Enrique Iglesias pretende crear un consejo que ayude a jefes de Estado y de gobierno
Buscarán empresarios de Iberoamérica incidir en políticas públicas de la región
Salamanca, España, 16 de octubre. El mundo empresarial iberoamericano fue uno de los protagonistas de la Cumbre de Salamanca, que marcó su primera participación en este tipo de encuentros, y el paso inicial en la ambición de lograr una incidencia directa en las políticas socioeconómicas de la región.
Convocados por idea de la Secretaría General Iberoamericana (Segib), que encabeza Enrique Iglesias, 200 influyentes empresarios de uno y otro lado del Atlántico participaron desde el miércoles hasta el viernes pasados en el primer Encuentro Empresarial Iberoamericano, organizado al margen de la Cumbre de Salamanca.
Allí se analizó durante una serie de debates la problemática económica de la región, desde la inseguridad jurídica que se vive en muchos países de América Latina hasta la cuestión energética, pasando por el entorno macroeconómico y la profundización de la integración de los mercados financieros en Iberoamérica.
Entre los empresarios presentes en el foro se encontraban Antoni Brufau (presidente de Repsol YPF), Ana Patricia Botín (Banesto), César Alierta (Telefónica) y Antonio del Valle Ruiz (Grupo Empresarial Kaluz, de México).
La intención de Iglesias, que goza de un gran prestigio en el sector privado tras su paso por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), es formar un Consejo Empresarial permanente, que colaborará con iniciativas para ayudar a los jefes de Estado y de gobierno iberoamericanos.
"Vamos a empezar a trabajar con la comunidad empresarial para establecer una agenda de cooperación e inversiones", anunció un muy optimista Iglesias al evaluar los resultados de la Cumbre de Salamanca, cuyo principal objetivo fue relanzar a Iberoamérica.
Pese a que esta invitación representa de por sí un gran paso para un sector ausente en las cumbres, la ambición de varios de los empresarios que estuvieron en Salamanca es mucho más grande: lograr un diálogo directo, regular y sin intermediarios con los mandatarios, para hacerles propuestas.
En ese sentido, el presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio de Chile, Hernán Somerville Senn, puso como ejemplo la dinámica establecida en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), donde los empresarios tienen la oportunidad de reunirse cara a cara una vez por año durante una hora con los jefes de Estado y de gobierno.
"Si podemos hacerlo en ese ámbito, donde los socios son de orígenes culturales tan diferentes, como China, Japón o Estados Unidos, cómo no vamos a poder lograrlo en Iberoamérica, donde los vínculos son mucho más fuertes", explicó.
De todos modos, para lograr establecerse como interlocutores válidos, los empresarios deberán trabajar primero para cambiar la percepción de una población "decepcionada de los resultados de la participación del sector privado en los servicios de infraestructura", como indicó Antonio Vives, del BID.
"Hay que mejorar la imagen del sector privado en América Latina", indicó el experto, al citar una encuesta según la cual la mayoría de los latinoamericanos "no está satisfecha con la economía de mercado, pero al mismo timpo cree que es necesaria".
La coyuntura ofrece en ese marco una gran oportunidad: América Latina propone el clima macroeconómico "más atractivo de las tres décadas recientes" para la inversión extranjera, como dijo Ana Patricia Botín durante uno de los debates de Salamanca.
Esta situación podría generar una "segunda oleada" de inversiones españolas en América Latina.