Usted está aquí: domingo 16 de octubre de 2005 Sociedad y Justicia Indígenas destacan el valor de la organización para recuperar poder

Comunidades guerrerenses culminan festejos por los 10 años de la policía comunitaria

Indígenas destacan el valor de la organización para recuperar poder

Abstencionismo y aversión a partidos se asomaron en foro donde participaron agrupaciones sociales

ROSA ROJAS ENVIADA

Ampliar la imagen Elementos de la polic�comunitaria marcharon, ayer, por las calles de la comunidad guerrerense de Pueblo Hidalgo FOTO Oscar Alvarado Foto: Oscar Alvarado

Pueblo Hidalgo, San Luis Acatlán, Gro., 15 de octubre. Es necesario recuperar el poder político, educativo y económico de las regiones indígenas, "porque un pueblo sin poder ni recursos para organizarse no es soberano, pueblo sin poder es sojuzgado y le imponen cómo debe ser y cómo debe comportarse", señalaron la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) y el comité ejecutivo de la policía comunitaria en su declaración al término del foro con el que se celebró el décimo aniversario del Sistema de Seguridad, Justicia y Proceso de Reducación Comunitaria.

El acto convocó a unas 700 personas, entre integrantes de los pueblos me phaa (tlapaneco), na savi (mixteco), nahuatl y ñomdaa (amuzgo), comisarios y policías comunitarios de este municipio, Marquelia, Copanatoyac y Metlatónoc, así como representantes de organizaciones sociales, como el Frente Popular Revolucionario, la Promotora por la Unidad Nacional y Contra el Imperialismo, académicos y jóvenes universitarios, que durante dos días revisaron la experiencia de un sistema de justicia que ha demostrado su efectividad en una década.

La palabra poder se repitió constantemente en las mesas que discutieron los temas Acuerdos de San Andrés; Defensa de la soberanía nacional; Construcción popular de un nuevo proyecto de nación; Soberanía alimentaria, producción y comercio justo; Participación de la mujer, y Justicia y seguridad alimentaria. Tener poder, se definió aquí, "significa ser libres para definir nuestro propio destino".

Quizá pocas cosas ilustren tan claramente lo que puede ser tener poder como una parte de la discusión en la mesa sobre construcción popular de un nuevo proyecto de nación la tarde del viernes. Una indígena buscaba responder la pregunta, ¿cómo debe mandar el pueblo?, y explicaba: "en 1994-95, cuando nos organizamos es que no esperábamos nada, le pedíamos al gobierno seguridad porque había violaciones (en los caminos) y no había respuesta... cuando decidimos organizarnos lo resolvimos (creando la policía comunitaria). Debe mandar el pueblo al gobierno mediante asambleas que llame el comisario en cada pueblo. Hay que organizarnos".

Un indígena intervino: "el pueblo ha fracasado con sus votos; cada compañero que creímos que nos iba a resolver los problemas y las injusticias... pero llegan a la Cámara de Diputados y nada... Hoy debemos discutir cómo parar aquellos elementos que se autonombran candidatos y al ratito se olvidan del pueblo".

Este tema permeó en varias mesas. Era de esperarse, porque en este municipio acaba de perder la presidencia municipal el PRD. Y como comentaba en una taquería una señora a un periodista de Acapulco: "aquí castigamos a Jenarito (Vázquez, alcalde saliente) y ganó el PRI. Lo que no sabemos es si los castigados seremos nosotros". Así, una de las conclusiones en la mesa sobre los acuerdos de San Andrés fue: "se propone no acudir a las urnas a votar, pues los partidos políticos han demostrado estar lejos de los intereses del pueblo y cerca de los del poder económico, rechazando el modelo de 'democracia' que nos han impuesto".

Las actividades de este sábado se iniciaron con un desfile por las calles del pueblo. Participaron los integrantes de la CRAC, unos 200 policías comunitarios, y las tres bandas que la noche del viernes amenizaron el festejo. Siguieron honores a la bandera, el Himno Nacional en tlapaneco y luego en español, el juramento a la bandera y la lectura de una carta del obispo de Tlapa, Alejo Solana Castro, a la policía comunitaria, deseándole que se fortalezca "en coordinación con las demás autoridades de Guerrero".

El comisario Cirino Plácido reseñó los 10 años de la policía. Recordó las presiones, amenazas y persecuciones que han vivido, subrayando que el trabajo ha sido del tamaño de los resultados. Rememoró a los cinco policías asesinados en el servicio gratuito a sus comunidades. Reiteró que la creación de la agrupación ha demostrado a Guerrero y al país "que sí es posible un cambio.

"Algo que tiene raíces y nace desde abajo, que tiene vida y legitimidad tiene futuro, no es algo artificial, hemos tenido tropiezos, pero también grandes resultados, cada día nos estamos mejorando. La policía no tiene prisa por crecer; hay mucha demanda para sumarse, pero eso lo decide el pueblo en asamblea, no es una decisión de autoridad."

Plácido, quien participó en los festejos pese a estar enfermo, enfatizó que "no se necesita gran cantidad de dinero ni de armamento más moderno para garantizar la seguridad".

Aseveró que la policía "nunca será usada para reprimir a inconformes; se creó para garantizar la seguridad del pueblo"; lo mismo que no se cobrará ni un centavo por aplicar la justicia. "Aquí es diferente a la justicia del estado donde el pobre no tiene justicia porque no tiene dinero", afirmó.

Apuntó que no son los únicos que están en lucha, también están las juntas de buen gobierno, los campesinos que se oponen a la construcción de la presa La Parota; todos los que luchan por el futuro del pueblo de México y la soberanía.

En la declaración del décimo aniversario se asienta que en la lucha por la seguridad y justicia comunitaria han aprendido "que luchar desde nuestras comunidades contra la inseguridad y la injusticia, es a la vez luchar en contra de los gobiernos que niegan nuestros derechos, que olvidan y excluyen a nuestros pueblos".

Apuntan los retos que deben enfrentar para continuar con el crecimiento de su sistema de seguridad, y con ello refrendar la dignidad de su pueblo: la defensa de sus territorios, la participación activa de la mujer, la búsqueda de la soberanía alimentaria y el comercio justo. "Ir pensando en la construcción popular de un nuevo proyecto de nación".

Asimismo, "la lucha contra el divisionismo en nuestras comunidades y para combatir esta problemática debemos retomar nuestras formas de organización al margen de partidos y seguir fortaleciendo los acuerdos comunitarios, pues la historia reciente nos ha enseñado que los partidos no reconocen los derechos de indígenas en sus agendas, por el contrario, han robustecido el paternalismo y han generado clientelismo para preservar los privilegios de unos cuantos".

Se necesita -asientan- "enriquecer las experiencias comunitarias orientadas a conocer y poner en práctica los acuerdos de San Andrés. Nuestro sistema de justicia y seguridad comunitaria es producto de ejercer la libre determinación de los pueblos y se fundamenta en esos acuerdos; los cuales debemos seguir consolidando en nuestra región y ampliarlos a partir de nuestras propias experiencias, lucha y resistencia".

Llaman a producir los comestibles básicos para recuperar la soberanía alimentaria, a combatir las semillas transgénicas, a evitar que se contaminen los maíces criollos, "si no cuidamos esta parte, nuestras luchas, resistencias y el sistema de seguridad y justicia comunitaria se ponen en grave riesgo".

Añaden que si hay hambre, pobreza y dependencia en sus pueblos no podrán tener una justicia plena, y que la construcción del poder del pueblo, la soberanía alimentaria y la justicia comunitaria sólo puede hacerse dentro de sus territorios y, por tanto, deben defenderlos.

 
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