NAVEGACIONES
Armas y mentiras
"Rayos mortales" atribuidos a Arquímedes
Judith Miller, mujer de destrucción masiva
La mayonesa de Bush
ESPERO NO ROMPER el corazón de Francesca Gargallo, paisana del Geómetra, con estas informaciones, pero hay fuertes indicios para suponer que en realidad los griegos no poseen armas que de tan poderosas son casi mágicas, y que la flota romana al mando del general Marcelo acabará por imponerse ("and we will prevail..."), tomará Siracusa y la anexará a la provincia de Sicilia. Los despachos de prensa procedentes de la ciudad no han hecho más que alimentar la confusión: algunos hablan de ingenios temibles, capaces de lanzar rocas o proyectiles ígneos a grandes distancias, en tanto otros refieren el uso, por parte de los defensores, de "rayos mortales" que incendian las naves enemigas. De los primeros ha podido averiguarse que se trata de vulgares catapultas, máquinas cuya tecnología parece tener un origen ciertamente siracusano, pero que desde por lo menos dos siglos antes de la guerra en curso, la segunda de las Púnicas, forma parte reglamentaria de los arsenales de las principales potencias; en cuanto a los segundos, científicos del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT, por sus siglas en inglés) han puesto en duda su existencia. Parece inevitable concluir, pues, que no hay esperanza para los sitiados; más temprano que tarde los invasores entrarán por Ortigia y Lakos, la ciudad caerá, el viejo Arquímedes (o Arquímides, según los académicos que supervisaron la nomenclatura de las calles de Polanco) será ensartado como brocheta en la espada de un soldado romano más bien ignorante de la física, las matemáticas y la geometría, y la ciudad pagará, con esa pérdida terrible y perdurable, su alianza con Cartago.
ALGO EQUIVOCADOS HAN de estar el Epitome ton Istorion de Juan Zonaras (siglos XI-XII) y las Quiliadas de su contemporáneo, compatriota y tocayo Juan Tzetzes, textos en los que se narra el uso, por parte de los siracusanos, de "una suerte de espejo hexagonal", ideado por el viejo sabio para concentrar los rayos solares sobre los navíos invasores con el propósito de incendiarlos. "No estamos diciendo que no pueda hacerse", aclaró Peter Rees, productor ejecutivo del programa MythBusters (Cazadores de mitos) del Discovery Chanel, el cual dio aire a un experimento del MIT para tratar de reproducir esa gesta bélico-tecnológica de hace 2 mil 200 años. "Solamente -agregó- afirmamos que [el invento de Arquímedes] es extremadamente impráctico como arma de guerra."
http://es.wikipedia.org/wiki/Siracusa
http://es.wikipedia.org/wiki/Arqu%C3%ADmedes
http://www.mcs.drexel.edu/~crorres/Archimedes/Siege/DioCassius.html
http://www.mcs.drexel.edu/~crorres/Archimedes/Mirrors/Tzetzes.html
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/t/tzetzes.htm
http://www.um.es/pantarei/leerarticulo.php?id=104
http://es.wikipedia.org/wiki/Hier%C3%B3n_II
http://en.wikipedia.org/wiki/Catapult
DIAS ANTES, UN SABADO de este otoño de 2200 y tantos D.A (después de Arquímedes), un equipo de investigadores del citado instituto probó los efectos de un artilugio de 27 metros cuadrados formado con espejos de bronce y lentes de vidrio sobre un viejo barco pesquero. A 50 metros de distancia, los rayos solares reflejados por el aparato produjeron algo de humo, pero ninguna flama, en la madera de la embarcación. Acortada la distancia a la mitad se generó una pequeña llama que no tardó en extinguirse por sí misma. Otro equipo, perteneciente al Laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona, puso a prueba una aplicación distinta del mismo concepto -un sistema de espejos acomodado como los pétalos de una flor- con resultados análogamente fallidos. "El experimento mostró que la idea podría ser técnicamente posible, mas no que Arquímedes la haya puesto en práctica para destruir embarcaciones enemigas", dijo el profesor David Wallace, del MIT. Rees, por su parte, comentó que "si el arma hubiese funcionado, habría sido el equivalente a una bomba nuclear en el mundo antiguo". Y el sabio barbón -agrega el navegante- habría sido el J. Robert Oppenheimer de la antigüedad. Pero fue más que eso: a diferencia de lo logrado por el padre de la bomba atómica, las aportaciones de Arquímedes a la ciencia y a la tecnología civiles son inconmensurables: la relación entre la circunferencia y el diámetro, o pi, el archifamoso principio de Arquímedes, el tornillo que lleva su nombre, el principio de la palanca, las anticipaciones al cálculo integral... Querida hermana ornitorrinca, ojalá no me odies demasiado por difundir desmentidos de última hora.
http://web.mit.edu/newsoffice/2005/techtalk50-4.pdf
http://www.boingboing.net/2005/10/06/archimedess_death_ra.html
http://www.willthomas.net/Convergence/Weekly/Burning_Mirrors.htm
http://web.mit.edu.nyud.net:8090/2.009/www/lectures/10_ArchimedesResult.html
http://www.nytimes.com/2005/10/18/science/18find.html
http://www.jornada.unam.mx/2005/08/18/034a1mun.php
http://www.jornada.unam.mx/2005/08/19/038a1mun.php
HAN DEBIDO PASAR 22 siglos para concluir que las poderosas armas de Siracusa frente a la invasión romana eran, con toda probabilidad, un mito. En cambio, las "armas de destrucción masiva" que Washington atribuyó a Bagdad hace cuatro años resultaban, desde su mismo enunciado, una mentira evidente, flagrante y sostenible sólo por la fuerza de armas verdaderas de destrucción masiva. La mendacidad de la Casa Blanca ha terminado por volverse contra el propio Bush, quien ahora se encuentra sumido en un nuevo lío porque su vicepresidente, Dick Cheney, decidió clavarle un puñal traicionero a un diplomático -Joseph Wilson- que se resistía a creer en un armamento que no fue inventado por científicos iraquíes, sino por los torvos asesores del gobierno estadunidense. Parece ser que por boca o mano de su jefe de gabinete, Lewis Libby, Cheney reveló a medios de prensa que la mujer de Wilson, Valerie Plame, era agente encubierta de la CIA; con ello destruyó la carrera de la mujer y, de carambola, la de su esposo. Una de las periodistas que tuvieron noticia de la infidencia fue Judith Miller, de The New York Times (NYT), quien acabó pagando el pato en seis cómodas mensualidades en prisión, por negarse a revelar sus fuentes ante las autoridades judiciales, pese a que jamás llegó a publicar un texto que revelara la identidad de Plame. Lejos de ser una heroína de la libertad de expresión, fue víctima de la maraña de intereses mediático-empresariales-gubernamentales de su país. Había formado parte del ejército de desinformadores que, en un inicio, acompañó con servilismo la aventura criminal de Bush en Irak. En un artículo publicado recientemente en el NYT, Maureen Dowd describe a su colega como "mujer de destrucción masiva", comenta que las historias de Miller sobre esa clase de armas "embonan a la perfección en el casus belli fabricado por la Casa Blanca" y recuerda la cercanía entre la periodista y el corrupto Ahmed Chalabi, un opositor a Saddam que "plantó historias fraudulentas en Judy y en otros periodistas crédulos".
http://mediachannel.org/blog/node/799
http://www.truthout.org/docs_2005/102205A.shtml
http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2005/10/24/AR2005102401556.html
ES MUY PROBABLE que un buen abogado consiga dar el tiro de gracia a las tribulaciones judiciales en las que todavía está metida Judith Miller, pero cabe dudar que exista una agencia de relaciones públicas capaz de reconstruir la credibilidad de esta incómoda colega. En cuanto al causante de sus problemas (y de los de tantos otros), George W. Bush, podría ser que su comportamiento se originara en una deficiencia de materia gris y un excedente de materia blanca en su masa encefálica. Así lo sugiere un estudio sobre la fisiología de la mentira difundido recientemente por la Universidad del Sur de California. De acuerdo con el documento, algunas investigaciones previas habían mostrado que cuando la gente común y corriente dice una falsedad, se eleva el nivel de actividad en el lóbulo frontal, zona del cerebro que permite a los humanos aprender conductas éticas y experimentar remordimientos. El más reciente análisis mostró que los mentirosos patológicos tienen peculiaridades estructurales en esa región cerebral. Tras dividir, mediante tests, a un grupo de 49 personas en tres subconjuntos -mentirosos frecuentes, antisociales y "normales"-, exámenes de laboratorio (imagen de resonancia magnética) mostraron que en los lóbulos frontales de los primeros hay una proporción 22 por ciento mayor que en el promedio de "materia blanca" (el cableado de conexiones entre neuronas, compuesto por vainas de mielina y células de Schwann) que de neuronas propiamente dichas, las cuales conforman la "materia gris", y de la cual los embusteros compulsivos tienen 14 por ciento menos que la gente común. A la luz de esos datos me parece lógico suponer que la bóveda craneana del presidente de Estados Unidos es más bien pobre en gelatina grisácea y muy abundante en mayonesa. Y además el artículo está interesante:
http://www.world-science.net/othernews/051002_liarsfrm.htm