POESIA PARA LLEVAR
El soneto, otra vez
SIGO CREYENDO QUE si uno decide formarse no con un maestro sino con las formas poéticas debe considerar que la mejor es el soneto. De allí en adelante todo es bueno. Puede muy bien pensarse que el soneto ¿cómo?; que el soneto al final, que primero las coplas, el corrido, la décima. No he dicho que al principio, pero seguro alguno imaginó que en efecto, sin decirlo, es lo que pienso. Empezar por el soneto (si se quiere al mismo tiempo puede practicarse con otras estrofas, entre ellas el muy aclimatado haikú), o por lo menos no desdeñar que por él puede comenzarse es una muy eficiente disciplina mental.
AHORA, TRADICIONALMENTE la disciplina que el poeta necesita es entrenar su corazón. Bueno, aunque el corazón tenga razones que la razón desconoce, el soneto es muy buen entrenador de corazones. ''Entonces un mensaje sibilino/ va a decirse, y despierto repentino." es dístico que cerraría muy bien un buen soneto, más que bastante bien, diría quien esto (no los versos, de los que en seguida hablaré) firma. Se trata en realidad de las líneas primera y tercera del segundo terceto de soneto de Pedro Martín Ibarra, quien escribió a esta columna solicitando una opinión al respecto, la cual le enviaré por correo electrónico. Mientras, aprovechando espero que sin abusar de su confianza, observemos que el penúltimo verso del texto, que a la letra dice ''en cuya oscuridad luz enarbola," resulta, así, suelto, algo precisamente oscuro, no se capta a las primeras de cambio. ¿Y puesto en su lugar? Ahí desde luego, pero... ¿resulta (mejor que indispensable) dispensable? En efecto. ¿Sube sin él la calidad? Cierto.
PERO NO ES en este momento eso lo que más importa. ¿Por qué está ese verso ahí? Porque nuestro escritor lo necesita en la secuencia CDC DCD que ha elegido para sus tercetos (a los cuartetos corresponderán las rimas A y B). ¿Y si modificamos un poco eso (no se trata de cuadrar sino de cuadrar diciendo), y optamos por otra fórmula, valedera también, como CDC CDD, un levísimo cambio? En el poema, entiendo, el autor se encuentra frente a lo abismal del lenguaje, representado por el mar y al final del segundo cuarteto expresa: ''Sin embargo mis miedos desanudo/ y desoigo el instinto que conserva".
LUEGO VENDRA: ''Avanzo un paso y la amenaza en ola/ cae sobre mí. Me envuelve un torbellino/ con la fuerza que da la furia sola.// Entonces un mensaje sibilino/ en cuya oscuridad luz enarbola,/ va a decirse, y despierto repentino". Yo le propongo, don Pedro (y reconozcamos hay también un leve cambio de sentido, pero en los versos, no en el poema, que pienso llega mejor a puerto): ''Avanzo un paso, y amenaza la ola,/ cae sobre mí y me envuelve, en torbellino/ donde la oscuridad luz enarbola.// Con la fuerza que da la furia sola/ entonces un mensaje sibilino/ va a decirse, y despierto repentino."
ESTE, POR SUPUESTO, es un comentario, no una corrección. A partir de mirarse en el espejo del comentario pudiera don Pedro retomar su trabajo y pulirlo. Agradezcamos aquí su paciencia, y la compañía general, si nos acompañaron, de los lectores.