Datos sobre educación enmendados por la realidad

Testimonio de niña purépecha desmiente el optimismo oficial

KARINA AVILES

La niña María Guadalupe López aprovechó sus cinco minutos en el estrado para dibujar al presidente Vicente Fox el desastre de su pueblo, aun sin huracán. Le dijo que ella no lleva dinero a la escuela porque sus padres no ganan ni el salario mínimo y por eso vende donas a peso; que ahí, en su natal Arantepacua, no hay trabajo, y también le habló de sus sueños: una escuela de dos pisos, con butacas, pizarrones y cancha con jardín .

En la premiación del séptimo concurso nacional Las narraciones de niños y niñas indígenas, tanto el Ejecutivo federal como el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Reyes Tamez Guerra, hablaron de los éxitos alcanzados en materia de educación indígena; de las becas que se otorgan a ese sector poblacional; de cuadernos, lápices y otros materiales entregados a los pequeños de las comunidades, y del programa Enciclomedia en esas zonas. Pero al terminar la ceremonia, María Guadalupe, de 11 años, denunció que a su pueblo no llega nada de lo que mencionó Tamez Guerra: "no nos han dado lápiz ni cuaderno; la beca no llega a tiempo, y tenemos que llevar clavos a la escuela" para pegar los bancos.

La niña purépecha fue una de los 100 ganadores de este concurso para pequeños escritores. Fue además la encargada de dar un mensaje de agradecimiento en nombre de sus compañeros.

Entonces, mencionó que en su pueblo, Arantepacua, Michoacán, ya casi ni hay conejos porque los visitantes ya se les acabaron. Habló del gusto por ir a la escuela y de lo orgullosa que se siente por ser indígena.

Como si tratara de encontrar alguna explicación, le dijo al Presidente, acompañado de su esposa, Marta Sahagún, que ella cumple con las tareas y trabaja bien, pero tiene que vender donas para ayudar a sus padres, porque no tienen dinero.

''Quisiera que en mi pueblo hubiera una escuela más grande, de dos pisos, para que no se junten los grandes con los chiquitos; con butacas para cada uno; pizarrones, ventanas nuevas, una cancha que cuente con jardín, y maestros que enseñen a manejar las computadoras.

''Lo que no me gusta es que lleven comida chatarra. Quisiera que hubiera una cooperativa donde estuvieran las señoras que van a atender, para que no se sienten en el suelo..."

Triunfalismo gubernamental

Después tomó la palabra Tamez Guerra, quien aseguró que en educación indígena se han cerrado brechas de rezago. Apuntó que el sistema educativo atiende a un millón 240 mil niños en 21 mil centros y, de esa población, más de 90 por ciento pertenece a familias que reciben becas del programa Oportunidades.

Adicionalmente, dijo, se hace un esfuerzo para que a "todas" estas escuelas no sólo se les proporcionen los libros de texto gratuitos, sino "todos" los materiales que necesitan para el año escolar, "incluyendo lápices, borradores, cuadernos; todo lo que requieren, dependiendo del año escolar, y todos los niños reciben apoyo".

También aseguró que 65 por ciento del equipamiento del programa Enciclomedia está en zonas rurales e indígenas, y sólo 35 por ciento en ciudades.

El funcionario afirmó que la ''castellanización ha quedado atrás'', y hoy las leyes nacionales reconocen el derecho de los pueblos indígenas a ser educados en su propia lengua, y las autoridades educativas garantizan el acceso a la educación obligatoria, bilingüe e intercultural con pleno respeto a sus derechos lingüísticos.

En su turno, el presidente Fox expresó el compromiso del gobierno para apoyar a los niños y jóvenes indígenas en la continuación de sus estudios, y enfatizó que cuentan con becas para que su enseñanza no se vea coartada por razones económicas.

En relación con los desastres ocasionados por el huracán Stan, reiteró que se repondrá "todo lo perdido" para cada una de las familias damnificadas: "Ya nos arremangamos la camisa, ya estamos en la etapa de reconstrucción y reparación de todos los bienes perdidos".

Cuando el Presidente y su comitiva se habían retirado, y el patio central de la SEP estaba medio vacío, la maestra de María Guadalupe, Domitila Chávez, dijo que no les permitieron interrumpir la ceremonia para hablar de sus necesidades.

Señaló que en su escuela, Vasco de Quiroga, faltan aulas, reparación y muebles; atienden una matrícula de 320 alumnos y "a veces nos mandan 30 butacas".