En gira por Acacoyahua, insiste en que "repondrá todo", pero con apoyo de los mexicanos
Exhorta Fox a no anteponer credo ni partido a la ayuda en Chiapas
Salazar Mendiguchía reconoce: "lo difícil está por venir... miente quien dice lo contrario"
Ampliar la imagen Marta Sahag�Josefina V�uez Mota, titular de la Sedeso, durante su visita al centro de acopio y distribuci�ara damnificados por el hurac�Stan, en Motozintla, Chiapas FOTO Notimex Foto: Notimex
Acacoyagua, Chis., 16 de octubre. En un afán por superar la división interna en aquellas poblaciones chiapanecas enfrentadas por motivos religiosos y políticos, e integrar a sus pobladores a las tareas de reconstrucción, el presidente Vicente Fox Quesada pidió deponer toda filiación política o de culto, pues según él, "todos creemos en Dios, en un mismo ser superior''.
Pero eso, añadió, "para nosotros es oídos sordos; no cuenta aquí, absolutamente para nada. Ni salir con que soy católico, evangélico o de otra iglesia... lo que cuenta es la solidaridad, la unidad, darnos la mano''. Tampoco vale, había dicho, que alguien salga con que milita en el PAN, en el PRI o en el PRD.
Pero al tiempo que insistía en su promesa de "reponer todo'', el mandatario se permitió una reprimenda: "no se trata de estar sentados en nuestra casa -lo que quedó de ella- a que llegue la autoridad y nos regale todos los faltantes. No es ése el espíritu de la solidaridad que nos distingue a los mexicanos. Todos vamos a poner algo, vamos a trabajar para esta recuperación''.
De paso ofreció "abundancia de crédito'' para reponer las actividades productivas que, como en el caso del café en la región del Soconusco, alcanzan niveles de devastación.
Entonces, al tiempo de ofrecer la recuperación incluso de "las cosechas perdidas'' y fortalecer la economía local, Vicente Fox pidió a la gente informar "con total veracidad'' sobre las cosas que perdió con las lluvias, pues "vamos a verificar todo''.
Fox secundaba en esas arengas al gobernador Pablo Salazar Mendiguchía, quien también se afanaba ante el micrófono y retomaba las figuras retóricas de los rebeldes zapatistas: "¡Hoy, to-dos somos Motozintla! ¡Hoy, todos somos Chiapas!'', para pedir manos y recursos para enfrentar el desastre. Fiel a su estilo de acercarse al gobierno federal, gritaba que en estas tareas "el Presidente (Fox) va a la cabeza y nosotros con él al lado, para levantar a Chiapas de esta desgracia''.
Sin embargo, en su vehemencia, el mandatario local daba un mentís a las expresiones del propio jefe del Ejecutivo, cuando hace una semana en entrevistas sucesivas dio por concluida la emergencia en Chiapas. Hoy, Salazar Mendiguchía reconoció que algunas regiones están saliendo de la contingencia -luego de dos semanas de la llegada del meteoro-, pero planteó: "Con franqueza, todavía nos faltan comunidades que están muy allá en la montaña, adonde todavía no hemos llegado''.
Aún no se sabe "de qué tamaño es el daño''; para eso opera ya el Comité Estatal de Evaluación. Sin embargo, ahí mismo, ante la gente de Motozintla, se iba de nuevo contra el temprano optimismo del presidente Fox: "si alguien nos ha dicho que lo difícil ya pasó, nos está mintiendo... lo difícil todavía está por venir''.
Hay que reconstruir caminos, escuelas, sistemas de agua potable, clínicas y todo eso llevará tiempo y se requiere mucho dinero.
La desgracia en Chiapas, más allá de los mensajes ante los micrófonos y una vez que cesaron las lluvias, muestran cada día su dimensión real.
Fox lo sabe y por eso sus reiterados llamados a la unidad, "pues nadie puede quedarse fuera de la reconstrucción''. Frente a quienes ya desde antes vivían en completa pobreza, hoy les pidió colaborar "y ya verán ustedes que no sólo vamos a recuperar lo perdido o a reponer los bienes materiales, sino que lo vamos a reponer con creces. Ese es el compromiso que tenemos todos''. Su apremio está, sobre todo, en edificar las nuevas viviendas fuera de las zonas de alto riesgo.
La empresa implicará un complejo rediseño urbano, pues, de acuerdo con el mandatario, en los seis estados afectados por las inundaciones, hay más de cien mil casas afectadas.
En Motozintla, donde se perdieron, además de viviendas, los sistemas de agua potable y la gente clama por el entubamiento del río Xelajú, se estableció una base para atender las necesidades de la sierra junto con otra en Mapastepec.
La titular de la Secretaría de Desarrollo Social, Josefina Vázquez Mota, informó sobre las afectaciones y la vía para atenderlas, en más 40 municipios chiapanecos, en el que definió como uno de los peores desastres vividos por la entidad en muchos años.
Indicó que se han entregado 207 mil despensas, que equivalen a 15 millones de raciones. Esto, además de la instalación de 45 cocinas comunitarias. Hay 21 mil chiapanecos en los programas de empleo temporal. Las viviendas dañadas en la zona de inundaciones suman 37 mil 500, 12 mil de las cuales se perdieron totalmente.
Diariamente se realizan alrededor de cien operaciones aéreas a las sierras de Motozintla y Mapastepec. Laboran en el área 3 mil 400 trabajadores de la salud en más de 200 comunidades. Persisten abiertos 144 albergues con casi 22 mil personas.