Tampoco es bueno si es muy moralista, dice el investigador Salvador Hernández Padilla
"El aforismo es malo si se plantea como máxima incuestionable"
El académico da a conocer Todo es una eterna fuga, selección de sentencias de su autoría
Luego de años dedicado a investigar la vida y obra de Ricardo Flores Magón, Salvador Hernández Padilla hizo un paréntesis en su vida académica e incursionó en el aforismo, de lo cual resultó el libro Todo es una eterna fuga.
Para Hernández Padilla, a diferencia de los textos académicos o de los narrativos, que nacen de la constancia y del apego a un plan de trabajo, los aforismos son destellos que surgen bajo determinados estados de ánimo. "Son un poco como la poesía: no se puede planear escribirla un día determinado a una hora determinada".
De sus aproximaciones a Flores Magón, el historiador y narrador ha escrito libros como El magonismo: historia de una pasión libertaria y Nunca aprendas a morir: "Los aforismos surgen después de esta etapa de mi vida; fue muy curioso porque empecé a escribir aforismos de otros autores en un cuaderno y de pronto me surgió la necesidad de escribir aforismos de mi autoría, a tal grado que estuviera donde estuviera, tenía que escribir el que me venía a la mente; después lo corregía y muchas veces lo dejaba tal cual estaba".
De esa manera, durante un periodo de cuatro años se fueron juntando: "En un principio no los hice con la idea de publicarlos, sino como una guía de conducta para mí mismo, para esclarecerme las cosas a mí mismo, que pasaba entonces por una etapa un tanto cuanto difícil. Ya cuando tenía varias libretas repletas los mostré a algunos amigos y familiares y dijeron que algunos eran buenos. Hice una selección bastante exhaustiva y los clasifique en 10 temas".
Así se conformó Todo es una eterna fuga: "No fue algo que me hubiera propuesto o planeado".
En opinión de Hernández Padilla, el mayor representante del aforismo moderno es Elías Canetti: "Es verdaderamente asombrosa la manera como expresa el aforismo, me parece incluso que con mayor profundidad que Cioran, que es un creador de aforismos de primer nivel. Al leerlo uno se pregunta: ¿cómo es posible que alguien resuma algo con tanta claridad, con tanta lucidez, en una frase?"
Además de Canetti, Salvador Hernández expresa su admiración por la capacidad aforística de Nietzsche, Schopenhauer y Montaigne.
-¿Qué distingue a la simple frase ingeniosa del aforismo?
-El aforismo es una especie de cápsula filosófica y tiene un mensaje más profundo que la frase ingeniosa.
-¿Necesariamente tiene un sentido moral o ético?
-En muchas ocasiones sí, en otras hay mucha ironía, pero básicamente son una respuesta de tipo moral o ético.
-¿El aforismo es un género de relativa madurez, una expresión de sabiduría que sólo puede formularse en la madurez?
-No creo que sea una cuestión de sabiduría. Puede ser que en un momento determinado surjan ciertos aforismos de las experiencias de la vida, lo cual no necesariamente quiere decir de la sabiduría. Pero me parece muy pomposa la palabra sabiduría. Pero repito: es algo extraño, como la poesía, de pronto surge la necesidad de decirla.
-¿Cuándo reconoce un buen aforismo propio o ajeno?
-Pienso que si es muy moralista o se plantea como máxima incuestionable, no es un buen aforismo. Considero que es bueno si tiene ese destello de lucidez y está escrito con sinceridad.
-¿Por qué dividió los aforismos de su libro en 10 temas?
-Cuando empecé a hacer la selección y vi que ahí estaban los temas entonces me surgió la idea de irlos catalogando. Primero su majestad, la reina vida, y luego todo lo que tiene que ver con la vida: la libertad, el amor, la amistad, los apegos, la condición humana y así para terminar con la muerte.