NUMEROS | 31 de octubre de 2005 |
CUESTA MUCHO
La democracia mexicana cuesta mucho en términos
absolutos y en función de los beneficios reales que genera para
la
sociedad. De este hecho no se desprende un argumento en contra de las
instituciones que tienen que ver con el sistema democrático,
sino una
crítica a su modo de funcionamiento y de las prerrogativas para
los
funcionarios responsables y quienes se dedican a la actividad
política
y la administración pública. Presupuestos millonarios,
grandes gastos
de operación, ingresos muy elevados y partidas especiales
parecen ser
la norma en muchos casos. Hay quien aduce que estos puestos deben ser
remunerados de manera suficiente para evitar la corrupción y,
además,
que quienes trabajan en las funciones públicas de alta
responsabilidad
deben tener salarios equiparables a los ejecutivos del mismo nivel del
sector privado. Este es un tema debatible pero que, en todo caso,
exhibe las condiciones en que se definen las responsabilidades de
gobierno. El fortalecimiento de la democracia no tiene que ver
sólo con
las instituciones del ámbito electoral, de la legislación
o la
impartición de justicia, sino que incluye la manera en que se
administran y se asignan los recursos públicos, tal y como
ocurre en el
sistema bancario o en cuanto a la explotación de los recursos
petroleros, de los cuales depende una tercera parte de los ingresos del
gobierno §
Gasto
El PJF está organizado en 29 circuitos judiciales donde operan
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