Por sus características puede usarse para construcción de viviendas y en la industria automotriz
Físicos de la UNAM desarrollan aglomerado con cascarilla de arroz
Según el director del CFATA, Víctor Castaño, ya se analiza su uso en la aeronáutica
Los beneficios de esta nueva tecnología podrían extenderse a la agroindustria, asegura el experto
Ampliar la imagen Laboratorio de la UNAM, en Juriquilla, donde se estudia la obtenci�el aglomerado ign�go a base de cascarilla de arroz FOTO Mar�Mel�rez Parada Foto: Mar�Mel�rez Parada
Juriquilla, Querétaro. A nadie se le había ocurrido que la cascarilla del arroz, un material que se desecha y que además no es biodegradable, pudiera tener alguna utilidad. No obstante, los expertos del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sí le hallaron un uso, pues produjeron con ésta un aglomerado resistente al fuego y a la humedad, con alta resistencia mecánica y con cualidades aislantes.
Víctor Castaño Meneses, director del CFATA, precisó que el aglomerado ignífugo (es decir, que no propaga el fuego), como se le denominó, se conforma de 90 por ciento de cascarilla de arroz y el resto de aglutinante. Refirió que entre los principales usos que se le puede dar está la elaboración de muebles, puertas y ventanas, y dejó entrever que inclusive puede servir para construir viviendas, pero no de autoconstrucción, porque es un material abrasivo.
Tecnología con posibilidades de lucro
En conferencia de prensa, Castaño Meneses subrayó que este desarrollo demuestra que la tecnología para utilizar desechos rinde frutos. Comentó que este aglomerado podría ser apenas 10 por ciento más caro que el de madera. Sin embargo -sostuvo- que esto no sería un impedimento para su próxima comercialización, porque cuenta con propiedades "muy superiores" al de la madera.
Una de las principales fuentes alimenticias del mundo es el arroz, México no es la excepción, pues es un gran consumidor y productor de este cereal, acotó el experto, al agregar que "30 por ciento de la cosecha de arroz corresponde a la cascarilla, la cual es un material de desecho no biodegradable, pues está formado por óxido de sílice, que desde el punto de vista químico es lo que encontramos en los vidrios, y por tanto, genera problemas ambientales serios; una cuarta parte de sus peso es vidrio, de ahí que sea muy peligroso consumir el arroz que denominan integral, porque se puede obstruir el intestino", alertó.
Sostuvo que el desarrollo tecnológico que se logró en el CFATA al elaborar este aglomerado es "claramente superior" al que se ha buscado en otros países, y por eso "compañías que llevan muchos años explorando su utilidad ya se han acercado a nosotros, doblando las manos y preguntando '¿cómo lo hicieron, porque no logramos hacer lo mismo?'"
El experto abundó sobre el hecho de que este aglomerado sea ignífugo, característica que también le abre la posibilidad de ser empleado en "aeronáutica, en sistemas de construcción verticales, e inclusive en la industria automotriz", por lo cual el CFATA ya ha tenido "conversaciones muy serias con empresas como la Ford".
Pero los beneficios -hizo notar el investigador- se pueden extender inclusive a los campesinos, pues podría generar nuevas fuentes de trabajo en la agroindustria, ya que este material podrían convertirlo en una tecnología de alto valor agregado.
En cuanto a su resistencia a la humedad, aseveró que es "prácticamente inmune a ella, pues absorbe menos de 5 por ciento en peso, mientras un aglomerado de madera se deshace después de pocos días expuesto al agua"; añadió que también tiene elevada resistencia mecánica: "Los aglomerados comunes y corrientes no soportan golpes, clavos ni tornillos, pero el ignífugo se puede calafatear, perforar y darle la forma que se quiera".
No todas son bondades
Otra ventaja de este material es que es resistente a la acción de los microorganismos, no como ocurre con el aglomerado o la madera, que es fácilmente atacada por estos agentes, principalmente por hongos. También es aislante (acústico y térmico), pues tiene muy baja densidad.
Pero no todas son bondades, pues los expertos han observado que es un material abrasivo. Es por ello que la cascarilla de arroz no puede ser utilizada en autoconstrucción, sino que el aglomerado tiene que ser hecho en una fábrica, y sólo así se pueden obtener páneles y ventanas, aseveró el doctor Rogelio Rodríguez Talavera, secretario académico del CFATA.
Agregó que esta tecnología "es una novedad", y que dada su alta resistencia, se han "hecho pruebas en sistemas de colado para soportar grandes columnas en la construcción de edificios de varios pisos, y ha funcionado de manera muy interesante; por eso pensamos que se pueden generar nuevas técnicas de construcción barata y de alta calidad".
Este desarrollo es el fruto de años de trabajo de los expertos del CFATA, por lo que ya se tramitan las patentes correspondientes, indicó Castaño, al dar a conocer que la UNAM ha tenido también contacto con industriales de Colombia, aunque esperan tenerlo con empresarios mexicanos a fin de concretar proyectos en el país.