Usted está aquí: viernes 7 de octubre de 2005 Política Lázaro Cárdenas, único presidente de México con prestigio: Javier Garciadiego

El director del Colmex lo considera auténtico "legado moral de nuestro siglo XX"

Lázaro Cárdenas, único presidente de México con prestigio: Javier Garciadiego

Mantuvo sus ideales, pese a que sicópatas como Hitler también estaban en el poder: historiador

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Luis Garc�Montero, Jos�uis Abell�y Mario Ojeda, durante la tercera jornada del congreso C�enas y el exilio espa�FOTO Armando G. Tejeda Foto: Armando G. Tejeda

Madrid, 6 de octubre. "Lázaro Cárdenas es el único presidente con prestigio en la historia de México, por tanto es el único legado moral de nuestro siglo XX", señaló el director de El Colegio de México, Javier Garciadiego, en el contexto del homenaje Gracias México, primero que se realiza en España tras el final de la dictadura fascista de Francisco Franco.

El apoyo del gobierno de Cárdenas a la causa de la segunda república, de Manuel Azaña, fue una "política de Estado", en la que la implicación de numerosos políticos y diplomáticos mexicanos fue crucial en la tarea de salvar del fusilamiento o la cárcel a más de 25 mil personas. En la tercera jornada del congreso Cárdenas y el exilio español, que se desarrolla en la Casa de América de Madrid, se abundó en las virtudes políticas del ex presidente mexicano, tanto por su postura ante la Guerra Civil española (1936-1939) como por las numerosas reformas que impulsó en el interior de México.

El investigador y director de El Colegio de México señaló que "se habla de Lázaro Cárdenas como el presidente reformador y magnánimo, pero en este momento yo veo a Cárdenas como el mandatario estadista, el que supo leer los tiempos y percibir cuál era la nueva naturaleza de la historia. Eso explica que su enfrentamiento con Plutarco Elías Calles no fue un pleito personal, más bien era la confrontación de proyectos y de una lectura de circunstancias".

En relación con las dificultades que enfrentó Cárdenas en los primeros años de su mandato, Garciadiego resaltó las reformas sociopolíticas que impulsó desde el principio, como la reactivación del reparto agrario y el apoyo al movimiento obrero. "Cárdenas, a diferencia de los otros presidentes del maximato, rechazó tajantemente las críticas de Calles y se definió como obrerista y agrarista. Por eso hay que hablar de una primera etapa de su presidencia -la de la toma del poder-, en la que no sólo vemos al Cárdenas estadista que sabe leer los tiempos, sino también al operador político".

En cuanto a la política exterior, el director de El Colegio de México explicó que "su política exterior no fue lineal de apoyar únicamente a un corte ideológico de países, en realidad fue una política exterior que juega de manera mucho más rica tanto en contra de los países de corte fascista, pero también contra la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas". Estas aportaciones del gobierno de Cárdenas provocaron -según Garciadiego- que "México cambió de verdad su imagen, pues ya no era visto como el país del caos sino como nación revolucionaria, nacionalista, pero también moral y justa". Estas aportaciones hicieron concluir a Garciadiego que "Lázaro Cárdenas es el único presidente con prestigio en la historia del país. Sin embargo, no tuvo sucesores, su modelo no tuvo continuidad y cambió a partir de 1940, cuando a pesar del enorme prestigio otro grupo tomó el poder. Entonces el legado de Cárdenas no fue de modelo, sino moral. En ese sentido es nuestro principal referente histórico. Cárdenas vive y es el único legado moral de nuestro siglo XX".

El historiador mexicano Mario Ojeda Revah, autor del libro México y la Guerra Civil española (Turner), confesó que a pesar de no ser partidario de personalizar la historia, "mientras más estudio la figura del general Cárdenas más me convenzo de que fue una figura excepcional en una época en la que había una serie de sicópatas en el poder, como Stalin, Musolini o Adolfo Hitler". El académico añadió que "Cárdenas tomó partido abiertamente por la causa republicana, a la que dio armas en un momento en el que nadie estaba dispuesto a hacerlo. Pero se ha hablado siempre de que México aportó 20 mil fusiles y 20 millones de municiones, lo que no se ha dicho siempre es que ese fue sólo el primer envío que realizó México, pues posteriormente hizo otras entregas de armas e inclusive de algunos aviones que fueron trasladados a España de forma clandestina". Finalmente, Ojeda Revah expresó su indignación ante "la actitud mezquina de una parte de los medios de comunicación españoles, en concreto de los diarios conservadores, por no interesarse en lo más mínimo de este homenaje".

El poeta español Luis García Montero señaló por su parte que "el exilio republicano es, sin duda, una muestra del drama y el horror de la guerra. Pero también me gustaría señalar que el drama del exilio y el desarraigo se siguen dando en el mundo por lo que considero es la razón más totalitaria de todas: el hambre. Por la pobreza y la desesperación que provoca a raudales esta sociedad neoliberal, por eso creo que hoy más que nunca hay que recordar el sufrimiento del exilio republicano español para actuar con generosidad y con todo el corazón con las personas que intentan cruzar a diario nuestra frontera en Ceuta y Melilla"

El investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Héctor Perea resaltó la importancia de los políticos, diplomáticos, intelectuales y muchas otras personas de diversa estirpe y condición social para llevar a cabo la acogida del exilio en México. Mientras que José Luis Abellán, presidente del Ateneo de Madrid, reconoció que durante su infancia y adolescencia, "en España no se hablaba del exilio en ningún lado. Creo que esto se debió a que la dictadura de Franco fue una losa terrible para la sociedad española, que también tiene pendiente el reconocimiento del exilio interior."

Obra de teatro Los niños de Morelia

El drama de los llamados niños de Morelia, alrededor de 500 menores que fueron embarcados por sus padres rumbo a México para huir de la guerra, se evocó también a través de una obra de teatro que se estrenó hoy en Madrid. La representación de Los niños de Morelia, escrita por el dramaturgo mexicano Víctor Hugo Rascón Banda, pretende recuperar, por medio de una "voz colectiva", las numerosas penurias que sufrieron esos niños.

Mauricio Jiménez, director de la obra, explicó que "el asunto de Los niños de Morelia no concierne únicamente a España y a México, pues creo que es una historia trágica de exilio obligado, en la que se manifiesta el conflicto de la no pertenencia y del abandono". En este sentido, Jiménez explicó que "el drama de esos 475 niños tras la guerra civil es, precisamente, la expresión más nítida de la tragedia. Una de las virtudes de esta obra es que es una pieza testimonial, es decir, Rascón Banda metió poco la mano y dejó hablar a los actores de los hechos, para así estructurar una especie de documental metafísico de testimonio y confesión".

 
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