Fue despedida en Guadalajara por injuriar a su jefe
Indiferencia oficial a una mujer con 14 días en huelga de hambre
Ampliar la imagen Gabriela Marroqu�sufre las consecuencias de la falta de alimento en dos semanas FOTO Arturo Campos Foto: Arturo Campos
Guadalajara, Jal., 17 de octubre. Al cumplir hoy dos semanas en huelga de hambre frente a palacio de gobierno, el rostro de Gabriela Marroquín ha perdido expresión, no habla y su mirada se pierde en el infinito. Recostada a un lado de su tienda de campaña, sobre el césped de la plaza de armas, lo único que la mantiene firme es el objetivo de ser reinstalada en el Centro General de Comunicaciones, de donde fue despedida por "insultar a su jefe", como se consigna en la notificación de cese que le entregaron.
Durante estos 14 días la indiferencia de las autoridades estatales ha sido total; si acaso ha habido interés de agentes de Asuntos del Interior que se acercan cuando arriban reporteros o paramédicos de las cruces Verde y Roja a realizar revisiones.
Gabriela, con voz apenas audible, cuenta que la semana pasada dicha dependencia envió un sicólogo para que tratara de convencerla de la inutilidad de su causa.
Meses atrás, la mujer de 44 años de edad y madre soltera denunció corrupción y acoso laboral del titular del servicio telefónico de emergencia 066 -dependiente de la Secretaría General de Seguridad Pública de Jalisco-, en el cual trabajaba, lo que motivó que fuera cesada de acuerdo con el oficio SSPJ 3689/2005 por: "Injuriar en público a su superior, Héctor Navarro Nava, al decirle corrupto a través de una cartulina y una manta el día 23 de junio de 2005, siendo las 10 horas en la Plaza de Armas, incurriendo en la causal prevista en el inciso A y C, fracción 5, del artículo 22 de la Ley para los Servidores Públicos del estado de Jalisco y sus Municipios".
Sin embargo, el inciso A de dicha ley señala que es causa de cese "incurrir el servidor durante sus labores en faltas de probidad y honradez, en actos de violencia, amagos, injurias, malos tratos en contra de sus jefes, compañeros, o contra los valores de uno u otro, dentro de las horas de servicio y en los lugares del desempeño de labores, salvo que medie provocación o que obre en legítima defensa".
Marroquín denunció además que fue golpeada, como consta en un parte médico de los servicios municipales de Tonalá, con "agente contundente" que le produjo "signos y síntomas de contusiones", cuando el 20 de septiembre pasado intentó ingresar a sus clases en la Academia de Policía y Vialidad, donde estudia la licenciatura en seguridad pública. Por este hecho presentó la queja 2212/2005/II en la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
La mujer ha reconocido que su caso debe resolverse en las instancias laborales, pero considera que son juicios largos y sus necesidades económicas son inmediatas, por lo que busca la intermediación del gobierno local para agilizar el trámite.