Estudio del Sela
Sólo comercial, la integración de países de AL
A cuatro décadas y media de la creación de los primeros organismos para la integración de los países de América Latina, los habitantes de la región no han disfrutado sus resultados y se mantiene la percepción de que el tema es sólo cosa de especialistas y de un reducido grupo de empresarios porque se ha privilegiado el tema comercial.
De acuerdo con un estudio del Sistema Económico Latinoamericano (Sela), la debilidad de los organismos existentes es atribuible en gran parte a su carácter "predominantemente intergubernamental", ya que sus integrantes son nombrados por los gobiernos de los países socios, lo que les resta autonomía y los limita a deliberar o emitir recomendaciones sin carácter obligatorio, en lugar de que sus representantes sean elegidos directamente por la población y se refuerce el interés supranacional, como ocurre en la Unión Europea.
Denominado La institucionalidad de la integración en América Latina y el Caribe: posibilidades de articulación y convergencia, el estudio examina las debilidades de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), la Comunidad Andina (CAN), la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN), el Mercado Común Centroamericano (MCCA) y la Comunidad del Caribe (Caricom), y señala que faltan vínculos entre ellos, pero propone como primer paso de la integración regional consolidar un bloque en el cono sur, al que después se una el resto de las naciones.
Negociaciones estancadas
Si bien establece que a finales de la década de los 70 se logró cierto dinamismo comercial, esto se derrumbó con la crisis regional de los 80 que se mantuvo hasta la pasada década y estancó las negociaciones para crear el área de libre comercio del continente.
"El actual esfuerzo integrador comparte también la preocupación casi exclusiva en los contenidos económicos y, en particular, el sesgo acentuado en el comercio, dejando poco espacio para temáticas referidas a otros componentes, históricamente presentes en las relaciones de los pueblos de la región", asienta el documento.
Advierte que el problema de las asimetrías entre los países del continente tampoco ha sido tratado para la integración regional y aclara que no deben limitarse a cuestiones de población, nivel de desarrollo, riqueza, territorio o tamaño de las economías pues debe hacerse énfasis en temas como los mercados financieros o laborales.
Para el organismo, los esfuerzos de integración regional deben ser tomados como una "opción relevante", sobre todo por la existencia de un escenario mundial caracterizado por los altos niveles de incertidumbre y volatilidad, "donde la inserción de manera aislada de los países -y más aún si se trata de los que no están en el comando de la economía mundial- incrementa los riesgos". Pero propone que dicho proceso integrador debe ser un "instrumento de mejora social", en el que la población latinoamericana y caribeña determine el tipo de integración que desea y sepa los posibles impactos que genere.