ASTILLERO
Política ficción
Vuelta a la hoja
Dos pájaros de un tiro
¿Tercero en discordia?
NADA POR AQUI, nada por acá: demostrando una resistencia pugilística extrema, Arturo Montiel se ha levantado de la lona y, con la vista puesta en el infinito, ha propuesto que mejor le sea dada una vuelta a la hoja ensangrentada y que continúe la función circense tricolor. Extraña e insólita manera de buscar las cuerdas tiene el kid mexiquense que horas atrás soltaba metralla verbal contra "ya saben ustedes quién", es decir, contra el tramposo que se había agandallado convocatoria y procedimientos, y ahora filtraba, según eso, delicada información empresarial de las familias Montiel Yáñez y Montiel Versini.
DOBLEZ CERVICAL TACTICO o reconocimiento tardío de grave pifia analítica, pero lo cierto es que el muy maltratado Montiel está dándole en estos momentos una victoria provisional a su presunto adversario acérrimo, quien con enjundia y cinismo acentuados se ha declarado político de manos limpias y ha negado tener algo que ver con el bejaranazo reciente. Madrazo que además ha exigido a Montiel -sin morderse la lengua presupuestal tabasqueña- que explique el origen de su enriquecimiento inocultable y que incluso ha dicho que la esposa del fonéticamente discapacitado Arturito es una "corredora inmobiliaria", asomándose así el caballeroso Roberto a los pantanos sabidos de una relación personal que ha dado motivo abundante para maledicencias en la elite del poder. Resulta que la francesa Maude Versini entró en contacto con el mundo de los gobernadores mexicanos como comisionista de empresas de su país, especialmente en asuntos de publicidad en medios impresos. Maude acabó casándose con el gobernador del estado de México -quien hizo reformar la legislación civil para que no fuese necesario esperar largos plazos después de un divorcio para contraer nuevas nupcias; modificación de la que el propio Montiel fue inmediato beneficiario- y una de las hermanas de la primera dama mexiquense es mencionada con insistencia en relación con alguien que ahora es ex gobernador de Guerrero.
PERO TAMBIEN ES posible que el maltrecho Montiel esté reconsiderando sus acusaciones iniciales y haya caído en la cuenta de que -parafraseando al Manuel Camacho de 1994, al ser asesinado Luis Donaldo Colosio- la bala política que acabaría con su vida lo estaría haciendo también con la de Roberto Madrazo. ¿What?, preguntaría extrañado cualquier parlante de la política que no hubiera pasado por las babélicas (de Babel, no de baba) Academias Salinas. Pues sí: aun cuando en una primera lectura el gran beneficiado del escándalo montielino es Madrazo, la verdad es que con esa elevación extrema de la temperatura se estaban achicharrando las posibilidades del mexiquense, pero también del tabasqueño, de tal manera que ¡oh! han tomado forma concreta las posibilidades de sustitución de los dos que estaban originalmente amafiados -aparentando pleitos que en realidad eran formas entendidas de propaganda- para dar paso a lo que desde la semana anterior se mencionaba con insistencia, es decir, el arribo de un nuevo aspirante, de un candidato de refresco, un "tercero en discordia".
UN RESULTADO CONCRETO del embate siniestro del pasado lunes es que Montiel ha quedado aniquilado como aspirante presidencial, pero, ¿irónicamente?, también su presunto verdugo, pues el grado de confrontación habría llegado a tan alto nivel que entonces los priístas deberían voltear hacia el jefe máximo en turno para preguntar quién debería ser el nuevo Ernesto Zedillo, luego de un golpe mediático que no dejó sangre más que política. Las versiones de la semana anterior, empezadas antes del registro formal de los precandidatos presidenciales, hablaban del interés del licenciado Capo Salinas por instalar a su actual hijo predilecto, J. Natividad González Parás, en la candidatura sustituta. Ayer, reculando, a pesar de las dagas filiales y conyugales recibidas, Montiel parecía defender, a pesar de todo su interés electoral y el de su contlapache original, a Roberto Madrazo.
TAMBIEN LLAMA LA atención el esfuerzo de la señora Marta -eme de mamá, se llamó la columna del martes reciente- por deshacerse de todo aquello que huela a política. Dice una y otra vez que su agenda es social, no política, y este martes, en Celaya, aparte de calificar de chismes sin fundamento los señalamientos contra su hijo Manuel, la esposa del señor alto, de bigotito, cada vez más avejentado, reveló como si nada lo que antes escamoteaba con maestría a los periodistas: "hubo un tiempo en el que sí" pensó en ser candidata a la Presidencia de la República, "se vale, y todos los seres humanos tenemos una etapa en la vida en la que nos sentamos a reflexionar y a definir"; pero ella ya decidió, tajantemente, sin duda alguna, que "no tengo agenda política porque no quiero, mi proyecto de vida no es la política". La señora Marta lo que busca es la puerta de salida; ya no quiere queso de candidaturas, sino salir de la ratonera del tráfico de influencias.
¡AH, POR CIERTO! El señor que habitualmente acompaña a la señora Marta nomás va a hacer un mandado a la tiendita iberoamericana y se regresa para estar atento a los problemas domésticos sureños. Según eso, está interesado en aprovechar el viaje para dar las gracias a Fidel Castro por la ayuda enviada al huracanado México (me das las gracias y te vas, le podría decir el isleño). Y monseñor Abascal ilumina con grata sabiduría las cavernas políticas mexicanas al predicar que la democracia no es asunto angelical. ¡Ah, cuánta calma y paz en el espíritu de los encargados de la política nacional!
Y YA PARA despedirse por hoy, esta babélica columna ficción no puede dejar de lado el hecho de que otro gran beneficiado del escándalo Montiel es el sobrino-Nieto, Enrique Peña, que estaba como velador en Toluca y que ahora tiene mejores condiciones para tratar de quitarse el cacicazgo arturino. Y es que, en un descuido: ¿Tú también, sobrino-Nieto? ¡Hasta mañana, Raza!
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