Londres se deslinda; "vincularnos con esas atrocidades no tiene sentido", expresa
GB, detrás del atentado cometido cerca de la frontera con Irak, acusa Irán
Rice concluyó gira en la cual llamó a impedir que Teherán desarrolle armas nucleares
Ampliar la imagen Un sobreviviente de los bombazos en un mercado de Ahvaz es atendido en el hospital de esa ciudad, ubicada unos mil kil�ros al sur de la capital iran�OTO Reuters Foto: Reuters
Teheran, 16 de octubre. Miembros de Ejecutivo y el Parlamento iraníes acusaron hoy al gobierno de Gran Bretaña de estar implicado en el doble atentado ocurrido el sábado en Ahvaz, localidad cercana a la frontera suroeste con Irak -donde está asentado el ejército británico de ocupación-, principalmente habitado por población de ascendencia árabe.
"Muy probablemente, quienes están relacionados con esos atentados son agentes británicos que estaban implicados en anteriores incidentes en Ahvaz y Khuzistán", señaló el viceministro del Interior de Irán, Mohammad Hossein Musapur.
"Al tomar en cuenta la presencia de tropas británica a lo largo de nuestras fronteras, existe la inquietud de que estén implicados en los atentados de Ahvaz, dado que tenemos informaciones sobre su papel en anteriores disturbios", afirmó de su lado Allaedin Borujerdi, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores y de Seguridad Nacional del Parlamento de Irán.
Los atentados ocurrieron en un mercado de Ahvaz, capital de la provincia de Khuzistán, limítrofe con Irak, donde murieron cinco personas. Dos bombas artesanales, colocadas en botes de basura, explotaron por la tarde.
Las acusaciones de los iraníes ocurren menos de un mes después de que Gran Bretaña acusó a Irán de apoyar acciones insurgentes de musulmanes chiítas en el sur de Irak, particularmente en la región de Basora, donde están estacionadas las tropas británicas desde la invasión de marzo de 2003.
Algunas manifestaciones separatistas han ocurrido recientemente en la provincia de Khuzistán, pero el atentado del sábado es el incidente más grave registrado hasta la fecha.
La embajada de Gran Bretaña en Teherán difundió hoy un comunicado en el que se deslindó de los atentados y señaló: "hubo especulaciones en el pasado sobre un presunto involucramiento británico en Khuzistán", pero "vincular al gobierno británico con estas atrocidades no tiene sentido".
El intercambio de acusaciones entre Londres y Teherán ocurre en momentos en que las tensiones entre Gran Bretaña, Alemania, Francia y Estados Unidos han tensado sus relaciones con la república islámica a causa de la reactivación de la planta iraní de Isfahan -en el centro del país asiático-, con miras al enriquecimiento de uranio para el desarrollo de fuentes alternas de energía.
El gobierno británico asegura que los rebeldes iraquíes utilizan explosivos que proveen la Guardia Revolucionaria Iraní y el movimiento islámico Hezbollah.
La ruptura de negociaciones entre el gobierno de Irán y la Unión Europea -en julio- para establecer un acuerdo de cooperación energética y la reanudación de actividades en la planta de Isfahan -el 8 de agosto- propiciaron que la Agencia Internacional de Energía Atómica abriera el 24 de septiembre la opción para que intervenga el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Las pláticas fueron interrumpidas después de dos años, luego de que Irán rechazó cancelar su programa de enriquecimiento de uranio, a cambio de comprar ese material a los europeos.
De su lado, la secretaria de Estado estadunidense, Condoleezza Rice, concluyó este domingo en Londres una gira por Europa para buscar un acuerdo diplomático que impida el desarrollo de armas nucleares iraníes, según publica este lunes el diario The Independent.
Rice estuvo el viernes en Moscú, donde el canciller ruso, Serguei Lavrov, dejó clara la postura de su gobierno en el sentido de que Irán tiene derecho a enriquecer uranio.
La funcionaria estadunidense señaló que Irán debe volver a la mesa de negociaciones con los europeos para "encontrar una solución aceptable que le permita disponer de un programa nuclear civil, sin suscitar interrogantes".
Sobre este tema, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Hamid Reza Assefi, reiteró la negativa de Teherán de suspender una vez más -como hizo en 2003- las actividades en la planta de Isfahan, dado que no tiene fines militares.
El funcionario confió en que el asunto no será llevado al Consejo de Seguridad y destacó la disposición del gobierno iraní a reanudar negociaciones con los europeos.