Fija el IFE tope de $651 millones para cada candidato presidencial
Autorizan a partidos gastar $8 mil millones
La cifra, "grotesca y ofensiva": PRD; "es excesiva", protesta el PAN
El Instituto Federal Electoral (IFE) aprobó un tope para la campaña presidencial de 651 millones 426 mil 441 pesos que podrá gastar cada candidato. Sin embargo, los partidos estarán en posibilidad de erogar en conjunto, entre financiamiento público para gastos ordinarios y de campaña, así como el privado que legalmente pueden captar, una suma total de 8 mil 536 millones de pesos para 2006.
En el caso de la elección, conforme a la ley los partidos recibirán para financiar la totalidad de sus campañas políticas -Presidencia, senadores y diputados- 2 mil 133.4 millones de pesos, a lo que podrán sumar una cifra prácticamente similar de recursos privados, que totalizarían 4 mil 266.8 millones. La única restricción es que todos los institutos políticos pueden captar hasta un peso menos que los montos que reciben como prerrogativas.
Un esquema similar opera para la otra parte del gasto que tienen los partidos, definido como ordinario. Así, recibirán 2 mil 133.4 millones más, que podrán complementar con otros 2 mil 133.4 millones de origen privado, siempre con la premisa de que el dinero público superará al particular.
Empero, el debate se centró sólo en el tope de campaña.
"Es excesivo", expresó el panista Rogelio Carbajal. "Es grotesco y ofensivo", reprochó el perredista Horacio Duarte. "Altamente oneroso", lo definió Marina Arvizu, de Alternativa. Los 651 millones 426 mil 441 pesos que estaban propuestos al Consejo General del IFE sólo fueron defendidos por los consejeros, bajo la lógica inamovible de que es una disposición de ley.
El consejero Marco Antonio Gómez presentó el proyecto y desde ese momento buscó justificarlo: la cifra se desprende de un cálculo determinado en la norma cuyo resultado no depende de ningún factor atribuible al IFE. El reto, agregó, es cambiar la percepción pública y convertir ese gasto en una inversión que consolide el régimen de partidos.
Las atenuantes del consejero no inhibieron la descarga que vino de inmediato. Carbajal reviró a Gómez: "Este tope de campaña es muy alto, nos parece excesivo". Refutó que el IFE no incidiera en el monto definitivo, y dijo que es responsabilidad de los consejeros fijar los costos mínimos de campaña, variable que interviene en la fórmula para obtener la cifra definitiva.
Ironizó con los desequilibrios derivados de la legislación, pues, dijo, habrá partidos "que no pueden llegar legalmente a algo que es legal", en referencia a los nuevos institutos, cuyo financiamiento total está muy por debajo del tope tan sólo de la campaña presidencial.
Duarte secundó las críticas con adjetivos más estridentes: "Es grotesco y ofensivo". Planteó que si por ley no habría mucho margen para abatir el monto, sí se podría mediante un acuerdo que comprometiera a los partidos a no gastar la totalidad de lo legalmente permitido.
De igual forma planteó que el IFE adopte como criterio para la contabilidad de gastos y del tope de campaña los precios presentados en catálogo por los medios de comunicación, para impedir la diferenciación de tarifas, en aras de la equidad.
Mientras la representación del PRI se limitaba a contemplar el debate sobre el monto, Mariana Arvizu, de Alternativa, secundó la propuesta perredista de un acuerdo para reducir por la vía política el tope de campaña.
Ante las críticas, el propio consejero presidente, Luis Carlos Ugalde, defendió la propuesta asumiendo de entrada: "Sí, es cierto que mañana que la ciudadanía se levante leyendo en los medios 651 millones de pesos, lo va a considerar abusivo".
Pero acto seguido justificó la postura institucional. El problema no radica tanto en el tope de la campaña presidencial, sino en el esquema de financiamiento de los partidos y el creciente costo del proselitismo, que es un problema estructural. "¿Cuál es el límite de lo que se pueden gastar? Es secundario frente al problema central".
Ugalde añadió: "Si establecemos un tope más bajo, podemos simplemente estar agravando el problema, porque los partidos al detectar que las necesidades de mercado son mayores pueden estar incluso incentivados a vulnerar la cifra".
Arturo Sánchez y Virgilio Andrade defendieron la vigencia del tope al argumentar en favor de la inoperancia de modificar artificialmente alguno de los factores de la fórmula. "Si entramos en ese tipo de recálculos terminaríamos alterando de una manera riesgosa el sistema."
Ayer el IFE aprobó también las millonarias multas por los excesos e irregularidades de los partidos durante 2003: 57 millones de pesos al PRI, 48 millones al PRD, 15.5 millones al PAN, 15 millones a Convergencia, 7 millones al PVEM y 2.4 millones al PT.