Usted está aquí: viernes 21 de octubre de 2005 Cultura La revista Memoria cumple 23 años y llega al número 200

Es un espacio para la reflexión política: Carlos Payán

La revista Memoria cumple 23 años y llega al número 200

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

La revista Memoria, que publica el Centro de Estudios del Movimiento Obrero y Socialista (CEMOS), acaba de llegar a su edición número 200 en 23 años de existencia, refrendando su origen como un espacio para rescatar del olvido las luchas sociales de México.

Carlos Payán --director fundador de este diario y actual director de ese centro de estudios- recordó que ''hace 23 años, Arnoldo Martínez Verdugo concibió y fundó el CEMOS y casi al mismo tiempo la revista Memoria".

Del centro ''hizo un receptáculo para de cuanta información ha sido posible rescatar hasta constituir un archivo muy importante" y a la revista ''la condujo por dos caminos, el del rescate de documentos importantes para la vida de la izquierda y del de reflexión sobre el acontecer político en el mundo contemporáneo y sobre el papel que ha venido jugando en él la propia izquierda".

Parafraseando a Jorge Luis Borges, Payán dijo que ''somos nuestra memoria, ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos, pero, el libro, dijo Borges, y, los archivos también diríamos nosotros, son una extensión de la memoria y la imaginación".

La celebración por el número 200 de Memoria se efectuó en el Museo de la Ciudad de México, la tarde del miércoles.

Integrante del consejo editorial de la publicación y moderadora del acto, Elvira Concheiro sostuvo que ''nuestra revista se ha dado a la tarea paciente y muchas veces incomprendida de contribuir a la reconstrucción de los referentes indispensables de la izquierda" y que se colapsaron en los años recientes.

Lo ha hecho ''abriendo sus páginas a lo más avanzado del pensamiento social y político, no sólo de nuestro país sino del mundo, sin sectarismos ni mezquindades".

Pero a la vez -añadió Concheiro- ''ha tomado partido en el sentido histórico del que hablaba Marx, que significa compromiso franco, abierto, congruente con las luchas, los movimientos, las organizaciones y las ideas encaminadas a cambiar el orden de las cosas".

Guillermo Almeyra, colaborador de La Jornada y también integrante del comité editorial de Memoria, sostuvo que la revista ha respondido a la necesidad de tener ''una visión mundial" de las cosas, algo que ''normalmente olvida la prensa y olvidan las organizaciones políticas".

Memoria -siguió Almeyra- ''no intenta dar línea, no trata de decir lo que hay que hacer como si fuera el oráculo de Delfos, lo que trata es de organizar el pensamiento para que todos, por su propia cuenta, tomen decisiones políticas con conocimiento. Organiza el pensamiento en forma socialista, en forma anticapitalista, da materia a la inteligencia de los lectores".

También es una publicación ''pluralista, porque sin ser pluralista no se puede educar en la democracia"; el pluralismo en la izquierda ''es vital, porque sin democracia en las páginas de Memoria, no se puede predicar la democracia".

Víctor Flores Olea -ex director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México- calificó como un hecho notable la aparición del número 200 de Memoria:

''La izquierda, no solamente de México sino de otras partes del mundo, debe felicitarse de que contemos entre nosotros con una revista como Memoria, que en el campo de la discusión teórica de la izquierda y de las izquierdas es un documento, una publicación extraordinaria."

Flores Olea dijo no recordar ''que haya una publicación periódica mensual de la calidad teórica que tienen los números de Memoria, que al mismo tiempo es capaz de proponer reflexiones sobre lo más general de carácter teórico en sentido estricto, pero también referirse a los actos y las circunstancias que nos rodean, no como un simple reflejo o crónica, sino siempre sobre la base de una reflexión de carácter teórico".

Héctor Díaz Polanco -director de Memoria- expuso que ''la gran tragedia que viven nuestros países en América Latina y en el mundo en general es que el pensamiento crítico es un páramo intelectual.

''El efecto del neoliberalismo en los últimos años condujo a destruir los ámbitos de debate, los instrumentos donde se realizaba ese debate, de las publicaciones críticas e inclusive destruir la voluntad misma de la gente en relación con la reflexión y la crítica."

No obstante -aseguró- ''en los últimos tiempos asistimos a un renacimiento de ese pensamiento crítico y quiero pensar que Memoria contribuyó aunque sea mínimamente".

También defendió la pluralidad de la publicación: ''Creo que no habrá izquierda posible si no es plural y pluralidad significa diversidad, variedad de enfoques, dudas. Voltaire decía que la duda es relativa y muy frecuentemente desagradable, pero la certeza era absolutamente ridícula. Memoria por ningún motivo ha aceptado incurrir en nuevos dogmatismos".

 
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