El bailarín y coreógrafo finlandés se presenta en el Festival Lila López
Con la danza intento provocar la responsabilidad social: Aaltokoski
En el escenario es esencial dejar que las emociones estén a flor de piel, afirma
San Luis Potosí, SLP, 15 de octubre. La danza del finlandés Alpo Aaltokoski está cargada de fuerte contenido social. No es un aspecto deliberado, sin embargo, sino un remanente inconsciente de su faceta como trabajador social, desarrollada en la década de los 80, según resalta.
Ubicado entre los más importantes coreógrafos y bailarines de su país y uno de los renovadores de la danza en Europa, merced una propuesta que se vale de elementos audiovisuales y tecnológicos, el artista nórdico precisa que la suya es una visión enfocada a alentar la responsabilidad social más que ejercer una postura crítica.
"Mi trabajo con familias y niños abandonados es algo que quedó ya en el pasado. Empero, ha pesado mucho en mi visión sobre la vida, me ha ayudado entender la naturaleza humana y a forjar un tipo de filosofía", comenta.
"Es inevitable, entonces, que mi propuesta dancística tenga fuerte influencia de esa experiencia y lo refleje, así sea de manera inconsciente, ya que no me lo propongo, cuando menos no como punto inicial. Sin embargo, en mis obras, más que una crítica, sí hay cierto manejo a provocar la responsabilidad social, que finalmente es el objetivo de todo arte."
Aaltokoski se encuentra en esta capital desde el pasado fin de semana como una de las estrellas principales del 25 Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López.
Fue invitado por partida doble: para impartir un taller de danza contemporánea, como parte del programa académico de este encuentro, y también para mostrar su faceta artística, con la presentación de su espectáculo Deep&Promises, que tuvo lugar la noche de este viernes en el teatro del Centro de Difusión Cultural Raúl Gamboa.
Con su propuesta artística, el coreógrafo finlandés busca hablar "de lo inevitable del abandono y la muerte, el anhelo de dejar huellas de uno mismo, lo cual, de cualquier forma, finalmente desaparece y se convierte en parte de un paisaje más grande, la importancia del subconsciente y la privacidad".
Así, en su pieza Deep busca hacer una reflexión sobre las grandes preguntas ontológicas de quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos, a partir del cuestionamiento de la soberbia humana en lo concerniente a su origen animal.
"Los seres humanos parecemos olvidar y despreciar nuestra naturaleza animal. No reparamos que en el fondo somos lo mismo, que debajo de nuestra piel todos tenemos músculos, huesos y sangre; la superficie es lo único que marca nuestras diferencias", explica.
"Con esta obra no busco hablar desde un punto de vista evolucionista, si bien comparto el punto de vista científico de Darwin. Lo que pretendo simplemente es abordar la razón de ser, cómo toda cultura tiene su explicación sobre el origen humano".
Promises, en tanto, es una pieza en la que aborda la relación de pareja hombre-mujer, "tema osado en la danza", y cuyo planteamiento está centrado en la forma de relacionarse que culturalmente prevalece en Finlandia.
De acuerdo con Alpo Aaltokoski, la danza en su país natal es ya impensable sin el apoyo de recursos audiovisuales y tecnológicos, lo mismo que en gran parte de Europa.
Aunque precisa que sólo son herramientas, "ya que la danza es el arte del cuerpo y, por tanto, será siempre el elemento preminente", y agrega que la incorporación de estos nuevas aspectos "están creando sin duda una nueva expresión artística".
Tanto en su papel de coreógrafo como en elde bailarín, el creador define que su trabajo tiene un planteamiento ciento por ciento racional e intelectual. No obstante, aclara que en el escenario "es esencial dejar ir esa racionalidad y permitir que los sentimientos y emociones estén siempre a flor de piel".