DF: sonrisas para el Seguro Popular
Después de imponer el "Seguro Popular" en el DF, Fox declaró -entre sonrisas- que "en democracia no hay ciudadanos de primera y de segunda". Alegre y dicharachero se mostró, también, Julio Frenk: "mientras más recursos garantizados, más oportunidades para mejorar la infraestructura hospitalaria y evitar saturación de los servicios", aseveró. Por su parte, la Secretaría de Salud del GDF convocó a que pacientes con cáncer cérvico uterino y niños con leucemia se "inscriban al Seguro Popular", y María Elena Ortega -responsable local del engendro- descartó un incremento en la demanda porque "el programa de gratuidad da servicio a la totalidad del universo sin seguridad social en el DF". ¿De veras?
Porque al decir del equipo de salud del Hospital Pediátrico de La Villa -uno de los primeros cinco "certificados" para integrarse a la red del Seguro Popular- la demanda está a tope: "ya estamos al cien por ciento, ¿en qué camas vamos a ubicar a los nuevos pacientes?" El nosocomio opera a máxima capacidad y carece de recursos para prestar la atención adecuada. Lo mismo acontece en los hospitales General de Balbuena y de Iztacalco, donde los trabajadores reportan falta de materiales y medicamentos que, ahora, están a cargo de los pacientes.
Los trabajadores solicitan se incremente personal -el déficit de médicos alcanza 30 por ciento- y eficientice el abasto. El arribo de los "beneficiarios" de ese fantástico "seguro", denuncian, sólo "agravará" las actuales condiciones de trabajo, haciendo "imposible" mejorar la atención.
Igual opinan las enfermeras. Después de atender a 30 pacientes, señalan, "en salario somos casi iguales: no importa si tienes licenciatura o estás preparado en otra área. Como no tenemos reconocimiento profesional, nos tratan igual y nos marginan en todo".
Por algo acaban de constituir el primer sindicato independiente de la profesión, que "no busca competir con el ISSSTE o el IMSS, sino unificar al gremio; luchar por derechos laborales de quienes atienden la disciplina y quieren alcanzar el estatus que aún no tienen en sus centros de trabajo". Para ellas, en México existe maltrato -sobre todo en clínicas privadas-, despidos injustificados, falta de seguridad laboral, social, y hay hospitales donde no se les reconoce antigüedad. Su trabajo está catalogado al mismo nivel del peluquero, plomero o mesero, indican.
Es el caso del Instituto Nacional de Cancerología donde, sin base, apenas ganan 64 pesos diarios por jornadas que rebasan ocho horas y firman contratos cada tres meses, aunque entre firma y firma se queden hasta 15 días sin trabajo. Según sus cuentas, hasta 30 mil enfermeras laboran en hospitales privados, y otras 102 mil pueden estarlo haciendo en consultorios, sanatorios y enfermerías de fábricas o empresas.
Y eso que apenas el 6 de enero, en su día, Fox se comprometió con que a partir de 2005 "las y los enfermeros se desincorporarán del tabulador de salarios mínimos generales", con lo que, agregó, "no sólo se mejorarán las percepciones: hará más atractiva la licenciatura en enfermería para los egresados de bachillerato". E inmediatamente instruyó a Frenk para que, junto con el sindicato, efectuara la revisión salarial, buscara la retabulación y las incorporara al Seguro Institucional de Responsabilidad Profesional en las nuevas condiciones de trabajo de la Secretaría de Salud. Pero como sucede en Foxilandia, ocho meses después ¡no se ha materializado nada!
Ciertamente, el vía crucis de las enfermeras no cabe en los "éxitos" del Seguro Popular publicitados por Fox después de su quinto Informe ("2.5 millones de familias inscritas", presumió en Guadalajara), como tampoco cupo su garrafal "operación" en los Institutos Nacionales de Salud, todos los cuales se ubican en el Distrito Federal. Además de los quejas de los directores de Cancerología, Pediatría, Enfermedades Respiratorias y el jefe de consulta externa de Cardiología, en el de Enfermedades Respiratorias se "ordenan" irregularidades como "reducción de salarios".
Mientras, casi 600 médicos, enfermeras y trabajadores de profesiones afines del Hospital General Bernardo J. Gastélum en Culiacán se encuentran "en resistencia" porque laboran con contratos temporales anuales, salarios ¡cuatro veces menores! que los de base y sin prestaciones ni derecho a la atención médica e ISSSTE. También denuncian "intimidación" por las protestas que hicieron cuando Fox visitó el nosocomio.
El cuadro de fallas del "segurito" de Frenk ya es nacional: antes habían protestado Chiapas, Tlaxcala, Guerrero y el Centro Nacional de Rehabilitación (fisioterapeutas).
Sin embargo, el "democratizador"de la salud, Julio Frenk, declara que su "popular" engendro "superará en número a la población afiliada al ISSSTE"; "ha hecho en 18 meses lo que al IMSS le tomó 19 años" y "afilia a casi 50 mil personas por semana". De paso, reclama 17 mil millones de pesos para "operarlo" (¿electoralmente?) en 2006, mientras la empresa Det Norske Veritas le otorgó la ISO-9001:2000 como ¡garantía de los servicios que ofrece en "todo" el país!
Como señala López Obrador, frente a ese "que no es seguro, ni mucho menos popular", no queda más que una "reforma que preserve las instituciones de seguridad social".
Claro que antes de esa "reforma" habría que congelar las alegrías de Fox y Frenk con una auditoría profunda a ese auténtico fraude que, sólo durante 2005, distrajo 12 mil millones de pesos para agrandar la mercadotécnica sonrisa de Fox.
* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco