"Numerosas irregularidades" en la elección del Parlamento venezolano: OEA
Chávez promete ganar la relección en 2006 con 10 millones de votos
Llama el mandatario a sus partidarios a hacer una autocrítica sobre el alto abstencionismo
Ampliar la imagen Jos�ilva, jefe del equipo de observadores de la Uni�uropea para los comicios legislativos en Venezuela, responde a reporteros en una rueda de prensa celebrada ayer en Caracas FOTO Ap Foto: Ap
Caracas, 6 de diciembre. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, calificó de exitosas las elecciones legislativas del pasado domingo, pero planteó que sus seguidores deben hacer una autocrítica sobre el alto índice de abstención de 75 por ciento.
Como respuesta a la falta de participación ciudadana en los comicios, Chávez planteó la meta de obtener 10 millones de votos en las elecciones presidenciales de diciembre de 2006.
El jefe de Estado habló en el Teatro Teresa Carreño de esta capital, en un multitudinario acto de graduación como bachilleres de miles de adultos.
Tras advertirle a las fuerzas opositoras que "jamás van a derrocar este gobierno", el mandatario aseguró que "dentro de un año les voy a ganar las elecciones con 10 millones de votos". Según datos del Consejo Electoral, en el país hay un poco más de 11 millones de venezolanos habilitados para sufragar.
Chávez salió al paso a los sectores que han calificado de ilegítima la Asamblea Nacional elegida el domingo, y dijo que "se ha demostrado que hay una gran fortaleza institucional en Venezuela".
Felicitó a los diputados elegidos -todos de fuerzas oficialistas, tras el retiro de los candidatos opositores en vísperas de los comicios-, así como al Consejo Nacional Electoral.
Chávez dijo que, tras las legislativas, "ha comenzado otra batalla (...) hoy mismo entro en la batalla por los 10 millones de votos", reiteró.
El proceso electoral fue criticado esta mañana por la misión de la Organización de Estados Americanos, OEA, que observó la jornada con 45 delegados en los 22 estados del país.
En un breve informe dado a conocer en rueda de prensa, la misión de la OEA destacó "el ambiente de tranquilidad en que transcurrieron los comicios y la adecuada preparación y organización de los centros de votación".
Sin embargo, el organismo hemisférico indicó que durante la jornada se registraron numerosas irregularidades como el ejercicio de "prácticas que podrían vulnerar el secreto del voto". Según la OEA "un número importante de votantes mostró desconocimiento y dificultades sobre la forma de votar", ante lo cual tuvo que buscar ayuda de los miembros de mesa o de los testigos.
La misión internacional también criticó las altas horas de cierre en la mayoría de centros de votación, "situación que creó incertidumbre y suspicacia, pues la extensión del horario coincidió con el incremento de una campaña oficialista que buscaba aumentar la participación en las últimas horas".
Tras rechazar las declaraciones de la diputada chavista Iris Varela -quien pidió el sábado la destitución de funcionarios públicos que no asistieran a las urnas- la misión criticó lo que denominó "participación proselitista de funcionarios públicos de alto nivel".
El informe de la OEA concluyó que es indispensable reconstruir la convivencia política democrática "a través de un diálogo franco, inclusivo y de buena fe".
Tras semanas de aguda confrontación, tanto el gobierno, como los partidos que lo apoyan y los de la oposición, se pronunciaron en favor de la creación de mecanismos de diálogo "para fortalecer la democracia".
Desde el propio día de las elecciones, el vicepresidente, José Vicente Rangel llamó a las fuerzas opositoras a regresar a la mesa de diálogo, abierta hace dos años, tras el holgado triunfo del presidente Chávez durante el referéndum que planteaba la revocatoria de su mandato.
Pocas horas antes de salir para Montevideo, para preparar el ingreso de Venezuela al Mercado Común del Sur, el canciller Alí Rodríguez también invitó al diálogo, pero sobre la base de que la oposición reconozca que en la democracia, las decisiones las toma la mayoría y no la minoría.
Julio Borges, dirigente del movimiento opositor Primero Justicia, se mostró partidario de un entendimiento con el gobierno para hacer profundas reformas al sistema electoral, al tiempo que planteó como tarea prioritaria la creación de un nuevo liderazgo para enfrentar a Chávez.
Otro que se pronunció hoy fue el embajador de Estados Unidos en Venezuela, William Brownfield, quien desmintió acusaciones gubernamentales según las cuales Washington estuvo detrás de un intento de "golpe electoral". "No hemos ofrecido apoyo a ningún complot o conspiración para alentar la abstención", aseguró el diplomático.
El próximo 5 de enero tomarán posesión los 167 miembros de la nueva Asamblea Nacional, todos integrantes del llamado Bloque de Cambio que agrupa a los partidos y movimientos afines a la revolución bolivariana que impulsa el presidente Chávez.