Usted está aquí: domingo 11 de diciembre de 2005 Opinión A LA MITAD DEL FORO

A LA MITAD DEL FORO

León García Soler

El escapulario y la banda tricolor

AYER EMPEZARON LAS campañas y hoy se posponen. Tres actos de protesta en los que, según dijeron los medios, los candidatos "tomaron protesta", en curiosa transposición del verbo activo al pasivo. Y se trata del trío del que saldrá "un solo individuo" en quien se depositará "el Supremo Poder Ejecutivo de la Unión". En la hora once de la fuga hacia delante, los tres actos partidistas fueron otros tantos ejemplos del estilo que imponen el poder y su ausencia.

EL PAN FESTEJO la postulación de Felipe Calderón en el Palacio de los Deportes; escenario a modo para la festividad de la derecha doctrinaria que se moderniza y acude a la televisión para transmitir en vivo y en directo, durante media hora, la comunión de los fieles en el ágora electrónica; la epifanía de los globos azules y blancos que descienden como lenguas de fuego en Pentecostés para simbolizar la americanización del conservadurismo criollo. Adiós al duque de Aranda. Bienvenida y mejor vista la vocación servil de Aznar el pequeño. Se hizo presente el poder del partido que se niega a reconocer que es el partido en el poder. El único con 30 minutos en pantalla.

Y DE AHI a la confusión de sentimientos. Felipe Calderón dijo que deberían posponer las reformas propuestas para otorgar autonomía a organismos del sector financiero, para que Andrés Manuel López Obrador no pudiera asumir el papel de víctima que tan buenos dividendos le ha rendido en las encuestas. Y la diputación del PAN dio marcha atrás. Y el todavía candidato dijo que él no daba línea, que eso era antes, en tiempos del cesarismo priísta. En la dirigencia del PAN resonó el Yunque: lo de la línea es cosa del pasado, propio de políticos sumisos a la voz del amo. Pero el escapulario no pudo evitar el retorno de los fantasmas de la razón de Estado a Gobernación: Carlos Abascal fue conducto para transmitir la inconfundible línea: la reforma va.

VOLVIO A BUCARELI Emilio Chuayffet. Atento al liderazgo desconectado del poder, el del estado de México habla de asuntos celestiales, de "la excomunión" de Elba Esther Gordillo. Pero hace el recuento de las fuerzas terrenales: un millón 800 mil votos sumaron los del tricolor en las últimas elecciones federales en la tierra de Isidro Fabela, dice. Y vienen las de 2006. Y Enrique Peña ya moviliza a sus paisanos para no padecer la penosa derrota que sufrió Arturo Montiel a un par de meses de haber asumido el gobierno hace seis años. El fenómeno Fox arropó a multitud de adherentes y llenó las planillas del PAN con nombres de advenedizos, oportunistas y bandoleros que arrimaron su sardina al fuego de la alternancia. Y así les fue. En el mejor de los casos, los del PAN vieron desaparecer del padrón de adherentes a miles y miles que habían llegado al grito de ¡viva el que vence!

AHORA REVERDECIO la higuera de Felipillo. Pero ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre. No doy línea, dijo, pero los diputados de su partido acataron, obedecieron la línea que no les dio. Se rajaron, dijo el candidato del PRD. Conjura que cede es conjura perdida. Antes de protestar activamente como candidato, Roberto Madrazo aprovechó la grieta en el muro. Calderón era partidario de la autonomía para esas entidades financieras, dijo, pero no hubo necesidad de que relucieran los machetes que hicieron cambiar de rumbo a Vicente Fox: bastaron dos gritos de López Obrador para que Calderón pidiera que no se aprobaran las reformas. La línea recta no es siempre la distancia más corta entre dos puntos políticos.

EXTRAÑOS VERICUETOS DEL vacío que no admite el poder. Aunque no quiera asumirse tal, aunque se ejerza en zigzagueantes y oscuras fórmulas del antiguo y vanidoso empeño de gobernar por discurso: de la incontinencia retórica a la vocación de locutor que vino a sustituir la voluntad de poder. Los enemigos del presidencialismo de pronto se encuentran al otro lado del espejo como defensores a ultranza del poder presidencial. El titular del mismo retoma el control político de sus bancadas en el Congreso. El aspirante a quien las encuestas favorecen, ya coronado en el ánimo de sus seguidores, desautoriza a la representación popular, postula la inamovilidad de las facultades presidenciales. Parafraseando a Jesús Reyes Heroles, el poder que todavía no se ve y el poder que se niega a sí mismo, se hacen sentir.

HOY, COMO EN las horas turbias del poder a sana distancia se tradujera en el galimatías de: la línea es que no hay línea. Y desde hoy, porque acotarlo sería prueba plena del complot de los grupos oligarcas y el salinismo que no cesa para que el estratega de Nacajuca no pueda dictar la política económica cuando asuma el Supremo Poder Ejecutivo de la Unión. En fin, fiel a su espejo diario, el del poder en las cabañitas de Los Pinos le hace pa'León, le hace pa'Lagos; la fracción panista dijo que no habría reformas, pero Carlos Abascal echó mano al escapulario para alejar al maligno y en los sótanos de Bucareli, el coordinador José González Morfín dio entrevista al alimón con Emilio Chuayffet. La reforma va. Por lo pronto, la del SAT. Ave César, los que van tributar te saludan.

DE LA TRANSMISION urbi et orbi desde el Palacio de los Deportes, a la protesta en el patio de la casa que es particular. La explanada del PRI, donde esperaron noticias de Los Pinos y mientras la radio transmitía declaraciones de Alfredo del Mazo: el candidato es Sergio García Ramírez, Jorge de la Vega viajaba en el asilamiento de dirigentes que a nadie dirigen; mensajero fatal de la ruptura inminente. Luis Donaldo Colosio protestaría bajo el Monumento a la Revolución. Ernesto Zedillo en el encierro precursor de la entrega del poder. Francisco Labastida volvió a la explanada. Roberto Madrazo la vistió de rojo. Pero la exposición mediática se redujo a los espacios asignados en noticiarios de la televisión y en las planas de la prensa escrita.

LOS CABALES LLENARON el espacio físico. Los gobernadores de Campeche, Coahuila, Colima, Chihuahua, Durango, estado de México, Hidalgo, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz, ausente Eduardo Bours, solidario con la maestra Elba Esther Gordillo ante profesores de Sonora. Pero cuando le preguntaron si votaría por ella en caso de que la postulara el Panal, dijo que no: "Soy priísta". Roberto Madrazo no puede ganar, repiten quienes se niegan a ver que el PRI es el único partido con presencia en todo el país y una estructura que cubre hasta la más distante sección de cada distrito electoral. Persiste el hartazgo que produjo el voto útil del vuelco. Como si todavía existiera el poder atribuido al presidencialismo que hoy reivindican los mismos que reclamaban la urgencia de acotarlo. Pero ahí estaban los que ganaron elecciones como oposición. El que tuvo retuvo.

NO ENTUSIASMO EL discurso del tabasqueño. Pero encontró los hilos conductores del proceso histórico al retomar el revisionismo sexenal que dio permanencia al PRI incluyente y plural: "Las viejas recetas ya dieron de sí; ni populismo ni neoliberalismo". Lo político y la política social ante la desigualdad económica y "el riesgo de perder el país". Llamó a no tolerar "más simulaciones, más engaños, abiertos, solapados; no más derroche de oportunidades ni de recursos financieros en un país que no aguanta más". Y habló del valor de los logros de quienes "en medio del caos que generó la Revolución Mexicana" supieron constituir el Estado mexicano moderno: "Nadie puede ni debe, en nombre del futuro, referirse al pasado de nuestro país sin inclinarse con respeto ante la hazaña de su historia, sin reconocer el talento y la generosidad que hicieron posible su proyección como nación".

PERO EN LA explanada no se entusiasmaron las masas. Ni hay manera de saber si el espectáculo mediático del candidato Felipe Calderón y su familia entusiasmó al auditorio del ágora electrónica. La escena, el montaje para la televisión, alienta el entusiasmo conservador de los panistas de siempre, de los dueños del dinero desencantados con el gobierno gerencial y temerosos del ascenso de la desmesura tropical encarnada en Andrés Manuel López Obrador. Pero en el ágora electrónica, únicamente hay reflejos, juego de abalorios, a cargo del rating, de los encuestadores, augures y concesionarios del poder mediático.

SABADO 10 DE diciembre, a las 4 de la tarde, al escribir estas líneas, los del movimiento, los del liderazgo incontestado, incuestionable, de Andrés Manuel López Obrador, llenan el Zócalo de la capital de la República. Olor a a multitud; entusiasmo desbordante; esa fuerza, esa ilusión formidable que generan las manifestaciones políticas de la izquierda. Pero en el PRD hay muchos que se preguntan si no le ha sido arrebatada a la izquierda la conducción del partido que se fundó al conjuro del nombre de Cárdenas y de la firme voluntad de Cuauhtémoc: persistir en el empeño, no ser oposición sexenal. No asiste el hijo del Tata al momento estelar de Andrés Manuel López Obrador.

NO ES IMPORTANTE la presencia de un individuo. Nada pasa, no acertarán quienes anuncian rompimiento, respondió el candidato. Pero pesa, inquieta la ausencia de este individuo. Y en vísperas del mitin sabatino, Cuauhtémoc Cárdenas publica un desplegado: "Hay descontento, incertidumbre y escepticismo en la ciudadanía que no se siente representada por nadie (...). Hoy no se discute, no se crea conciencia política, no se alienta la cohesión social, no se hace ciudadanía ni se desarrolla organización".

EL ZOCALO PLENO y el entusiasmo desbordante. En estas páginas se encuentran la crónica del acto, el texto del discurso del candidato, las expectativas de una victoria electoral en 2006, de que, ahora sí, las plazas pletóricas sean precursoras de urnas llenas.

APENAS EMPIEZA LA contienda. Tres candidatos, tres estilos, tres visiones del país y de la política. Y entre el escapulario y la banda tricolor, la República en busca de liderazgo, de quien lo asuma y proponga a los mexicanos el proyecto, el programa, la política a seguir para recuperar el crecimiento y superar el desánimo, la desesperanza de la pobreza extrema y la concentración brutal de la riqueza que envenenan la convivencia, la comunidad, la nación.

 
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