El filme Sueños, de la realizadora de origen indio Renée Chabria, cerró el encuentro

El documental Toro negro ganó el tercer festival de Morelia

La cinta, que obtuvo premio en San Sebastián, relata la vida del torero indígena Fernando Pacheco, El suicida

Imcine la financió sólo porque González Iñárritu intervino, dicen los realizadores

JORGE CABALLERO ENVIADO

Morelia, Mich., 15 de octubre. Toro negro, de Pedro González Rubio y Carlos Armella, ganó como mejor documental en el tercer Festival Internacional de Cine de Morelia, mientras que el premio al mejor cortometraje en competencia fue para David, de Roberto Fiesco, así como el mejor cortometraje documental fue para Teatro mágico, de Jaime Munguía Ortiz. Los premios del público fueron para el largometraje internacional de estreno Oliver Twist, de Román Polanski; el documental Muxes: auténticas, intrépidas, buscadoras de peligro, de Alejandra Islas, y el cortometraje Con la cola entre las patas, de Carlos Sama.

El viernes por la noche se presentó Toro negro, documental ganador del premio Nuevos Horizontes Latinoamericanos en el pasado Festival de San Sebastián, donde causó una enorme impresión.

Los jóvenes cinerrealizadores, quienes trabajan actualmente haciendo un documental de la filmación de Babel, de Alejandro González Iñárritu, mencionaron que precisamente a este realizador se debe que el Foprocine les hubiera otorgado el apoyo económico: "Lo estuvimos pidiendo al Instituto Mexicano de Cinematografía, pero no nos dieron el dinero; cuando González Iñárritu vio un adelanto del trabajo nos ayudó a que el Foprocine nos otorgara el apoyo".

Los directores concretan cómo se dio el conecte: "González Iñárritu le habló a Joskowicz (presidente del Imcine) y él nos llamó a nosotros para que nos dieran el dinero. Ahora estamos consiguiendo fondos para trasladarlo a 35 milímetros".

Más allá de ser un testimonio de carácter étnico-cultural, Toro negro es una profunda introspección en la vida de un torero que se arriesga por una pasión.

Intimar con el personaje

La cinta muestra un vistazo en el acontecer de Fernando Pacheco, El suicida, joven torero de 23 años que habita en la región maya, en el sureste mexicano, y que tiene como virtudes la honestidad y la lucha constante para alcanzar sus sueños, pero que también es víctima de la autodestrucción, el alcoholismo y la violencia.

A decir de González Rubio y Armella, una de las cualidades más importantes de dicho trabajo es que se logró intimar con el personaje: "Dejamos de ser espectadores para convertirnos en la conciencia de un héroe trágico y reconocer en él los esquemas universales de la condición humana".

Explicaron que durante el rodaje, vivieron junto con Fernando, la lucha por llevar una existencia digna, por conseguir la admiración y el respeto de quienes lo rodean, pero cayeron de manera constante en la autodestrucción: "Conocimos a Fernando durante una corrida de toros, organizada en el pueblo de Nuevo Xcan, como parte de las celebraciones del Día de Muertos. Su carácter temerario y las adversidades en las que se vio envuelto durante la fiesta nos cautivaron, y a partir de entonces, nos involucramos con él", relataron los jóvenes.

La acción se desarrolla desde los ruedos llenos de gente hasta pequeños espacios íntimos en las comunidades de Valladolid y Dzitnup, en el estado de Yucatán. Ahí, los personajes emocionalmente se desnudaban ante la cámara o inclusive perdían la conciencia de ser observados y escuchados.

"Es una especie de reality show en el que nuestro fin es conseguir emociones encontradas en el espectador, a partir del recuerdo que nosotros tenemos sobre la convivencia que sostuvimos durante más de un mes con Fernando", explicaron.

Los cineastas destacaron que una de las mayores virtudes de Toro negro es que se trata de una obra llena de humanismo, y denota una entrega honesta, tanto de los personajes como de los realizadores, capaz de conmover a personas de cualquier estrato social, económico y cultural.

Una de las conclusiones a la que los realizadores llegaron al culminar este largometraje, es que Toro negro "muestra que el ser humano es víctima de su propia inmadurez emocional y de su falta de carácter, como Fernando".

Toro negro (2004) se filmó en ocho semanas, bajo la producción de David R. Romay y Pedro González Rubio. El documental está hablado en español y maya, en el formato Mini DV a color, con 87 minutos de duración.

En la película participan Fernando Pacheco, Romelia Sosa, Mario Tello, Flor, Selene, Gabriela, Teodoro, Trampolín y Juanito.

El reconocimiento de un mexicano

Con la proyección de Sueños, de la cineasta de origen indio Renée Chabria, cerró ayer la tercera edición del Festival Internacional de Cine de Morelia. Chabria desestimó que su cinta se trate del triunfo del american dream: "No, es la victoria del reconocimiento de un mexicano con sus semejantes en un país extranjero, que a pesar de que se siente solo, frente a su puerta, detrás y a los lados está rodeado de sus semejantes. Es una historia de confrontación y complemento cultural y humano Es una historia de coraje, valentía y actos heroicos de un hombre que deja una vida en busca de otra mejor. Porque el american dream no existe".

Sueños cuenta con la participación en los roles estelares de Ana Claudia Talancón y John Leguizamo, pero se incluye a una pléyade de músicos mexicanos, entre los que se encuentran El Gran Silencio, Zoé, Kinky, Plastilina Mosh, Café Tacvba, Las Ultrasónicas, Celso Piña, Pepe Aguilar, Ely Guerra y Cartel de Santa.

La cinta cuenta la historia de Antonio, joven y talentoso músico michoacano que sueña con triunfar en Los Angeles, pero desilusionado por el rechazo quiere aventar la toalla; hasta que conoce a un locutor, El Zorro, quien lo alienta a participar en un concurso musical.

Retomando su respuesta anterior la también directora de Generation X: The documentary, agrega: "El american dream es únicamente un slogan para vender un producto, lo utiliza Estados Unidos para promocionarse internacionalmente".

Una foto: la génesis

El interés de esta cineasta por tocar este tema tiene su germen: "Todo nació por una fotografía de mi padre frente a la Estatua de la Libertad cargando una maleta, recién desembarcado de la India, con 27 años y todas las ganas de comerse al mundo. Además tengo un montón de amigos mexicanos y sudamericanos que trabajan en Los Angeles por los cuales siento un profundo respeto, porque están tratando de hacer algo mejor, de superación personal".

La película está actualmente en cartelera en Estados Unidos y los comentarios que ha recibido, informa la documentalista, "han sido buenos por parte de la crítica; pero lamentablemente en cuanto al público le ha ido mal, porque no le han hecho mucha publicidad. Nuestra distribuidora no considera que a este tipo de películas se les deba hacer mucha promoción porque no hay un mercado para este tipo de temas. Si supieran del potencial económico que gastan los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos en cine, 4 mil millones de dólares anualmente, su perspectiva cambiaría".

Otra de las cosas que lamentó la directora fue que: "mi película no tiene distribución en México, por eso estamos aquí, para conseguir uno. Tampoco en Europa ni en Sudamérica".

Acerca del concepto musical de la cinta, Chabria refiere: "Concibo mi película como un musical, pero no en el estricto sentido del término. Hay 40 canciones. Hace tres años visité Monterrey con John Leguizamo y los integrantes de El Gran Silencio nos pasearon por la ciudad y nos presentaron a los demás musicos de Monterrey; lo mismo pasó hace un año con Café Tacvba en el Distrito Federal. De hecho, su guitarrista, Joselo, fue quien enseñó a tocar a los actores de la película, aprendieron muy rápido.