Cierre del espacio aéreo y toque de queda, entre las medidas para impedir ataques rebeldes
Despliegan operativo de seguridad para el referendo sobre la Constitución en Irak
Pactan acuerdo para hacer enmiendas al texto en 2006, que dejen satisfechos a sunitas
Bagdad, 13 de octubre. Un tercio de millón de militares y policías fue dispuesto en todo el territorio iraquí para tratar de impedir ataques armados de la insurgencia durante el referendo sobre la nueva Constitución del país, que estará cerrado tres días al acceso aéreo y terrestre e inmovilizado por un toque de queda nocturno y restricciones a la circulación civil entre las 18 provincias.
El ministro del Interior, Bayan Baqer Sulagh, dio a conocer hoy que todas esas acciones forman parte de un plan de seguridad para que 15 millones de electores puedan acudir a las urnas este sábado a ratificar la Carta Magna aprobada el 28 de agosto por una alianza de legisladores chiítas y kurdos, bajo la supervisión de Estados Unidos, pero con el rechazo de la minoría sunita.
Este sábado los centros de votación estarán resguardados por alrededor de 190 mil soldados y policías iraquíes; 140 mil militares estadunidenses y 15 mil de los contingentes extranjeros que conforman la coalición aliada a Estados Unidos.
A pesar del dispositivo de seguridad puesto en marcha, un soldado estadunidense fue abatido cuando realizaba un patrullaje en Dujail, unos 50 kilómetros al norte de Bagdad. En otros hechos de guerra perdieron la vida seis personas, incluidos tres policías en Kirkuk, dos civiles en Mosul y una mujer en Tikrit.
La muerte del estadunidense fue dada a conocer por el comando central de ocupación en Bagdad, mientras un grupo de militares de Estados Unidos hablaba con el presidente estadunidense George W. Bush en una teleconferencia.
"Forman parte de una misión histórica: establecer los cimientos de la paz. Nadie está más orgullo de ustedes que yo", dijo el gobernante.
El silencio de los líderes sunitas sobre la ratificación del texto constitucional marcó la jornada, 24 horas después del anuncio de que los parlamentarios responsables de la redacción de la constitución pactaron un acuerdo para que la Asamblea Nacional introduzca en 2006 enmiendas al documento legal, que den satisfacción a las demandas de los sunitas, que constituyen 20 por ciento de los 26 millones de iraquíes.
En cambio, el gobierno de Estados Unidos elogió el acuerdo establecido el miércoles entre los legisladores sunitas, chiítas y kurdos, después de mes y medio de negociaciones.
"Consideramos el acuerdo alcanzado como algo muy positivo", afirmó el vocero de la Casa Blanca, Scott McClellan.
Los cambios, sin embargo, no quedaron reflejados en los cinco millones de ejemplares que la misión de Naciones Unidas en Bagdad imprimió con miras a la difusión del documento, antes del referendo.
Las modificaciones pactadas incluyen la posibilidad de llamar a un nuevo referendo constitucional en 2006; la aceptación en el gobierno de antiguos militantes del partido Baaz que no tengan acusaciones penales; y el uso oficial del árabe en la región kurda, en el norte de Irak.
Los sunitas, representados mayoritariamente por el Partido Islámico Iraquí, rechazaron en agosto el texto constitucional porque instituye el federalismo, que aprueba la autonomía kurda y favorece el aprovechamiento regional de la riqueza petrolera, ubicada principalmente en las provincias chiítas del sur.
En tanto, la agrupación Al Qaeda en Irak negó la autenticidad de una carta publicada el miércoles por los servicios de inteligencia de Estados Unidos en un sitio en Internet, atribuida a Aymán Zawahiri, lugarteniente del líder de la red, Osama Bin Laden.
"Eso muestra el nivel de fracaso que los infieles alcanzaron", dijo la red Al Qaeda en Irak con relación a la misiva fechada el 9 de julio, en la que Zawahiri pide al líder de Al Qaeda en Mesopotamia, Abu Mussab Zarqawi, que cese los ataques contra chiítas en Irak, a quienes declaró en los primeros días de septiembre la "guerra total" por haber aprobado el proyecto de constitución junto con los kurdos.