Usted está aquí: lunes 24 de octubre de 2005 Estados Los efectos del ciclón Stan ampliaron las zonas de riesgo en Chiapas

De sufrir otro huracán de similar magnitud resultarían afectadas 100 mil familias

Los efectos del ciclón Stan ampliaron las zonas de riesgo en Chiapas

Incidieron en el deterioro asentamientos ribereños y la deforestación, según especialistas

ANGELES MARISCAL CORRESPONSAL

Ampliar la imagen A m�de 10 d� de que 15 colonias de Tapachula permanecieron incomunicadas por el desboramiento del r�Cuat�se termin� armar un puente peatonal. En la imagen, habitantes de la ciudad se dirigen a la colonia El Porvenir FOTO Alfredo Dom�uez Foto: Alfredo Dom�uez

Tuxtla Gutiérrez, Chis., 23 de octubre. Las afectaciones que dejó el huracán Stan en la costa, Soconusco y sierra de Chiapas, extendieron las zonas de riesgo hasta alcanzar unas 100 mil familias, cuyas viviendas y tierras resultarían afectadas de forma directa si se suscita un nuevo ciclón. En esta situación incidieron la deforestación, las prácticas agropecuarias no controladas y los asentamientos humanos ubicados en las riberas de los ríos, coincidieron en señalar especialistas de diferentes disciplinas.

Explicaron a La Jornada que para evitar que próximos fenómenos meteorológicos provoquen daños "dantescos", semejantes a las ocurridos en Guatemala y El Salvador, se requiere la inversión de millones de pesos para el rencauzamiento de ríos, reforestación de la zona y la reubicación de un número aún no cuantificado de poblados.

En 1998 el huracán Mitch azotó la costa de la entidad. Dejó como saldo el desbordamiento de 31 ríos y daños en 159 comunidades de nueve municipios, además de unas 500 personas muertas.

Siete años después, Stan amplió las zonas de riesgo hasta alcanzar la sierra y el Soconusco, y en menor medida las regiones fraylesca y fronteriza.

Datos preliminares indican que 82 ríos se desbordaron, afectando a más de 600 comunidades de 52 municipios. La entidad cuenta con 118 circunscripciones territoriales.

El doctor en hidráulica, Martín Mundo Molina, docente de la Universidad Autónoma de Chiapas y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, explicó que las cuencas de los ríos Coatán, Huixtla y Despoblado son algunas de las más perjudicadas en los recientes años, por cambios en el uso de suelo para incrementar zonas agrícolas o ganaderas y por la explotación irracional de los bosques.

Fotografías satelitales muestran que antes del paso del ciclón había deforestadas casi 7 mil hectáreas en la zona alta de la cuenca del río Coatán, que en su trayecto atraviesa la ciudad de Tapachula; casi 11 mil hectáreas en la parte alta de la cuenca de Huixtla, cuyo río atraviesa la ciudad del mismo nombre, y más de 7 mil 500 hectáreas en la parte alta de la cuenca de Despoblado, el cual pasa muy cerca de la ciudad Villa Comaltitlán.

En entrevista por separado, el director de Areas Naturales Protegidas de Chiapas, Adrián Méndez, coincidió con lo anterior y señaló que, por ejemplo, los ríos de la costa y Soconusco nacen en la sierra. Ahí se ubican las reservas ecológicas La Sepultura y El Triunfo.

El biólogo también recurre a fotografías satelitales para mostrar que dentro de las reservas ecológicas los ríos como El Lagartero y Novillero tienen un cauce continuo de unos 100 metros, el cual debería conservarse, inclusive, al bajar a la zona de la costa y Soconusco.

Sin embargo, al presentarse lluvias asociadas a Stan, pasando la zona de las reservas ecológicas, el cauce se amplió hasta tres kilómetros en los lugares donde había pastizales y zonas urbanas, debido a que en dichas regiones ya no existían los árboles y la vegetación que contuvieran su desbordamiento.

Según informes del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática y de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, en la zona de la planicie costera sólo queda menos de 2 por ciento de la vegetación original; en la zona media hay más vegetación, pero no pasa de 9 por ciento de la que en condiciones normales habría. En la sierra, aunque la vegetación alta existe en la mitad de este territorio, el conjunto del área se ha deforestado en 90 por ciento.

Explotación de recusos desde siglos atrás

Por su parte, el secretario de Pesca del gobierno estatal, David Sol, si bien concuerda en que la deforestación, los asentamientos humanos y prácticas como la agricultura y ganadería extensiva han deteriorado el ambiente en la zona costa, Soconusco y sierra, sostiene que dichos males no son atribuibles únicamente a los actuales habitantes de la región.

La explotación de los recursos naturales se ha dado desde los siglos pasado y antepasado, cuando empresas extranjeras adquirieron miles de hectáreas para talar maderas preciosas, aunado al crecimiento de las comunidades en la época de formación de ejidos (en la década de los 50 de la anterior centuria), y recientemente a las reubicaciones de indígenas en la sierra.

También influyeron el desarrollo de poblados donde antes había fincas, la expansión del cultivo del cafeto y el acelerado crecimiento de las comunidades rurales pesqueras.

El gobierno chiapaneco había previsto los daños que el deterioro del entorno acarrearían hacia la población asentada en lo que hasta antes de Stan se consideraban como zonas de riesgo. Dos semanas antes de que el ciclón golpeara la región la subsecretaría de Protección Civil estatal lanzó una alerta en la región.

Según el titular de esta dependencia, Leonardo Muñoz Arellano, desde ese momento, debido a la llegada de precipitaciones anteriores a Stan, se pidió a unas 60 mil familias de las zonas en riesgo que abandonaran sus viviendas ante el peligro real de los desbordamientos. Esto pudo ser corroborado por La Jornada en los sistemas municipales en la materia.

"Calculábamos que las inundaciones iban a abarcar hasta el territorio donde estaban estas personas... pero fue el doble, y por tanto la zona afectada se duplicó", explicó el funcionario.

De esta forma, aseguran los especialistas, se han extendido las áreas de riesgo y una nueva cantidad de agua de la magnitud de Stan afectaría a unas 100 mil familias.

Cristian Tovilla Hernández, investigador del Colegio de la Frontera Sur, afirmó que el fenómeno meteorológico provocó la pérdida de uno de los 14 sistemas lagunarios de la zona y miles de hectáreas de tierra fértil, por lo cual advirtió que de no tomar medidas "ya", el próximo meteoro que llegue podría provocar efectos "dantescos".

Los entrevistados coincidieron en las medidas que deben aplicarse de forma urgente. La conservación y creación de áreas naturales protegidas deben ser "políticas de estado". Se deben rehabilitar los ríos que se desbordaron, debe haber un manejo de las cuencas y control de las áreas agropecuarias, reforestar intensamente, evitar la instalación de nuevos asentamientos irregulares y localizar las comunidades que deben reubicarse.

 
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