"Estoy triste y sólo quiero que ya pase todo esto", acepta el candidato derrotado

Con un saludo frío y forzado, Ortega reconoció el triunfo de Marcelo Ebrard

El abrazo y la felicitación nunca llegaron, pese a la insistencia de reporteros gráficos

RAUL LLANOS SAMANIEGO

Cuando las cifras habían definido al candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) al Gobierno del Disrito Federal, un saludo frío, fugaz, forzado, marcó la despedida de Marcelo Ebrard y Jesús Ortega.

Leonel Cota, presidente nacional del perredismo y árbitro de la contienda, se colocó, desde el principio, entre los dos contrincantes, y dio a conocer las tendencias: 60-40 en favor de Ebrard.

El ex gobernador de Baja California se ufanó de que ésta fue una elección ejemplar; luego escuchó de voz de Ortega Martínez que aceptaba la derrota. Lo único que faltaba era la felicitación entre los dos perredistas.

Pero Ortega no tenía esa idea en la mente. Apenas terminó la lectura de su escueto comunicado, se deslizó hacia la izquierda, donde estaba sentada su esposa, la diputada federal Angélica de la Peña, y le franqueó el paso para salir de la terraza del edificio perredista.

"Foto, foto... que le alce la mano... que lo abrace"

En el ánimo de generar la conciliación, Cota Montaño cambió su lugar con Marcelo Ebrard, y ambos bloquearon prácticamente el paso al senador con licencia. El ganador de la contienda fue el primero en extender la mano para el saludo.

Fue en ese momento cuando las decenas de fotógrafos y camarógrafos reunidos para conocer los resultados de la elección interna del sol azteca comenzaron a provocar el encuentro: "foto, foto... saludo, saludo... que le alce la mano, que se abracen..."

Jesús Ortega ignoró la petición de los reporteros gráficos, y ante el ademán de Ebrard Casaubón, en lugar del saludo, el legislador optó por otro gesto frío y sólo le presionó el antebrazo.

De inmediato, Cota Montaño también estiró la mano para saludarlo y, de paso, ponerse en el camino del precandidato derrotado. Este, sin más opción, apenas golpeó la mano del ex secretario de Seguridad Pública y de Desarrollo Social y dio un paso adelante.

Estrechó con mayor fuerza la diestra del líder nacional perredista, y para abrirse camino, dio una pequeña palmada a Ebrard, quien le flanqueó el paso.

Los gritos de los fotógrafos eran insistentes, pero Ortega no detuvo su paso. Detrás de él, el ganador esperó algunos segundos a que su contrincante regresara y complaciera a los medios de comunicaión con la foto o la imagen, pero nada de eso pasó.

Por el contrario, Ortega Martínez sólo accedió a alzar primero la mano izquierda y luego la derecha para posar para cientos de fotografías.

El senador con licencia no esperó más. En su comunicado había dicho todo:

"Los resultados que dio a conocer Leonel Cota marcan una tendencia que no me es favorable", decía.

"En la política, si algo vale, es la palabra, y en cumplimiento a los compromisos acordados con el presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática, reconozco esa tendencia."

Asido al antebrazo de su esposa y flanqueado por sus hijos, José María y Francisco, el legislador se retiró del lugar.

De salida, ya en las escalinatas del edificio sede del perredismo nacional, se dio un intento de entrevista:

-¿Qué va a hacer a partir de mañana?

-No voy a declarar más.

-¿No está de humor?

-Más que eso, estoy triste, pero aparte de eso quiero que ya pase todo esto.