Usted está aquí: lunes 17 de octubre de 2005 Política La Policía Comunitaria inhibe abusos del Ejército

Exigen mujeres mayor participación en ese sistema

La Policía Comunitaria inhibe abusos del Ejército

Acuerdan indígenas de Guerrero retomar planteamientos expuestos en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona

ROSA ROJAS ENVIADA

Pueblo Hidalgo, San Luis Acatlán, Gro. Fuerte se escuchó la voz de mujeres indígenas este año en el décimo aniversario de la Policía Comunitaria y el Sistema de Justicia y Reducación Popular de la Costa Montaña de Guerrero. Como la comunitaria le exige al gobierno, ellas le exigieron a sus compañeros: coordinación y respeto a sus aportaciones. Demandaron que salga el Ejército de las comunidades indígenas y denunciaron la violación -sin que haya justicia hasta el momento- de dos mujeres tlapanecas por militares.

En el foro realizado aquí para celebrar el triunfo de la organización comunitaria ("orgullo de la región") y la existencia de este sistema de justicia, se acordó analizar la Sexta Declaración de la Selva Lacandona lanzada por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, difundir sus contenidos, "retomar los planteamientos en los que estamos de acuerdo y participar en la construcción de un nuevo proyecto de nación". Esto incluye la traducción del documento a lenguas indígenas.

Se señaló también que "es de vital importancia" apoyar la otra campaña promovida por los zapatistas.

En la mesa sobre soberanía alimentaria se planteó la necesidad de crear frentes para la defensa de su cultura, productos y mercados, y se propuso la organización por sectores productivos desde las comunidades a escala regional e interregional para revertir las actuales tendencias del campo. Aunque la Policía Comunitaria es ejemplo de organización, "no podemos quedarnos sólo con ese proyectoi; ahora debemos construir un proyecto más integral", señalaron.

El acto convocó a 700 personas, entre integrantes de los pueblos me phaa (tlapaneco), na savi (mixteco), náhuatl y mestizo; comisarios y policías comunitarios de Malinaltepec, Marquelia, Copanatoyac y Metlatonoc, así como representantes de organizaciones sociales, como el Frente Popular Revolucionario, la Promotora por la Unidad Nacional y contra el Imperialismo, la colonia Emperador Cuauhtémoc de Chilpancingo, entre otras, además de académicos y especialistas.

En el pleno estuvieron asimismo autoridades tradicionales del municipio autónomo ñomdaa (amuzgo) de Xochistlahuaca y representantes de su radio comunitaria La palabra del agua. Asistió también un amplio grupo de representantes de agrupaciones oaxaqueñas, como Organizaciones Indígenas de Derechos Humanos de Oaxaca.

Participaron también un amplio número de jóvenes universitarios mexicanos e integrantes de colectivos españoles de medios de comunicación alternativos, que apoyaron a los chavos del país en las labores de difusión.

Fue notable su esfuerzo para instalar -en este pueblo perdido en la Montaña de Guerrero, al que se llega por una brecha, que sería intransitable de no ser porque fue rastreada para los festejos- un centro de medios con una red de Internet, que permitió enviar y subir a la web la información del acto utilizando nuevas tecnologías de la comunicación.

Ellos no tuvieron la culpa de que, aparentemente por las lluvias, se suspendiera el servicio de electricidad y, claro, no faltó el sospechosismo de que esto tuviera relación con un compló para boicotear los festejos.

Contribuyó en mucho que este pueblo "esté lleno de computadoras", como informó Víctor Figueroa Varela, técnico en computación desempleado, que se ocupa de sembrar su tierra en esta comunidad y apoyar a la Comunitaria y al albergue indigenista cuando requieren sus servicios como en este caso.

Sin embargo, "uno no puede trabajar siempre gratuitamente, uno necesita de qué vivir", indica.

Indígenas e Internet satelital

El Centro Comunitario de Aprendizaje (CCA) tiene seis computadoras, todas cubiertas de polvo y en el albergue hay 10 más. El problema es "que la CDI de Ometepec dice que no hay presupuesto para pagarle al instructor para que enseñe a los niños a usarlas".

En el CCA pasa lo mismo. Trajeron las máquinas en 2001; el promotor estuvo dos años, su sueldo lo pagaba el ayuntamiento, pero ya no hay presupuesto, así que las máquinas no son utilizadas y se están echando a perder.

Además se deben 12 mil pesos por el servicio de Internet satelital, por lo que ya fue suspendido. Un joven voluntario que trabaja en Chiapas en la zona de conflicto, comentó que problemas similares se presentan en en los CCA de Ocosingo y Las Margaritas y que sólo funciona el del municipio de Siltepec.

En la mesa sobre la participación de mujeres, primera en estas reuniones, una treintena de ellas se enfrascó en un intercambio trilingüe de ideas: español, mixteco y tlapaneco.

Las participantes afirmaron que el reto será que su participación en la Comunitaria ya sea sólo una buena intención que se queda en palabras, "como ha sucedido en años anteriores". En esta década, indicaron, han brindado su aportación en formas diversas, "aunque consideramos que no ha sido reconocida y valorada por los compañeros ni compañeras mismas.

"Esto es apenas un logro, sin embargo, esperamos llegar pronto a un aniversario en que esposas y familiares de compañeros policías asistan también a estas celebraciones, y no sea privilegio de la mitad de quienes conformamos el proyecto."

El gran problema que se vislumbra, dijeron, es la comunicación con los esposos. "Primero hay que reconocer que lo que nos afecta a las mujeres también afecta a los hombres, y que lo desconcierta que nuestros compañeros también a nosotras nos aflige."

Las mujeres participantes propusieron "comenzar en nuestras casas" para resaltar la importancia del trabajo compartido, a fin de que se puedan realizar las tareas domésticas "de manera más equitativa".

Subrayaron que la problemática de la discriminación que viven es extensiva a muchos lugares del país: la región Costa Montaña de Guerrero no es la excepción.

Dijeron que las mujeres también buscan defender su territorio; demandaron que el Estado garantice salud y educación para ellas y sus familias, además de mejorar sus condiciones de vida, y aseguraron que defienden el proyecto comunitario, "del cual no sólo nosotras encontramos beneficios o avances, sino que, junto con los compañeros, también soñamos por una situación distinta".

También relataron que en Guerrero existe una violencia estructural de género. "Con la presencia e intervención del Ejército, con el pretexto de terminar con la amapola y el narcotráfico, en realidad quienes más nos vemos afectadas somos las mujeres indígenas, porque somos el punto mas vulnerable, con el que pueden atacar a todo nuestro pueblo.

"Como ejemplo están las dos compañeras me'phaa del municipio de Ayutla, quienes fueron violadas por militares y a quienes aún no se les ha hecho justicia. Cabe mencionar que si conocemos de estos dos casos es porque las compañeras contaron con el apoyo de su organización para denunciar, pero, ¿cuántos casos más de violación no habrá por parte de militares o judiciales en nuestro estado? ¿Por cuánto tiempo más las mujeres de los pueblos indígenas hemos de aguantar a gente desconocida que sólo quiere meternos miedo?", cuestionaron.

Por lo tanto, consideraron que en su región, a partir de la creación de la Policía Comunitaria, los casos de abuso contra las mujeres disminuyeron considerablemente. "Este sistema de justicia y seguridad comunitaria habría de aplicarse en otras regiones cercanas a nosotros, en el mismo estado de Guerrero."

Mencionaron que además de sus tareas domésticas y de producción, hoy están empezando a luchar para poder tener un cargo, "defender nuestro derecho y enfrentar la discriminación.

"Este es el buen camino. Consideramos que esto no debe quedar aquí, somos nosotras las que lo debemos hacer. Quizá el día de mañana seamos otras mujeres, tal vez lo sean nuestras hijas o hijos, quizá nuestros nietos... Hoy les pedimos a nuestros compañeros que tanto en nuestras casas como en la comunidad caminemos juntos, no uno adelante y otra atrás."

Recordaron en 1998 comenzaron a participar cinco mujeres, "pero hubo fuertes jaloneos por nuestra participación y poco a poco nuestra labor se limitó a la cocina, en algunos casos a las finanzas, pero pocas veces a la toma de decisiones".

"El propio pueblo nos discrimina"

"Con desconcierto vemos que, en la región de la Costa Montaña, las mujeres que queremos participar en la lucha colectiva, capacitarnos, quienes queremos llegar a hacer un trabajo de concientización con nuestras compañeras, somos consideradas prostitutas o mujeres malas.

"Nosotras les decimos que eso no es verdad, que así como los pueblos indígenas luchan con dignidad porque se nos reconozca y no se nos vea con malos ojos por parte de los malos gobiernos y la gente que tiene el poder, nosotras nos sentimos discriminadas por nuestro propio pueblo."

Agregaron que ahora que vuelven a participar de manera real en estas reuniones y debates, y "para que no quede sólo en idea", se pedirá a la coordinadora que cuando se cite a reuniones regionales sean convocadas mujeres de diferentes comunidades para que participen y se dé seguimiento a estos encuentros.

Además, propusieron crear una comisión de seguimiento para la participación de la mujer en la Policía Comunitaria, cuya primera sesión se efectuará el 5 de noviembre en Pueblo Hidalgo.

 
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