Usted está aquí: domingo 11 de diciembre de 2005 Sociedad y Justicia Cerró operaciones el AICM durante más de cuatro horas

Banco de niebla afectó 102 vuelos y a 20 mil pasajeros

Cerró operaciones el AICM durante más de cuatro horas

TRIUNFO ELIZALDE

Ampliar la imagen Receso en el aeropuerto capitalino a consecuencia de la niebla FOTO Alfredo Dom�uez Foto: Alfredo Dom�uez

En las primeras horas de ayer se abatió sobre el valle de México uno de los bancos de niebla más prolongados de los últimos dos meses. El fenómeno climatológico afectó 102 operaciones en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), dañando planes de viaje de aproximadamente 20 mil personas, entre nacionales y extranjeras.

Según José Luis Uribe, vocero oficial del AICM, la densidad de la niebla hizo a la Dirección General de Aeronáutica Civil ordenar a la torre de control "cerrar las pistas a las operaciones de aterrizaje y despegue a partir de las 4:30 horas". Dicha disposición afectó en los momentos de mayor actividad de llegada y salida de aviones, el primero de los tres lapsos considerados pico durante el día. Los otros tienen lugar a mediodía y parte de la tarde-noche.

La suspensión de las operaciones aéreas afectó 102 vuelos: 41 de llegada, 51 de salida y 10 cancelados de manera definitiva. Las aeronaves que tenían como destino el aeropuerto de la ciudad fueron desviadas a las terminales de Acapulco (11), Morelia (2), Guadalajara (3), Querétaro (2) y a los campos aéreos de El Bajío, Mérida y Veracruz (una en cada caso). El resto de los 41 vuelos mencionados únicamente registró retrasos en sus tiempos de arribo.

Del total de las 102 operaciones perjudicadas por el banco de niebla, 18 fueron vuelos internacionales: seis de llegada y 12 de salida. La reapertura de los despegues tuvo lugar a las 7:50 de la mañana (casi cuatro horas después del cierre); los aterrizajes se reiniciaron a las 8:30.

El cierre del espacio aéreo provocó gran malestar entre los cientos de pasajeros y sus familiares que desde las primeras horas del día (4 y 5 de la madrugada) habían llegado para registrar sus salidas ante los mostradores de las diversas aerolíneas y que, una vez hecho el trámite, pasaron a las salas de última espera para abordar sus respectivos vuelos.

Todos estaban conscientes de que no se veía nada. La capa de neblina era tan densa que ni siquiera las pistas se alcanzaban a distinguir. En muchos casos, los pasajeros ya habían abordado los aviones, pero la mayoría de las personas se fue juntando en las salas de espera, hasta que materialmente ya no había espacio.

Al paso de las horas y ante la falta de información de las aerolíneas y de las autoridades aeroportuarias, comenzaron a registrarse reclamos de los viajeros, sobre todo cuando se conoció de la cancelación de algunos vuelos.

 
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