Usted está aquí: jueves 20 de octubre de 2005 Cultura Un mexicano participa en el rescate del alma de Nueva Orleáns

Carlos Miguel Prieto dirigirá a la Sinfónica de Nueva York, en el Lincoln Center

Un mexicano participa en el rescate del alma de Nueva Orleáns

La música es parte esencial de esa ciudad y un huracán no la va a borrar, dice a La Jornada

Fue nombrado director musical de la legendaria Orquesta Filarmónica de Luisiana

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Ampliar la imagen La batuta de Carlos Miguel Prieto, quien en septiembre de 2006 asumir�a titularidad de la Filarm�a de Luisiana FOTO Archivo La Jornada Foto: Archivo La Jornada

Nueva York, 19 de octubre. Un mexicano participa en el rescate de Nueva Orleáns, de su cultura y de su alma, a través de la música, pero en este caso no es jazz o blues, sino clásica.

Esa misión se manifestará próximamente en esta ciudad, cuando el maestro Carlos Miguel Prieto estará al frente de la Filarmónica de Nueva York, en una de varias actividades para resucitar la ''alma" de la ciudad devastada por la naturaleza y por los políticos.

''La música es manifestación del alma de las personas", dice Carlos Miguel Prieto, y por eso su papel es particularmente importante en el rescate humano ante el desastre, como en el caso de Nueva Orleáns.

A principios de este año, Prieto fue nombrado como el próximo director musical de la Orquesta Filarmónica de Luisiana, una de las grandes orquestas de Estados Unidos, y que, con el resto de su ciudad sede, enfrenta el desafío de resucitar después del huracán Katrina.

Portavoz de una ciudad

''Una orquesta es un portavoz muy importante de una ciudad", afirma Carlos Miguel Prieto en entrevista con La Jornada, y señala que en esta coyuntura, esa orquesta ''tiene ahora un papel preponderante en la reconstrucción de Nueva Orleáns". En esa ciudad hay ''una relación muy especial con la música y la vida", afirmó, incluyendo el que esta orquesta ''goza de un público fiel", por su calidad y su prestigiosa historia. Músicos de todo este país entienden esto, e igual que los de jazz y blues, los músicos clásicos han expresado su solidaridad con sus compañeros en Nueva Orleáns. ''Ha habido mucha solidaridad de diferentes instituciones, además del sindicato de músicos, y de orquestas diversas", informó Prieto.

Es en este contexto que el próximo 28 de octubre Carlos Miguel Prieto conducirá la Filarmónica de Nueva York, en el Lincoln Center, en un concierto a beneficio de la Filarmónica de Luisiana. En el acto también participarán dos de los conductores más reconocidos de este país, Lorin Maazel (director titular de la filarmónica neoyorquina) y Leonard Slatkin (ex director de la Filarmónica de Luisiana, entre otras).

La gran cantante Audra McDonald y el compositor y cantautor Randy Newman formarán parte del programa que tendrá como maestra de ceremonias a la legendaria cantante de ópera Beverly Sills.

Integrantes de la Filarmónica de Luisiana acompañarán a sus contrapartes neoyorquinos, quienes también les ofrecerán alojamiento, reportó el New York Times.

Hace una semana, la Orquesta Sinfónica de Nashville realizó un concierto conjunto con la Orquesta Filarmónica de Luisiana, en Tennessee, donde por primera vez después de Katrina se reunieron los músicos de Luisiana que, como gran parte de la población de esa ciudad, fueron obligados a huir y buscar asilo en diversos puntos del país.

''Fue un acto muy, muy emotivo -comentó Prieto-, ya que para esa orquesta hacer música es un bálsamo."

El director saliente de la orquesta de Luisiana, el alemán Klauspeter Seibel, y Prieto, compartieron la conducción. Los músicos de ambas orquestas ofrecieron el adagio de la Novena Sinfonía de Beethoven, y una combinación de música clásica y popular estadunidense, y con ello se aliviaron a sí mismos al ofrecer este regalo al público.

Hay más invitaciones, ha llegado todo tipo de apoyo para los 65 integrantes de la orquesta desde varias partes del país, y figuras como Yo Yo Ma y Wynton Marsalis también han ofrecido apoyo. La solidaridad ha sido extraordinaria, dijo Prieto, ante el ''hecho inusitado de que tantos músicos han perdido su trabajo, aunque temporalmente", de un solo golpe. Es impensable, subrayó, considerar que Nueva Orleáns pierda a esta orquesta, ya que sería ''un segundo golpe" después de Katrina.

Doble desafío

Para Carlos Miguel Prieto, el resucitar de la orquesta y de esa ciudad es parte de lo mismo. Esta orquesta ha tenido una historia singular, con legendarios directores como Slatkin y Maxim Shostakovich (hijo del gran compositor ruso), y en sus tiempos más recientes, estableció un modelo novedoso para las orquestas del siglo XXI, donde sus mismos músicos participan en el manejo de la orquesta.

A la vez, como toda orquesta estadunidense, su supervivencia está vinculada con la economía, y no puede existir sin atraer de manera constante a su público, donaciones y aportaciones por parte de empresas y fundaciones, informa Prieto.

Buscar financiamiento en una economía lesionada es uno de los grandes retos que enfrenta, ya que la orquesta no podrá depender de la economía de la ciudad durante un tiempo, explicó. Con la economía de Nueva Orleáns devastada, la orquesta enfrenta un doble desafío: su propia supervivencia y a la vez restablecer su lugar central en el universo cultural de lo que será un nuevo Nueva Orleáns.

Prieto fue nombrado director de esta histórica orquesta a principios de este 2005, después de un largo proceso de búsqueda que duró cuatro años, y asumirá el puesto en septiembre de 2006. Pero ya ha participado activamente en la vida de esta institución, y ahora es parte del esfuerzo para rescatarla. Señaló que si haber sido nombrado director musical ya representaba un desafío personal, ''ahora está multiplicado por 10, es el reto de aportar algo mucho más grande y humano".

Pero en una ciudad mundialmente conocida por su jazz y blues, ¿qué lugar tiene en esta coyuntura la música clásica? Prieto responde que ''la música clásica tiene algo muy especial, independientemente si una persona la conoce o no, una sinfonía -de Beethoven o Mozart- le llega al alma de la gente". Como ejemplo de ello recuerda que la Filarmónica de Nueva York ofreció un concierto pocos días después de los atentados del 11 de septiembre. ''Yo estaba en Nueva York el 11 de septiembre y tuvimos la oportunidad de estar presentes en ese concierto, donde ofrecieron el Réquiem de Brahms, fue televisado nacionalmente y fue inolvidable", recordó y fue parte del rescate del espíritu humano después de un desastre.

''Hay algo tan misterioso y tan profundo en la música clásica, en la música en general, que no se puede explicar con palabras, pero tiene que experimentarlo". Subraya que ''una orquesta forma parte del alma de una ciudad", y por eso -junto con las instituciones de jazz y la otra música que forma parte esencial de Nueva Orleáns- Prieto asegura que ''no la va a borrar un huracán".

 
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