Guarda ''semejanza asombrosa con el Códice Florentino'', dice arqueólogo
Rescata el INAH cisterna con pintura mural prehispánica en Tlatelolco
Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dieron a conocer ayer el rescate de la caja de agua (una especie de cisterna) del Imperial Colegio de la Santa Cruz, cuyo interior se encuentra adornado con la que, se estima, es la primera pintura mural realizada en el mundo novohispano.
La estructura, construida en los albores del siglo XVI para proveer de agua a los indígenas recién conquistados, se encuentra en el subsuelo de la fachada principal de lo que hoy es el Convento de Santiago de Tlatelolco, ubicado en la zona arqueológica del mismo nombre, y donde la Secretaría de Relaciones Exteriores tiene sus oficinas.
Cuenta con una traza de tipo rectangular, con seis metros de largo por cuatro de ancho. Hasta el momento se han descubierto en su interior 12 metros cuadrados de pintura mural, además de 18 mil fragmentos de pintura que habrán de ser restaurados. Aún se encuentran en el proceso de exploración del muro norte.
Las imágenes representan una escena de la vida lacustre de esa época, con garzas y peces, y guardan ''semejanza asombrosa con el célebre Códice Florentino, realizado por fray Bernardino de Sahagún justo en este mismo sitio", explicó el coordinador del rescate, el arqueólogo Salvador Guillén Arroyo.
''Al igual que el Códice Badiano, también se asemeja a los detalles del Mapa de Upsala, entre otros espléndidos documentos, y cuyo aporte a nuestro acervo es indudable, ya que abre un escaparate donde se manifiesta la fusión cultural entre Mesoamérica y la Europa del siglo XVI, cuyo sincretismo se amparó en la composición plástica bellamente realizada, seguramente por los indígenas colegiados de Tlatelolco."
Ese sincretismo cultural puede apreciarse, por la parte indígena, con alego-rías de deidades prehispánicas, entre ella un animal mítico con manos humanas relacionado con Tláloc; así como la representación simbólica de las ciudades de Tenochtitlán y Tlatelolco por medio de un águila y un jaguar, respectivamente, por ejemplo.
Por la parte española, en tanto, pueden encontrarse escudos heráldicos, una cruz cristiana y personajes con rasgos europeos; estos últimos sin color, lo que demostraría la reticencia de los indígenas hacia sus conquistadores.
De acuerdo con el arqueólogo, la caja de agua fue clausurada debido a las obras de ampliación de lo que habría de ser el mencionado convento, para lo cual se realizó una ceremonia ritual.
Esto se infiere por la serie de ofrendas localizadas también en el interior, entre ellos tiestos de cerámica típica prehispánica y colonial, navajillas de obsidiana; numerosos huesos de animal, algunos cocidos, otros cremados y casi todos fracturados; y algunos fragmentos de porcelana china.
Los especialistas prevén que este hallazgo podrá quedar abierto al público a mediados del año entrante, una vez finalizados los trabajos de rescate.