Restrictivo, decir que las iglesias no pueden participar en política: Castro Estrada
Estudia SG normar la objeción de conciencia
No habrá sanción por el exhorto de Rivera, ratifica el director de Asociaciones Religiosas
La Secretaría de Gobernación (SG) afirmó que el cardenal Norberto Rivera, arzobispo primado de México, ''jamás habló de desobediencia civil'' en su homilía del pasado domingo 16 de octubre. Informó que esta dependencia no ha emitido a la Iglesia católica recomendación o sanción alguna por este episodio, ni a consecuencia de actividad política alguna.
Alvaro Castro Estrada, director general de Asociaciones Religiosas de la SG, respondió que -ante el debate surgido tras el polémico mensaje del cardenal- es necesario "estudiar y encontrar una solución'' en torno a ''los conflictos que se generan entre la ley y la conciencia'', para que en el segundo trimestre del año próximo ''haya un pronunciamiento'' de la sociedad y del gobierno al respecto.
En el sermón, pronunciado con la intención de fijar el rechazo a la legalización de la eutanasia (muerte asistida), el arzobispo manifestó: ''cuando la autoridad se sale del marco legal desde donde puede y debe gobernar no hay obligación de tributarle obediencia, y si se opone abiertamente a los derechos humanos fundamentales, entonces hay que negársela".
Enseguida el secretario Abascal justificó la actitud del prelado, con el argumento de que el Programa Nacional de Derechos Humanos incluye la tarea de elaborar una propuesta de marco regulador del derecho de objeción de conciencia de manera acotada a casos específicos.
Diversos analistas, como el experto en asuntos religiosos Bernardo Barranco, advirtieron que "es la primera vez en la historia moderna de México que un secretario de Gobernación avala la supremacía del derecho natural sobre el positivo, y con la figura de la 'objeción de conciencia', jurídicamente inexistente en México, trata la desobediencia civil".
Sin embargo, el titular de la Dirección de Asuntos Religiosos de la SG se mostró reacio a abundar en el episodio por el exhorto del jerarca católico. Tras insistir en el tema, dijo a La Jornada que se trata de un viejo debate doctrinal.
''Yo resumo muy claramente el pronunciamiento del secretario Abascal: primero, debe cumplirse la ley; segundo, debe estudiarse un tema de mucha importancia que se llama objeción de conciencia.''
Castro Estrada, doctor en derecho, optó por un entramado jurídico para sustentar la respuesta del funcionario ante la defensa de la Iglesia católica a los derechos divinos y a la vida.
-¿Cómo interpretar el mensaje del cardenal Rivera y la postura del secretario Abascal en torno a éste?
-Hoy por hoy esta objeción de conciencia no está plenamente regulada en el derecho mexicano. Por ello, la finalidad es encontrar una solución pertinente a los conflictos que se generan entre la ley y la conciencia, mediante un punto de encuentro entre ambos órdenes, a fin de que la norma jurídica establezca una ley de excepción en favor del sujeto a quien consiente su objeción en atención a dictámenes profundos de conciencia. Esto es la objeción de conciencia. En esto es lo que tenemos que avanzar. El secretario Abascal se refirió al cumplimiento de la ley. Yo con esto termino, porque esa es mi opinión al respecto.
-La función de la SG es observar el cumplimiento de la ley y del reglamento de Asociaciones Religiosas y Culto Público, ¿qué opina de los riesgos señalados por el sociólogo Bernardo Barranco, respecto de avalar la supremacía del derecho natural sobre el positivo mediante la figura de objeción de conciencia?
-Es un debate doctrinal que tiene muchos años, siglos. Lo que estamos hablando es que hay una inspiración de orden natural al orden positivo. El orden positivo es el exigible.
''La norma jurídica es general, es abstracta, es impersonal y es obligatoria; evidentemente la buena norma jurídica está inspirada por una norma de carácter natural y que quiere decir que hay principios morales en la norma.''
-Sobre el llamado a la desobediencia civil que hizo el cardenal Norberto Rivera...
-Eso es precisamente de lo que estábamos hablando, de la objeción de conciencia...
-¿Pero esa desobediencia civil a la que hizo referencia el cardenal tiene riesgos, efectos?
-Yo no quisiera entrar en ese tema porque ya está terminado: revisé pormenorizadamente el pronunciamiento del cardenal y jamás habló de desobediencia civil. Este asunto ya está claro. Ya le dije mi pronunciamiento, ya está dicho lo que se tiene que decir al respecto.
-Vuelvo a insistirle sobre los riesgos de mensajes como el pronunciado por el prelado. Más allá de la razón jurídica o moral, basta revisar lo que ocurrió en nuestro país en la década de los 20, justo tras declaraciones similares de la jerarquía católica, las cuales derivaron en la guerra cristera.
-Las iglesias, no sólo la católica, están perfectamente conscientes de cuáles son sus derechos y sus obligaciones. Si se habla en abstracto sobre la imposibilidad de un cumplimiento específico, de una desobediencia civil, (entonces) invitamos a la reflexión para estudiar el tema de la objeción de conciencia, pero (las iglesias) están perfectamente conscientes de que mientras no exista esa figura incorporada a nuestro derecho positivo, las obligaciones están ahí y no se puede alegar motivos religiosos. Punto.
-¿La dirección a su cargo ha emitido alguna recomendación respecto de los planteamientos que hace la Iglesia católica, en particular de la estrategia de la Conferencia del Episcopado Mexicano de cara al proceso electoral del año próximo?
-En una democracia todos somos participantes y tenemos opiniones; todos debemos contribuir a la edificación del bien común. No es necesariamente obligatorio que las asociaciones religiosas se abstengan de esa contribución, porque ello es para el bien de todos. Una interpretación demasiado restrictiva es que digan que las asociaciones religiosas no pueden participar en política.
-¿Y las reuniones entre la CEM con dirigentes partidistas o la elaboración de cuadernillos de capacitación política tampoco han merecido ninguna sanción?
-No, mire, por favor, si se trata de expresiones de su propia doctrina (de la CEM), bienvenidas.
-La Iglesia católica, ¿no ha transgredido entonces ningún límite legal?
-No. Lo que ha habido son aspectos particulares que, en un momento dado, pueden merecer una sanción: ministros de culto que se ostentan como tales sin serlo o algún ministro que hace celebraciones de culto público extraordinario fuera de los templos. Sólo casos particulares.