Continúa el rescate de cádaveres y el recuento de daños
Que el gobierno nos apoye en la reconstrucción, claman en Chiapas
Motozintla, Chis., 13 de octubre. A medida que las condiciones permiten llegar a las comunidades que estaban incomunicadas, va saliendo a flote la verdadera magnitud del desastre causado por el huracán Stan en Chiapas.
Entrevistado en esta cabecera municipal, adonde llegó después de caminar 20 horas para pedir ayuda, Octavio Hernández Morales, comisario ejidal de Santo Domingo la Cascada, municipio de Siltepec, reveló que 10 personas murieron y 100 casas quedaron destruidas por el desborde de un río y el deslave de cerros.
Hernández sostuvo que de las mil viviendas de esa comunidad 100 desaparecieron y 400 sufrieron daños, y no ha llegado ayuda para los pobladores que están en el cerro y apenas se guarecen con lonas.
Luis Herrera Solís, encargado del gobierno estatal para coordinar la ayuda en seis municipios de la sierra, informó que más de mil comunidades y rancherías de la zona siguen incomunicadas. Ni siquiera por aire se puede llegar, debido a la neblina.
En Piedra Labrada, comunidad de Chicomuselo, a casi cuatro horas de Motozintla, el panorama es desolador: decenas de hombres, mujeres y niños observan los terrenos donde estaban sus viviendas cubiertos de piedras y árboles de más de cien años y 50 metros, arrastrados por las aguas la semana pasada. Ceibas, cedros y otras especies están tirados sobre lo que hasta hace una semana era una calle.
Al ver a los periodistas los pobladores se desahogan entre llantos: ''Queremos que el gobierno nos ayude a construir nuestras casas. Ya no tenemos nada'', es la demanda constante entre las mujeres. Las lluvias del miércoles pasado reavivaron la angustia. ''El río se llevó nuestras casas y todas nuestras pertenencias, pero ni con quién pelear. ¿Qué le vamos a hacer? Tenemos que aceptar lo que Dios manda'', dijo resignada Marlene Verdugo. ''Esta colonia era muy mentada, muy conocida, y ahora mire cómo quedamos.''
En Piedra Labrada, situada en la región frontera-sierra, el río Tachineda destruyó 70 casas y dañó otras tantas; los servicios de agua, electricidad y teléfono están suspendidos. El agente municipal Esaú Roblero Pérez dijo que ésta y otras comunidades de la zona están incomunicadas con la cabecera de Chicomuselo por la caída de un puente.
Por lo menos nueve comunidades de la parte alta están aisladas. Aquí más de 500 de las mil 100 familias resultaron damnificadas, pero a diferencia de otras localidades ya recibieron despensas. Las cosechas de maíz, cacahuate y arroz se perdieron.
Jesús Morralla, de 76 años y uno de los pobladores más viejos de Piedra Labrada, comentó que no se explica por qué el río creció tanto.''Nunca había visto yo una cosa parecida a esta desgracia.''
En la comunidad Emiliano Zapata, también en Chicomuselo, una persona murió y 30 viviendas fueron arrastradas por las aguas, que no pararon durante cuatro días la semana pasada, según informó el agente municipal Armín Angel Villatoro.
Hermelando López fue arrastrado por la corriente del río el 2 de octubre y su cuerpo rescatado hace cuatro días. Era del barrio Platanar. Villatoro dijo que existen versiones de que otras personas fueron arrastradas por las aguas, pero hoy no se ha encontrado otro cuerpo humano.
Los barrios de El Plan y Platanar continúan aislados, lo mismo que otras comunidades, por lo que el funcionario pidió a las autoridades estatales y federales que ''se apuren a restablecer el paso''.
La entrega de la ayuda humanitaria sigue siendo lenta e insuficiente. Fuera de la unidad deportiva de Motozintla, donde se ha establecido el centro de operaciones de las autoridades civiles y militares, decenas de personas, muchas de ellas representantes de comunidades que han caminado hasta aquí, esperan despensas.
Algunos dicen que llevan hasta cuatro días sin recibir ayuda y despotrican contra el presidente Vicente Fox y el gobernador Pablo Salazar.
De la unidad deportiva salieron hoy decenas de vuelos de helicóptero hacia distintas comunidades para entregar ayuda. En la mayoría de los casos lo consiguieron. A Belisario Domínguez, además de los víveres, llevaron cinco ataúdes.
En ese lugar, 10 rescatistas conocidos como topos buscan cuerpos. En las mismas aeronaves han sido rescatadas 25 personas enfermas, entre ellas mujeres embarazadas.
En algunos sitios de la entrada a esta cabecera huele a podrido y se observan varios vehículos hundidos en pozas. No hay agua potable ni teléfono.