miércoles que Bush había puesto a consideración que el Congreso le otorgara poderes para utilizar al ejército a fin de hacer cumplir las cuarentenas en caso de una epidemia de gripe aviaria en el país. "Si tenemos un brote en algún lugar de Estados Unidos, ¿no pondremos entonces en cuarentena a esa parte del país? ¿Y cómo se hace entonces para hacer cumplir una cuarentena?", preguntó el mandatario en conferencia de prensa.
Ahora el tema es otro eje en la pugna política entre demócratas y republicanos sobre si el gobierno de Bush está preparado como para enfrentar "amenazas" después del desastre del huracán Katrina. De repente, la gran epidemia de gripe de 1918, que mató entre 20 y 50 millones a nivel global, causa excitación en los medios, y hoy se informó que científicos han confirmado que fue un virus que pasó de aves a humanos.
Todo empezó la semana pasada cuando el secretario de Salud y Servicios Humanos, Michael Leavitt, informó en sesión a puerta cerrada a legisladores de la potencial amenaza, y alertó que si se convierte en epidemia dentro de este país podría causar entre 100 mil y 2 millones de muertes, y hasta 10 millones de hospitalizados. De inmediato, el Senado incluyó más de 3 mil millones de dólares en fondos para preparativos ante la amenaza en el proyecto del presupuesto del Pentágono.
Pero algunos expertos de salud pública empezaron a espantarse ante las propuestas para enfrentar esta amenaza con métodos militares, señalando que el país estaría mucho mejor preparado si los políticos se enfocaran más en la necesidad de ampliar la capacidad de producción de vacunas, y no haber dejado deteriorarse a tal grado durante años el sistema de salud pública nacional.
Pero regresando a la otra amenaza... El vocero de la Casa Blanca Scott McClellan informó hoy que Bush ofrecerá un discurso "significativo" este jueves en el Fondo Nacional por la Democracia sobre la "guerra contra el terrorismo". El presidente, dijo, hablará en "detalle sin precedente" sobre el "enemigo que enfrentamos" y "la estrategia y la visión de ellos en más detalle que nunca antes". Agregó que "este es un enemigo sofisticado y determinado" con una "visión del mundo que es la opuesta a nuestra visión de la libertad". Por lo tanto hablará de "nuestra estrategia comprensiva para derrotar al enemigo letal y determinado que enfrentamos".
Hoy el vicepresidente Dick Cheney, al cumplir con el nuevo guión de la Casa Blanca junto con otros altos funcionarios, ofreció algunos avances de lo que seguramente formará parte del mensaje de su jefe, subrayando que esta es una guerra que durará décadas. "Como otros grandes deberes en la historia, requerirá décadas de esfuerzo paciente, y será resistido por aquellos cuya única esperanza por el poder es a través de la difusión de la violencia", dijo Cheney en torno a la "guerra contra el terrorismo". Advirtió, ante la Asociación del Ejército de Estados Unidos, que la única manera en que pueden triunfar los "terroristas" es si "perdemos nuestra determinación y abandonamos la misión".
Mientras hoy se presentaron cargos formales de obstrucción de justicia contra el ex jefe de procuración de la Casa Blanca, un ex alto funcionario del Pentágono admitió ser culpable de filtrar secretos oficiales a agentes del gobierno de Israel, y continúan dudas y críticas sobre el manejo de las crisis en Irak y la zona afectada por Katrina, entre otras cosas, el gobierno de Bush busca recuperar su imagen y poder político con un magno esfuerzo para recordar a todos que el enemigo está afuera de estas fronteras.
Nadie duda de la realidad o existencia de estas amenazas. El problema es el manejo político de estas realidades, y si en esta coyuntura, invocar el 11-S y ahora la plaga logra desviar la atención de los graves problemas políticos en Washington.
Ya se verá si estas maniobras políticas de larga tradición funcionan una vez más.