Según las autoridades sólo fue "una protesta" de un grupo de reclusas "hostiles"
Desencadena motín la muerte de una interna en Santa Martha
Padecía epilepsia; de acuerdo con el testimonio de sus compañeras, empezó a sentirse mal a las cuatro de la madrugada y no recibió atención médica hasta las ocho de la mañana
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Polic� ingresan al �a de dormitorios del penal de Santa Martha Acatitla para controlar la situaci�OTO Jes�llaseca
Foto: Jes�llaseca
La muerte de una interna en el penal femenil de Santa Martha Acatitla, ocurrida la madrugada de ayer, desencadenó un motín que duró más de cinco horas. A pesar de los gases lacrimógenos que arrojó la fuerza pública, internas y sus familiares pudieron denunciar la falta de asistencia médica, la extorsión y malos tratos de que son objeto.
Los hechos comenzaron alrededor de las cuatro de la madrugada de ayer. Según el testimonio de internas del dormitorio E, a esa hora empezó a sentirse mal su compañera Norma Angélica Ortega Sierra, de 29 años, por lo que llamaron a las custodias para que recibiera atención médica. Sin embargo, esto no sucedió y más tarde falleció en los baños, después de sufrir convulsiones.
El personal de vigilancia llegó después de las ocho de la mañana, lo que provocó el enojo de las reclusas, quienes se empezaron a reunir en el área de visita familiar para reclamar por lo sucedido, e incendiaron algunos objetos para llamar la atención de las autoridades.
Después de la una de la tarde, el secretario de Gobierno del Distrito Federal, Ricardo Ruiz Suárez, indicó que "no se trató de ningún motín, sino de una manifestación de inconformidad" de unas 200 internas por la falta de atención médica.
Explicó que se solicitó el apoyo de granaderos para resguardar el exterior, mientras elementos de Fuerza de Tarea de la Secretaría de Seguridad Pública local y del Grupo Tiburón ingresaron y lanzaron gases lacrimógenos a las internas "para controlar la situación".
Aunque las autoridades insistieron en que no se trató de un motín, el Diccionario de la Real Academia Española define esta palabra como un "movimiento desordenado de una muchedumbre, por lo común contra la autoridad constituida".
Acudieron más de 600 elementos
Los granaderos llegaron en ocho camiones; su función no fue sólo resguardar las inmediaciones del penal, pues ingresaron por grupos. El total de la fuerza utilizada para controlar "la manifestación" de las internas fue de 460 granaderos de los agrupamientos oriente y poniente, 42 elementos de Fuerza de Tarea, 66 de la policía montada y alrededor de 50 policías judiciales del Grupo Especial de Reacción e Intervención.
María del Carmen Sierra fue informada por teléfono, a las 9:30 horas de ayer, por una interna, de que su hija había fallecido en el penal de Santa Martha Acatitla. "Sucedió una desgracia, venga de inmediato", le informó una compañera de su hija. Así, sin que ninguna autoridad se lo comunicara oficialmente, supo que Norma Angélica, quien padecía de epilepsia, estaba sin vida.
La madre de la interna fallecida narró entre llanto que apenas después de las dos de la tarde pudo salir del penal para dirigirse a la agencia 44 del Ministerio Público, donde le entregarían el cuerpo de su hija.
La Dirección General de Reclusorios informó, mediante un comunicado, que el deceso de la interna "se produjo de forma natural, ya que sufrió una crisis convulsiva, de acuerdo con el informe médico y su historial clínico". No obstante, las internas señalaron que la falta de atención médica fue lo que produjo la muerte de su compañera.
A pesar de ser replegadas por la policía, las mujeres sacaron mantas y cartulinas con leyendas de protesta, por las ventanas de sus dormitorios. "Ayuda", "Exigimos medicinas, no golpes", "Muchas somos inocentes", rezaban sus mensajes, que agitaban para llamar la atención de las cámaras fotográficas y de televisión.
Más tarde, internas que lograron comunicarse con sus familiares les comunicaron que la situación era "cada vez peor", aunque las autoridades penitenciarias informaron que todo estaba bajo control.
La desesperación se propagó entre las reclusas, porque los gases lacrimógenos llegaron a los dormitorios donde se encontraban los niños que habitan en el penal con sus madres. Algunas internas llamaron a teléfonos celulares de sus familiares que se encontraban en la entrada del penal, por lo que la comunicación sobre lo que sucedía dentro empezó a fluir.
De acuerdo con diversos testimonios de reclusas, que pidieron omitir sus nombres por temor a represalias, los elementos policiacos entraron a los dormitorios golpeando a quien se les pusiera enfrente.
Según la versión oficial, la protesta la iniciaron alrededor de 30 internas "de actitud hostil", quienes ya habían sido sometidas en el patio del penal. Más tarde se comunicó que algunas fueron trasladadas al penal femenil de Tepepan.
Entre los gritos y la confusión generada por la entrada de los elementos policiacos, algunas mujeres informaron que dos niños recién nacidos habían fallecido asfixiados por los gases lacrimógenos, pero esta versión fue negada por las autoridades. Conforme transcurrieron las horas llegaron más personas a preguntar por sus familiares.
Ante la presencia de los medios de comunicación, llegaban con expedientes de documentos expedidos por médicos y la Comisión de Derechos Humanos del DF, que indicaban la atención médica que requerían las internas, sin que les fuera proporcionada por las autoridades del penal.
"Toda la medicina la tenemos que comprar nosotros, y luego ni siquiera nos dejan ingresarla si no pagamos", se quejó el esposo de una interna.
Una mujer informó sobre la enfermedad de su hermana, y mostró dictámenes médicos, recetas y quejas interpuestas por la falta de atención, pero después llamó para solicitar que se omitiera su nombre, pues personal del penal les advirtió que "si salía una llamada más" para dar información serían "enviadas al siquiátrico" y nadie recibiría visitas este martes.
En el comunicado oficial se informó que el director general de Prevención y Readaptación Social, Hazael Ruiz, "estuvo atento a las demandas y dio instrucciones para que éstas sean atendidas conforme a derecho y el reglamento interno del reclusorio".
Asimismo se asentó que, en presencia de personal de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal y de la Secretaría de Salud local, la dependencia desahogará las peticiones, por medio de mesas de atención en materia jurídica, de salud y de seguridad.