Usted está aquí: domingo 11 de diciembre de 2005 Sociedad y Justicia En 25 años podrían aumentar 50% los gases de efecto invernadero

Acuerdan en reunión de la ONU buscar los mecanismos para ampliar el Protocolo de Kyoto

En 25 años podrían aumentar 50% los gases de efecto invernadero

"Aunque el camino es largo por recorrer, vamos a reconciliar a la humanidad con este planeta"

AGENCIAS

Ampliar la imagen En Berl� manifestantes se pronuncian contra la reuni�e la ONU sobre medio ambiente efectuada en Canad�OTO Ap Foto: Ap

Montreal, 10 de diciembre. Una conferencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) acordó este sábado en Montreal extender la vida al Protocolo de Kyoto sobre cambio climático y lanzar un diálogo entre los países firmantes y Estados Unidos, con el objetivo de consensuar acciones de largo plazo contra los gases de efecto invernadero.

"Ya terminamos nuestro maratón de Montreal, aunque el camino por recorrer es largo; vamos a reconciliar a la humanidad con este planeta", dijo el ministro canadiense de Medio Ambiente, Stephane Dion, al dar por concluida la conferencia.

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático tenía la misión de establecer las acciones para limitar las emisiones de gases de combustibles fósiles, que según los científicos son responsables del calentamiento global que afecta el frágil sistema climático de la Tierra.

Luego de negociaciones en ocasiones duras, los miembros del Protocolo de Kyoto acordaron iniciar el diálogo sobre las acciones para detener las emisiones incluso después de 2012, cuando expire el actual "periodo de compromiso" del tratado.

Este "diálogo" debe permitir el lanzamiento de una "acción de cooperación a largo plazo para enfrentar el calentamiento climático", señala el texto del acuerdo.

El documento precisa que ese "diálogo (...) no llevará a ninguna negociación susceptible de conducir a nuevos compromisos" de reducción o producción de gases con efecto invernadero.

El resultado de la conferencia, que movilizó a cerca de 10 mil personas durante dos semanas y 100 ministros de medio ambiente desde el miércoles, fue una importante muestra de apoyo a un tratado que ha estado en problemas desde marzo de 2001, cuando no fue ratificado por Estados Unidos, el país más contaminante.

La presidencia canadiense, con el apoyo de los europeos, logró integrar a Estados Unidos en el lanzamiento de un diálogo no vinculante sobre las futuras acciones a tomar, lo que dejó la puerta abierta a países emergentes, como China o India, cuyas emisiones de gases contaminantes están en aumento debido a su acelerado crecimiento económico.

"Si no hacemos nada más allá de lo que hacemos hoy, las emisiones habrán aumentado 50 por ciento de aquí a 2030, cuando deberíamos haberlas disminuido ese tanto", señaló Dion.

Las organizaciones ambientalistas saludaron el "histórico acuerdo", que "muestra claramente que el futuro reside en tecnologías más limpias".

Mientras Estados Unidos ha sido señalado en varias ocasiones como el "villano" de la película por diplomáticos indignados por su negativa a todo compromiso vinculante, fue Rusia la que, contra toda expectativa, bloqueó a última hora la conclusión de los trabajos.

Rusia se opuso públicamente a adoptar el acuerdo relativo al prolongamiento de Kyoto, que impone reducciones calculadas de emisiones de gases de efecto invernadero sólo a los países industrializados, reclamando la inclusión de una mención que abra el camino a compromisos voluntarios de parte de países en desarrollo.

Esta adición favorecería a países de Asia central cuyas emisiones se redujeron notablemente, y que podrían sacar provecho de tal disminución, indicaron expertos.

Las pretensiones rusas inicialmente parecieron de pura forma a los negociadores, y más de una veintena de países se turnaron en el plenario suplicando a Rusia "no bloquear" la conferencia.

Según un diplomático, la presidencia canadiense se dirigió directamente a Moscú para desbloquear la situación.

El rechazo de Moscú también bloqueó la aprobación de un plan separado de Canadá para iniciar nuevas negociaciones sobre la lucha a largo plazo contra el cambio climático que incluía a países no firmantes de Kyoto, como Estados Unidos, y a naciones en vías de desarrollo como India y China.

Otros ministros elogiaron a Rusia por dar vida a Kyoto -su "sí" que permitió que el plan entrara en vigor en febrero de 2005 después de años de retrasos-, pero urgieron a Moscú a hacer concesiones.

"Si no fuera por Rusia, el Protocolo de Kyoto no hubiera entrado en vigor", dijo la ministra de Medio Ambiente británica, Margaret Beckett, a los delegados, añadiendo que Moscú se merecía un puesto de honor.

Sin embargo, dijo que ahora no era el momento de echar a pique las históricas negociaciones. "Sería una tragedia si una nueva decisión de la Federación Rusa bloqueara más el progreso".

 
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