Usted está aquí: lunes 24 de octubre de 2005 Espectáculos Hélios II, sobre el nacimiento del Sol, cerró el Festival de Teatro de Calle

Seres de tres metros de altura deambularon el sábado por el centro de Zacatecas

Hélios II, sobre el nacimiento del Sol, cerró el Festival de Teatro de Calle

La compañía francesa Malabar llenó la noche de fantasía, arte circence y mucha luz

Peter Shumann compartió sus conocimientos, así como pan de ajo y vino en las lomas de Bracho

ARTURO CRUZ BARCENAS ENVIADO

Ampliar la imagen En la Plaza de Armas, una enorme mantis religiosa dio idea del teatro monumental que se desarroll� las vialidades FOTO Instituto Zacatecano de Cultura Foto: Instituto Zacatecano de Cultura

Zacatecas, Zac., 23 de octubre. Seres de tres metros de altura recorrieron este sábado las calles del Centro Histórico de esta ciudad de poetas y pintores. Parecían insectos, entes salidos de la fantasía de los creyentes de la vida en otros mundos. Sus miradas se fijaban en ojos sorprendidos, entre ellos los de niños, cuya mente, sin duda, los llevó a los ámbitos de sus sueños. Esos personajes se fueron la noche del sábado, al finalizar el Cuarto Festival Internacional de Teatro de Calle (FITC).

Después de un pasacalles, como los artistas callejeros llaman a su irrupción al aire libre, para romper el ritmo de vida cotidiano, el tránsito, la monotonía, tales entes de la compañía francesa Malabar llegaron a la Plaza de Armas para escenificar Hélios II, basada en ese insecto quimérico que llegó a la ciudad para contar la historia, la leyenda fabulosa del nacimiento del Sol. Hélios es una criatura de oro con pinzas de metal que cruza la multitud en medio de música, danza y luces, miles de luces.

A su lado iban unas figuras extrañas, los infantes del Sol, que llevan el ritmo brincado en saltimbancos, a los que les han colocado resortes que los impulsan metros hacia arriba y hacia adelante.

Según la leyenda, al inicio de todo el Sol nació de un huevo que surgió de la nada. Helios aprovecha su altura para dar esta noticia. Los infantes del Sol portan la luz y la claridad.

Mucha gente siguió el pasacalles. Algunos niños se mostraron temerosos, pero la mayoría estaba feliz. Los papás trataban de explicarles qué es lo que estaba pasando. Cuando la procesión llegó a la Plaza de Armas, una enorme mantis religiosa dio idea del teatro monumental que se desarrollaría.

La Plaza de Armas, hasta el tope

Los ojos de la mantis lanzaban destellos. De sus manos colgaban unas tiras de tela, en las que una bella silueta ejecutó actos circenses; luego, un ángel se colgó de un aro. Circo y sensualidad, y músculos boludos. Con sus zancos de dos y tres metros, los infantes del Sol subían rampas, y cual máquinas formaron simetrías con unas varas de metal, en cuyos filos chocaban haces que encandilaron a los más cercanos.

La Plaza de Armas estaba al tope. Varios estiraban el cuello y de puntitas trataban de ver algo.

Apreciar el panorama era difícil y más con la neblina artificial. Sombras circenses se proyectaron en las paredes de la Catedral de Zacatecas.

Escenas de malabarismo. La noche se inundó de luz. Una cascada de fuegos artificiales encendió la noche y así finalizó el cuarto FITC, en Zacatecas.

Charla de Peter Shumann

El teórico de teatro de calle Peter Shumann, nacido en Silesia (Europa central), sostuvo una charla con zacatecanos, estudiantes de teatro y gente de prensa en las lomas de Bracho, donde en agosto unas 10 mil personas escenifican durante tres días la eterna batalla del bien contra el mal.

"Soy parte de la compañía Bread and Puppet (Pan y Títeres), fundada en 1961; adonde vamos pedimos 400 tabiques para construir un horno y cocinar panes, como los que ahora les hemos repartido, con ajo y aceite de oliva, y vino tinto. También les pedimos algunas cosas que para muchos ya sólo son basura. Con esto elaboramos instrumentos musicales y escenografía. Así hacemos teatro callejero, con estos muchachos -unos 70 a su alrededor-. ¿Qué quieren saber? No sé mucho, pero lo que sepa..."

-¿Por qué vive en un país, Estados Unidos, que hace la guerra?

-Cuando empezamos a trabajar en Nueva York, en 1962, supimos de pilotos de helicópteros, de la guerra en Vietnam. Las madres de ellos y de otros combatientes recibían un día una carta que comenzaba así: "Tenemos la tristeza de informale..." Todas iniciaban así. Con ese grupo de mujeres fue con las que comenzamos a trabajar, e informamos a la ciudad de ese tema, y así hemos seguido.

"Cuando esta guerra reciente comenzó, nosotros ubicamos el desarrollo, que se inició con la invasión a Afganistán. Fuimos a Washington con cien títeres, pero sólo éramos cinco titiriteros. Necesitamos 95 personas más para manejar. Un solo títere requería de cien personas para poder ser movido. Era muy grande y bailaba. Fue increíble, pues armamos un carnaval.

"Luego llegó la invasión a Irak, y la comunicación ha sido más fácil, para protestar contra la guerra. Ahora la gente sabe lo que ha pasado en ese país. No hemos tenido una fórmula teatral para todo. Se trata de ser entendido."

-¿Cuál es el futuro de Bread and Puppet?

-Eso tampoco lo sé. Somos 10 titiriteros en una granja muy grande. Mucho de nuestro tiempo lo dedicamos a la agricultura. Viajamos e impartimos talleres. Por eso estamos aquí, con ustedes.

 
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