Líder campesino denuncia amenazas de personal de la CFE y de agentes policiacos
La lucha contra la presa El Cajón, aun "a costa de mi vida", advierte ejidatario
"No me importan las amenazas del personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y sus enviados, ni los de las policías federal y estatal; defenderé hasta las últimas consecuencias la tierra del ejido", advirtió el presidente del comisariado ejidal de Cantiles, José Villa Montes, que se opone -al igual que pobladores de los Ciruelos, La Raya, Conacaxtle, San Juan, la comunidad indígena San Jerónimo y Paso de la Yesca- a la construcción de la hidroeléctrica El Cajón, en Nayarit.
De paso por la ciudad de México, acompañado por el tesorero del ejido, Aurelio Carrillo Ramírez, y otros pobladores de la región, Villa Montes narró que el pasado 28 de noviembre llegaron hasta su domicilio Antonio Dehesa, de la CFE; dos hombres que afirmaron ser notarios públicos, y Moisés Bonton, de la constructora Secsa, contratada por la comisión, y cuatro personas más que permanecieron a bordo de una suburban blanca. "Me dijeron que tenía cinco días de plazo para responder si se aceptaba o rechazaba la petición de la instalación de un basurero en el ejido. 'Si la respuesta es afirmativa, mejor; de lo contrario, asume las consecuencias'.
"Volvieron a decirme que ya habían pagado por el terreno, que si no había recogido el dinero no era su problema, y que si debían algo pagarían hasta el último centavo. Pero eso es falso; no tengo conocimiento de ningún pago de indemnización para el ejido. Quizá la CFE hizo un depósito en
el Fifonafe (Fideicomiso Fondo Nacional de Fomento Ejidal), pero eso fue sin la autorización de los ejidatarios y además ignoramos la cantidad, porque ya habíamos rechazado la oferta que nos hicieron."
De 43 años, padre de cinco hijos -el más pequeño de 10-, Villa Montes comenta que también en abril pasado lo visitaron empleados de la CFE acompañados por policías judiciales del estado, para "ofrecerme 3 millones de pesos. Rechacé el dinero y les dije que no queremos un basurero en las tierras. Por las detonaciones que hicieron, perdimos el agua de los pozos y nadie se hace cargo de esa situación ni de la salud de las familias. Afrontaré las amenazas, incluso a costa de mi vida, pero lo que importa es que el gobierno federal nos escuche".
Familias de la zona interpusieron cuatro amparos contra la construcción de
la hidroeléctrica. De cada uno lograron la suspensión de plano; sin embargo, la CFE los ha violado sistemáticamente, informó el abogado Pedro León Corrales, integrante del Instituto de Derecho Ambiental.
La paraestatal, abundó, sigue erigiendo las torres de electricidad, extrae piedra del banco de material, presiona a ejidatarios y pequeños propietarios para que abandonen sus tierras e inclusive puso un retén en el camino al ejido Cantiles, lo que ha alterado la vida de las familias. Ante ello, los afectados interpondrán una denuncia, agregó.
Evangelina Peña narró el drama de las 30 familias del ejido Los Ciruelos, donde hay nueve variedades de ese fruto que no se cultivan en otros sitios. "Desaparecerán mil 500 hectáreas de frutales, la zona urbana y una pequeña parte prehispánica. Cerca de 10 mil árboles de ciruelo quedarían bajo el agua del río Santiago".