Autoridades de Tapachula invitan a retirarse a quienes permanecen en albergues
Desorden e intereses políticos obstruyen la ayuda para los afectados en Chiapas
Persiste la emergencia en varias comunidades pese al arribo de toneladas de alimentos
Ampliar la imagen Cientos de personas hacen fila para recibir v�res mientras una mujer carga su hijo y revisa una de las despensas enviadas por trabajadores de limpia del Distrito Federal, en la cabecera municipal de Motozintla FOTO Victor Camacho Foto: Victor Camacho
En Chiapas continúa el descontrol en el manejo de cientos de toneladas de víveres y millones de pesos en donaciones para los damnificados por el huracán Stan, aseguraron organismos no gubernamentales.
La organización católica Cáritas atribuyó esta situación a que los gobiernos federal y estatal se bloquean entre sí ''para capitalizar políticamente esta catástrofe''.
Mientras, el número oficial de muertos por el meteoro aumentó a 51 este jueves, tras hallarse los cadáveres de tres mujeres.
Por su parte, el ayuntamiento de Tapachula inició una campaña para reducir el número de afectados en albergues, con el argumento de que ''una vez que se registraron en los censos que efectúa el gobierno del estado para evaluar los daños y otorgar los apoyos, no es necesario que permanezcan en dichos lugares''.
En un informe de sus actividades, Cáritas dijo haber detectado que autoridades federales, estatales y municipales se obstaculizan entre sí. Por ejemplo, el Ejército Mexicano, ''con diferentes pretextos'', dejó a funcionarios de Chiapas ''varados con sus respectivos equipos'' en Frontera Comalapa.
Por separado, la Red de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todos aseguró que miles de toneladas de ayuda llegaron a Chiapas, pero ''vemos comunidades que siguen en situación de emergencia y prácticamente sin alimentos''.
El gobierno de Chiapas informó que Transparencia Mexicana fiscalizará los apoyos. La Jornada preguntó a funcionarios estatales qué dependencia controlaba las donaciones, pero ninguno respondió con precisión quién estaba encargado.
Ante esta situación, habitantes de San Cristóbal de las Casas decidieron llevar por su cuenta tres toneladas de víveres al municipio de Siltepec.
En Tapachula la inconformidad social se suma a la desesperación de los miles que perdieron todo al desbordarse el río Coatán, que cruza por la cabecera municipal.
El ayuntamiento invitó a quienes ''cuentan con un techo donde pernoctar'' (sic) dejar los albergues, pues ''al estar en el censo, el trámite sigue su marcha para ser beneficiados con los apoyos que se otorgarán a las personas damnificadas''.
Esto generó incertidumbre. ''Teníamos la esperanza de que los ofrecimientos del presidente (Vicente) Fox se cumplieran y pudiéramos recuperar nuestra casita; sin embargo, ahora el presidente municipal (Angel Barrios Zea) nos está echando como perros a la calle'', dijo María Salinas Hernández, madre soltera.
En el municipio de Suchiate, en la frontera con Guatemala, unas 200 mujeres retuvieron durante dos horas al titular de Protección Civil local, José Francisco Soto, a quien reclamaron: ''Todo es para Tapachula y la costa, pero a nosotros en la frontera nos tienen olvidados, y el río Suchiate devastó toda la población, no hay nada para comer y no voltean a vernos; nos envían miserias de repente.''