Usted está aquí: jueves 1 de diciembre de 2005 Sociedad y Justicia Guerrero, paraíso de torturadores, pues el delito no está tipificado en el Código Penal

Alerta ombudsman estatal que es común que policías atormenten a detenidos

Guerrero, paraíso de torturadores, pues el delito no está tipificado en el Código Penal

Juan Manuel de la Cruz asegura haber sido obligado a declararse culpable de secuestro

VICTOR BALLINAS

En Guerrero el delito de tortura no está tipificado en su Código Penal y tampoco se cuenta con una ley local para prevenir y sancionarla, pese a ser una práctica constante de las corporaciones policiacas locales. El ombudsman de esa entidad, Juan Alarcón Hernández dijo a La Jornada: "aquí hemos recibido quejas por ese delito, se ha comprobado su uso y se han emitido recomendaciones".

En Guerrero ocurrió la mayor cantidad de desapariciones de personas en la denominada guerra sucia de la década de los 70 y principios de los 80, que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) documentó en su recomendación 26/2001, en la que sostiene que "a las personas se les detuvo de manera ilegal, se les sometió a tortura y se les desapareció".

Además, el estado de Guerrero es señalado en los informes de Amnistía Internacional, Human Rights Watch y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como una de las entidades en donde persiste la tortura para implicar a los detenidos en algún delito.

El presidente de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero (Coddehum) sostiene en entrevista que si bien es cierto que se ha reducido el número de quejas por ese delito, todavía persiste. "Este año emitimos ya dos recomendaciones por tortura."

"No coincido con los funcionarios federales que sostienen que esa práctica pertenece al pasado: hoy todavía se práctica. Hay policías que no entienden y continúan aplicando esa práctica violatoria de los derechos humanos", abunda el titular de la Coddehum.

Acusa: "la tortura persiste porque hay funcionarios que la solapan, y al no estar prevista en el Código Penal ni existir una ley respectiva, quienes la emplean para implicar a personas en delitos se benefician por la actuación del Ministerio Público, que se resiste a aplicar sanciones por tortura, argumentando que no está tipificada".

El visitador auxiliar Fernando Esteban dice: "el delito de tortura está previsto en la ley que crea la Comisión Estatal de Derechos Humanos en 1990, pero el legislativo no la tipificó en el Código Penal, ni existe una ley local contra la tortura, por eso cuando emitimos recomendaciones por ese delito nos dicen en la Procuraduría General de Justicia del estado que no existe el delito y, por tanto, no hay sanción. Cuando el Ministerio Público procede contra un funcionario torturador enmarca el delito en la legislación vigente, y lo califican como abuso de autoridad, privación ilegal de la libertad, lesiones o tentativa de homicidio".

Un ejemplo de tortura en ese estado es el caso del señor Juan Manuel de la Cruz Salgado, quien fue torturado el 13 de enero de este año en Chilpancingo, por elementos de la policía ministerial, por lo que la Coddehum emitió la recomendación 50/2005.

El denunciante afirma: "a las 7:20 de la mañana iba con mis tres hijos en mi coche, cuando se me emparejaron dos vehículos en los que iban policías ministeriales. Reconocí al comandante Wences, a quien conozco de hace tiempo.

"El comandante se bajó de su unidad y me pidió que hiciera lo mismo. Me detuvieron y me trasladaron a Acapulco.

"Al llegar me pusieron una capucha, pero me percaté de que era la comandancia porque afuera había una patrulla. Me encerraron en un cuarto, me obligaron a desnudarme, me acostaron en unas tablas que estaban encima de unas barracas de agua, me sujetaron a la tabla con vendas, y entre varios me levantaron para sumergirme la cabeza en el agua hasta que perdí el conocimiento. Me propinaron cachetadas y me jalaron de los cabellos para que reaccionara, mientras un policía se subía en mi abdomen para sacarme el agua que me había tragado.

"Posteriormente me llevaron a los separos de la Policía Ministerial en donde me preguntaron los nombres de las personas que habían participado en los secuestros; les dije que no sabía nada. Elaboraron una supuesta declaración, y me obligaron a estampar mi huella digital".

La Coddehum constató las graves lesiones provocadas a De la Cruz en la tortura.

 
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