Usted está aquí: martes 6 de diciembre de 2005 Cultura Explora historiador el envío mexicano de armas para la República española

Mario Ojeda Revah habla a La Jornada de su libro, publicado por Turner

Explora historiador el envío mexicano de armas para la República española

El hecho sólo se había tratado de manera tangencial, expresa el especialista

Lázaro Cárdenas recurrió a ''transacciones secretas, semiclandestinas y de espionaje diplomático''

MONICA MATEOS-VEGA

Ampliar la imagen El presidente C�enas junto a algunos de los 500 hu�anos de la guerra espa� que pasaron por la ciudad de M�co rumbo a Morelia FOTO Tomada del libro M�co y la Guerra Civil espa� Foto: Tomada del libro M�co y la Guerra Civil espa�

A contracorriente y en oposición a las grandes potencias de la época, México fue el único país que ayudó desinteresadamente a los republicanos que combatieron en la Guerra Civil española en los años 30, inclusive enviando armas, señala el historiador Mario Ojeda Revah.

En entrevista con La Jornada a propósito de la publicación de su libro México y la Guerra Civil española (Turner), el investigador abunda sobre un hecho que sólo había sido tratado en otras obras de manera tangencial: el apoyo armamentista a la Segunda República española que brindó el gobierno de Lázaro Cárdenas mediante ''transacciones secretas, semiclandestinas y de espionaje diplomático".

Elogio de Orwell a las armas mexicanas

Ojeda Revah, doctor en ciencia política por la Escuela de Economía de Londres School of Economics, explica que ''hay una sobreabundancia de textos sobre el exilio español: se sabe que el gobierno cardenista asumió la defensa diplomática de la República en el seno de la Sociedad de las Naciones, con una vehemencia mayor inclusive que la de los propios españoles; hubo ayuda material, se enviaron alimentos, medicinas y ropa.

''Pero también se enviaron armas. Esto se conocía, pero nunca se había detallado el hecho. En Homenaje a Cataluña, el escritor George Orwell hace un elogio de las armas mexicanas, dice que reserva al final las municiones de México porque son las mejores.

''En diversos textos históricos se hace referencia al primer envío porque es el que admite Cárdenas en su Informe de gobierno de 1936. Fueron 20 mil fusiles y 20 millones de balas. Pero las entregas siguieron hasta noviembre de 1938, que es cuando se cerró la frontera francesa y fue imposible pasar el armamento.

''México era un país mucho más pobre de lo que es actualmente, mucho más aislado internacionalmente. No tenía una industria armamentista como, por ejemplo, Alemania, por lo cual no pudo competir en este rubro.

''Por eso fue una gran proeza. Se desmontaron unidades militares enteras del Ejército mexicano para enviarlas a España. Y cuando la producción mexicana de armas fue insuficiente para la demanda española, se trató de romper el embargo que había impuesto el llamado comité internacional de no intervención. Agentes diplomáticos mexicanos en embajadas y representaciones europeas compraban armas en Bélgica, en Polonia o en Checoslovaquia como si fueran para México, pero las desviaban hacia los republicanos españoles.

''La gesta tiene ingredientes de novela de aventura o de espionaje. El país no tenía nada que ganar y sí mucho que perder. Mientras la URSS apoyó a cambio de influencia política, México lo hizo por motivos ideológicos y de identidad cultural."

La historia que narra Ojeda Revah en su libro se tejió a partir de fuentes diplomáticas y periodísticas de la época, en gran parte inéditas. Reconstruye minuciosamente el apoyo brindado por México a la República, dejando constancia de "una gesta admirable que le dio gran prestigio a México, que ha sido olvidado y que es importante recuperar porque también da constancia de la tradición de solidaridad diplomática del país, hoy hecha añicos por el gobierno foxista".

Cárdenas no fue el único

Mario Ojeda señala que si bien Lázaro Cárdenas fue un actor notable que apoyó el exilio español, ''no es el único. Hay que rescatar del olvido a personajes como Narciso Bassols, quien tuvo un protagonismo muy intenso; a Isidro Fabela, a Francisco Múgica, a Roberto Fierro Villalobos, poco conocido entre las generaciones actuales; a Adalberto Tejeda, embajador de México en Francia, quien organizó muchos de los envíos de armas; a Silvestre Revueltas, Octavio Paz, Carlos Pellicer, Vicente Lombardo Toledano. Todavía faltan muchas piezas por unir respecto a esa gesta", concluyó el historiador.

El libro México y la guerra civil española de Mario Ojeda Revah se presentará mañana a las 19 horas en el Centro Cultural de España (Guatemala 18, Centro Histórico). Será comentado por Eduardo López Busquets, Fernando Serrano y el autor.

 
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