Usted está aquí: domingo 11 de diciembre de 2005 Opinión Inercias y herencia sexenales: Pidiregas en energía

José Antonio Rojas Nieto

Inercias y herencia sexenales: Pidiregas en energía

En 1996, en la Comisión Federal de Electricidad se abrió el primer proyecto de inversión para construir lo que oficialmente se identifica como "activos generadores de ingresos bajo control presupuestal directo con financiamiento privado a largo plazo". Primer proyecto que tendría -tiene- la característica de que su impacto en el registro del gasto se diferiría en varios ejercicios. Esto son los famosos Pidiregas. En Petróleos Mexicanos comenzaron en 1997, en el área de Producción y Explotación Primaria, precisamente donde se genera la renta petrolera.

En este tipo de proyectos la inversión (privada) y la deuda (con los privados que invierten) o pasivo generado se registran diferidamente, años después de que se realizó la inversión y se generó el pasivo. ¿Cuándo? Cuando el activo empieza a producir y, consecuentemente, el pasivo empieza a ser cubierto. Así, en el primer año de producción la contabilidad de estas empresas públicas incorpora tanto el activo neto adquirido como el pasivo, cuyos vencimientos periódicos empiezan -por definición- ese primer año. Lo mismo acontece durante todos los años de la vida útil del activo, lo que en general, en los casos eléctrico o petrolero, se traduce en no menos de 30 años.

En el sector eléctrico el mayor volumen de recursos involucrados en los Pidiregas está en el proceso de generación. Y éstos quedan en manos de los privados (los llamados productores externos o productores independientes), que tienen un contrato de suministro de su producción a la CFE, hasta hoy comprador único. En el sector petrolero la mayoría de Pidiregas está en Pemex Exploración y Producción (PEP). Por su importancia sobresalen tres: Cantarell, Programa Estratégico de Gas y Burgos.

Los contratos de servicios múltiples pretenden hacer lo mismo que los productores externos o independientes de energía en el sector eléctrico, sólo que con el gas natural. Pero, más allá de la importante y aún no resuelta polémica constitucional que estos casos han abierto, veamos los números de estos Pidiregas. Con los datos oficiales del quinto Informe presidencial se descubre que la inversión privada se ha ido adueñando del financiamiento de la expansión tanto eléctrica como de producción petrolera primaria (insisto, la de la jugosa renta económica). De 1996 al cierre de 2005, los dólares corrientes acumulados en Pidiregas en el sector eléctrico alcanzarán un total de 16 mil 590 millones, 46 por ciento de de una inversión total acumulada de 36 mil millones de dólares. Y en el mismo periodo, los dólares corrientes acumulados en Pidiregas en Pemex alcanzarán un total de 47 mil 695 millones de dólares, 58 por ciento de una inversión total acumulada de 82 mil 400 millones de dólares. El 91 por ciento (66 mil 500 millones de dólares) de Pidiregas está en PEP, que a su vez concentra 81 por ciento de la inversión total en Pemex. En cambio, sólo 35 por ciento de 11 mil 540 millones de dólares invertidos en Refinación (14 por ciento del total de inversión en Pemex) corresponde a Pidiregas. Y nada más 14 por ciento de 3 mil millones invertidos en Pemex Gas y Petroquímica Básica (3.6 por ciento de la inversión total). Y apenas 2.6 por ciento de los poco menos de mil millones invertidos en Pemex Petroquímica (menos de uno por ciento del total).

Es decir, los Pidiregas están básicamente donde está la renta petrolera y concentran 53 por ciento de la inversión total del periodo. Estos datos sectoriales -eléctrico y petrolero- llevan a una conclusión muy simple. Desde hace 10 años el financiamiento de la expansión de nuestras industrias estratégicas nacionales tiende a depender ya no sólo de financiamientos privados (los fondo públicos compensan la falta de tributación), sino de financiamientos que dejan en manos privadas los proyectos realizados. En este sexenio, cada año, la participación de los Pidiregas en la inversión creció en poco más de 3 por ciento. Al inicio significaban 37 por ciento de la inversión acumulada entre 1996 y 2000. Y -según datos oficiales- cerrarán 2006 con 57 o 58 por ciento.

De seguir esta tendencia -de ganar ese cerca de 3 por ciento anual- al terminar el próximo sexenio concentrarán 75 por ciento de la inversión acumulada en nuestros estratégicos sectores eléctrico y petrolero, y concentrarán la mayoría de los activos nuevos de nuestras industrias estratégicas. ¿Eso es lo que desea la mayoría de los mexicanos?

Algo antes de terminar. De 1996 al cierre de 2005 la renta petrolera generada por PEP (básicamente por Cantarell) y entregada al fisco será de 202 mil 205 millones de dólares. Y nada más la captada este sexenio por un mejor comportamiento del precio en relación con el originalmente presupuestado (lo que he llamado excedentes sobre excedentes) será de 32 mil 500 millones de dólares, casi 80 por ciento de los Pidiregas del periodo, lo que demuestra que, en realidad, eran muchísimo menos necesarios de lo que se argumentó, al menos en este sexenio. Huelga decir que se trata de una inversión cara, por la que hay que pagar mucho más que en otros casos, aspecto que deberemos explicar en otro momento.

Este asunto de los Pidiregas será, sin duda, una de las inercias o herencias más "terribles" (permítaseme usar este término) que nos dejará este gobierno del presidente Fox. Pero hay más inercias y más herencias "terribles" que nos dejará este sexenio. Ya las veremos.

[email protected]

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.