H5N1: ¿qué hacer?
La influenza aviar es una enfermedad agresiva y mortal trasmitida de las aves a los humanos. El causante o agente es un virus, el H5N1. Se trata de un ser microscópico que se une a las células, ingresa en ellas y se reproduce. Después se libera y pasa de una célula a otra en el organismo, dañándolo en su totalidad. Afecta principalmente los sistemas respiratorio y digestivo. En su forma más grave conduce al síndrome respiratorio agudo severo y a la muerte por neumonía. Es una patología que ya está entre nosotros, en el sudeste de Asia y en Europa (en granjas). En América hay sospechas de su aparición en Colombia. La preocupación principal es que pueda producirse una pandemia, es decir, una epidemia mundial cuyas consecuencias serían desastrosas. ¿Qué hacer?
Son muchos los niveles en los que se debe actuar. En todos, el elemento central es el conocimiento, y también su difusión. Es importante conocer al agente. El virus de la influenza tiene tres tipos (A, B y C). Los que afectan al humano son los dos primeros, y sólo los del tipo A pueden causar pandemias. El virus es una molécula de ácido ribonucleico envuelta en proteínas. ¿Por qué se llama H5N1? En el grupo A existen varios subgrupos clasificados por el tipo de componentes presentes en su cubierta: los denominados H (hemoaglutininas), que regulan su capacidad de unirse y penetrar a las células, y los subtipos N (neuroaminidasas), que controlan la liberación de los virus recientemente formados en las células. La denominación aplicada al causante de la gripe aviar tiene que ver con las particularidades de estos dos elementos.
Los tratamientos antivirales deben dirigirse a inactivar alguno de estos mecanismos. Algunas drogas, como el Tamiflu y el Relenza, inactivan la liberación de los virus de las células infectadas (es decir, inhiben la neuroaminidasa). Por tanto, una de las medidas en caso de una pandemia es contar con una dotación suficiente de medicamentos antivirales, cosa que es difícil por su disponibilidad y costos para las naciones en desarrollo. Para colmo, un trabajo publicado la semana pasada sugiere que el Tamiflu no es totalmente efectivo contra la influenza aviar. De cualquier manera hay que tenerlos. En este terreno, ¿qué estamos haciendo en México? ¿Podríamos crear o disponer de suficientes antivirales en el caso de una pandemia? Corresponde la respuesta a la Secretaría de Salud (Ssa), que por cierto todavía no habla directamente de este tema.
El tiempo es crucial. Hay muchas cosas que se pueden hacer, no solamente cuando la enfermedad se ha instalado.
Veamos el otro extremo, la prevención. Los portadores y reservorios del H5N1 son las aves silvestres. Ahí hay muy poco que hacer, más que preguntarnos cómo la adquieren. Pero sabemos que transmiten el virus a las aves domésticas como pollos, patos o gallos de pelea. Eso significa que debemos contar con un sistema de vigilancia epidemiológica sobre las granjas, sean grandes o pequeñas. La información es aquí vital. Debe informarse a la población rural de los peligros que entraña esta enfermedad para quienes manejan esas granjas y sus familias. Deben divulgarse los síntomas en las aves, con el fin de poder detectarlos oportunamente. Esto corresponde a la Secretaría de Agricultura. ¿Existe la suficiente comunicación entre Agricultura y Salud? Los intercambios comerciales que implican aves y el constante flujo de personas entre regiones y países requieren también atención especial.
¿Cómo saber que se trata del H5N1? ¿Estamos en el nivel de Turquía o Rumania, que tienen que enviar sus muestras a Londres o a otros países para verificar que se trata de la influenza aviar? ¿Tenemos en México la capacidad de identificar rápidamente al virus? Yo creo que sí, pero nos daría más tranquilidad que nos lo dijera la Ssa.
No existe todavía una vacuna, por lo que la prevención es muy limitada. La creación de vacunas es un desafío y es, al mismo tiempo, responsabilidad de todos. Nadie se puede sentar a esperar que otros nos den las soluciones. Como en los casos anteriores, la investigación juega aquí un papel de gran importancia. Tenemos la capacidad humana. Mientras nos entretenemos con las campañas políticas, podríamos preguntarnos: ¿dónde están los recursos para la investigación en este campo?
En el escenario de una infección a nivel humano, el sistema de salud en México es muy eficiente en el aislamiento y control de los casos que pudieran presentarse. Pero puede verse rebasado, cuando no se cuenta con medios de prevención y tratamientos adecuados.
¿Qué hacer? Esperar las indicaciones de la Ssa, que ojalá no tarden mucho tiempo. Por lo pronto, vacunarse contra la influenza común y seguir las recomendaciones de nuestras abuelas: incrementar las medidas de higiene personal, tener buena alimentación y taparse el pechito.